NUEVOS DATOS SOBRE LA ESCULTURA SACRA DE BADAJOZ

Pedro Castellanos Bote (16/04/2012)


 

Tras varios años de investigación, Pedro Castellanos Bote cree haber descubierto los autores de parte de las tallas anónimas que procesionan en la Semana Santa de Badajoz, recientemente declarada por el Gobierno de España como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

 

 

Cristo de la Humildad

Procesiona el Lunes Santo desde la iglesia de la Concepción y representa el misterio de la Oración en el Huerto. Fue tallada seguramente sobre el año 1694, y es obra muy probable del escultor e ingeniero Miguel Sánchez Taramas, natural de la localidad pacense de San Vicente de Alcántara.

 

 
 
Fotos antiguas: Archivo José Ángel Vicente (Foto Pepe)
 
 

 

Presentaba algunas analogías en la forma de tallar el cabello con el Nazareno del Amparo de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, que procesiona desde la iglesia de Santo Domingo cada Miércoles Santo. No es descartable la autoría de Taramas, pero lamentable sufrió daños graves tanto por la invasión napoleónica como en la Guerra Civil. La policromía no es la original. En ocasiones portaba la cruz al contrario. El cambio más drástico se produjo al ser ampliada su zancada y la postura de la cabeza, que antes estaba más inclinada. Esto obligó a modificar los mechones que le caían por su lado derecho y además se le colocó una corona de espinas tallada, eliminando la metálica sobrepuesta que aún conserva. Este Nazareno no es la imagen primitiva que tuvo la cofradía, pues he averiguado que hubo una anterior que poseía cabellera natural.

 

 

Igualmente puedo atribuir a Miguel Sánchez Taramas y su taller los tres apóstoles que le acompañan en el paso de misterio. Se encuentran muy repintados, con fracturas en los dedos y afectados por ataques de xilófagos, por lo que necesitan una urgente restauración. Son las figuras secundarias más antiguas que procesionan en la Semana Santa pacense.

 

 

Cristo del Prendimiento

Pertenece a la misma cofradía que el anterior, pero procesiona la madrugada del Jueves Santo desde el mismo templo. Seguramente es obra del escultor badajocense Cristóbal Jiménez Morgado (hacia 1694), un humilde escultor que vivió en la calle de la Sal Vieja -actual calle Sepúlveda- al que se le documentan algunos trabajos para la Catedral de Badajoz y para la localidad pacense de Talavera la Real.

Fue restaurada -mejor dicho, repintada- en el año 1987 por el escultor pacense Santiago Arolo Viñas, cuando comenzó a procesionar de nuevo tras dejar de hacerlo en los años 40 del siglo XX.

 

 

Nuestra Señora de los Dolores

Procesiona el Lunes Santo desde la iglesia de la Concepción junto al Cristo de la Humildad. Es obra muy probable del escultor Cristóbal Jiménez Morgado (1).

Hablamos de una talla de candelero, realizada en torno al año 1694, que necesita una restauración para eliminar los repintes que ocultan su policromía original así como sus antiestéticas pestañas.

 

 

Nuestra Señora de la Piedad

Pertenece desde los años 90 a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y procesiona el Miércoles Santo desde la iglesia de Santo Domingo. De talla completa aunque revestida, es obra segura del escultor Francisco Ruiz Amador realizada en el siglo XVIII.

Esta imagen necesita una urgente restauración que elimine los repintes que ocultan su policromía original, los ataques de xilófagos en la base y las grietas de los ensambles.

 

 

Ecce Homo (Cristo de la Humillación)

Procesiona el Jueves Santo Junto a la Virgen de la Soledad, Patrona de Badajoz. Es obra segura del escultor Miguel Sánchez Taramas, probable autor del mencionado Cristo de la Humildad.

Fue tallado en torno al año 1695 y, como acertadamente afirma Antonio Manzano Marchirant (autor del libro Semana Santa en Badajoz), se trataría del llamado Cristo del Rosario o Coronado de Espinas, que tenía cofradía propia, fundada en dicho año, en el convento de Santo Domingo. También necesita una restauración que elimine los repintes que ocultan su policromía original.

 

 

Cristo Yacente

Pertenece a la Cofradía del Santo Entierro que procesiona el Viernes Santo desde la iglesia de San Agustín. Es obra indudable del escultor badajocense Francisco Ruiz Amador, tallada en el siglo XVIII y tiene un innegable parecido al Cristo que porta la Virgen de la Piedad de Santo Domingo.

Fue restaurada con gran acierto por el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura entre los años 2004 y 2005.

 

 

Nuestra Señora de las Lágrimas

Pertenece a la Cofradía del Santo Entierro que procesiona junto al Cristo Yacente el Viernes Santo desde la iglesia de San Agustín. Es una talla de candelero que ha sido restaurada recientemente por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Se sabe que fue tallada entre 1686 y 1695, y es una obra atribuible al hasta ahora desconocido escultor Antonio Jardín, que ya vivía en Badajoz en el año 1677.

