ESCULTURA MARIANA EN CÓRDOBA (I)
Jesús Abades
Virgen de Belén (Monasterio de la Encarnación) Tan singular ejemplar de la estatuaria cordobesa recibe culto en el llamado Retablo del Calvario del Monasterio de la Encarnación, regido por Madres Cistercienses. Es obra de mediados del siglo XVIII, labrada por el imaginero de más prestigio en la centuria: Alonso Gómez de Sandoval. La candorosa efigie mariana ejemplifica a la perfección el exquisito arte del escultor cordobés, plenamente integrado en los cánones dulces y preciosistas que son propios del rococó. Madre e Hijo, tallados hasta la cintura, se funden en el amoroso abrazo que caracteriza la iconografía de María en su advocación de Belén. A la gracilidad y finura del modelado de la obra, que mide aproximadamente 58 cm, hay que sumar su bellísima policromía que ofrece una gran riqueza de matices al espectador. |
Virgen del Socorro (Parroquia del Salvador y de Santo Domingo de Silos) De nuevo Gómez de Sandoval para ofrecernos la que es, posiblemente, la mejor de sus creaciones marianas. Realizada con gran dinamismo en torno a 1755-1760, representa a María, con el pequeño Jesús sostenido en el brazo izquierdo, aplastando a una serpiente para proteger a un niño que pide su auxilio. La Virgen sostiene un rayo flameante en la mano derecha, con el que asestará al monstruo el golpe final, mientras el Divino Infante se inclina para recibir en sus brazos al