Antonio Jardín llegó a la capital pacense procedente de Portugal, y vivió junto a su mujer y su única hija en la calle de San Onofre, actual calle Menacho. Sabemos que Jardín, como el resto de los escultores que hemos mencionado anteriormente, hizo algunas obras para la Catedral de Badajoz. Según el investigador Fernando Marcos, también hizo trabajos en piedra para las murallas de Badajoz.

 

NOTAS

(1) En los libros de cuentas del convento de Santa Ana de Badajoz (entre los años 1724 a 1727) aparece una obra inédita suya. Era un pago de 873 reales y 8 maravedíes "por la manufactura de la imagen que hizo de señora santa Ana. 330 a Manuel Antonio, pintor, por haberla embarnizado y dorado. Y los 243 reales y 8 maravedíes a Francisco de Prada, por la pintura y dorado del arco que se añadió al monumento". Creo que se trata de la imagen de talla completa que corona el altar mayor y que por su estilo, yo atribuía en un principio a Ruiz Amador. Era un precio bastante elevado, lo que demuestra que el escultor tenía bastante prestigio entonces. Su amigo Miguel Sánchez Taramas ya estaba en Ceuta, por lo que el sucesor sería el cuñado de Miguel: Francisco Ruiz Amador, tras la posterior muerte de Cristóbal. Esto lo corrobora el hecho de que por las mismas fechas se pagaba a "Francisco Ruiz, escultor, por resto de los 600 reales que se le pagaron por la hechura de nuestra madre y señora santa Clara. 200 reales porque los 400 los dio de limosna para este fin la señora doña María de las Nieves". Aparece en esas cuentas otro dato inédito: la realización de un retablo, supongo que de pequeñas dimensiones, por Francisco Ruiz Amador. "Ytem, 271 reales y 2 maravedíes que pago a Francisco Ruiz, escultor, por la hechura del retablo que hizo para Ntra. Sra. del Buen Socorro, que está en la clausura del convento. Consta de su recibo de 26 de noviembre de 1732". Otro de los escultores que trabajaban en Badajoz por aquellos años, y al que se le documenta gran movilidad geográfica, fue el escultor Francisco de Prada. A éste se le pagaron 243 reales y 8 maravedíes entre 1724 a 1727, "por la pintura y dorado del arco que se añadió al monumento". En aquella época también se encontraba en la ciudad de Badajoz el maestro tallista Juan de Biches (¿Vilches?), que hizo la obra de asentar el retablo que se compró de segunda mano para el altar mayor y que procedía del convento de San Francisco. Otro trabajo se le documenta para este convento: "Ítem 350 reales que pagó a Juan de Viches (sic), maestro de tallista, por valor del bastidor que se puso sobre el púlpito de la iglesia. Consta de su recibo de 6 de julio de 1734 que se rubricó". También era habitual la colaboración de estos escultores con pintores, como el sevillano afincado en Badajoz Alonso García Mures. En las cuentas de 1729 a 1732 aparecen "120 reales pagados a don Alonso de Mures, por la encarnación dada a un señor crucificado, como a la cruz y peana y pintar un lienzo que servía de frontal en el altar de la sacristía". Costaba recibo del 21 de septiembre de 1734. Igualmente se citan "100 reales que se le pagaron a don Alonso García Mures, pintor, por los colores y pintura que hizo a la rejería de los presbiterios del altar mayor de la iglesia del convento". Constaba recibo del 3 de febrero de 1734. Otro pintor, prácticamente desconocido, era Marcos Fernández, a quien se le pagan 30 reales el 12 de julio de 1734 por la encarnación de un crucifijo y la pintura de su peana. Asimismo, empiezan a hacer trabajos en este convento el pintor badajocense Juan Eusebio de Estrada, a quien se le pagaron 325 reales y 6 maravedíes "por el dorado del bastidor del púlpito y el color dado a dicho púlpito y lampareros". El recibo tiene fecha del 6 de septiembre de 1734.

 

Dossier relacionado en este

 

Nota del autor: El contenido de este artículo está protegido por la Ley de Propiedad Intelectual. Los visitantes podrán visualizar todos los elementos, imprimirlos, copiarlos, almacenarlos en su ordenador, o en cualquier otro soporte físico, siempre y cuando sea, única y exclusivamente, para su uso personal y privado. Queda, por tanto, prohibida su utilización con fines comerciales, su distribución, su modificación, alteración o descompilación, con o sin ánimo de lucro. En cualquier caso siempre se deberá citar al autor del artículo, así como a la procedencia de éste: http://www.lahornacina.com/dossierextremadura2.htm. El autor se reserva el derecho de emprender acciones legales si no se cumplen los anteriores requisitos.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com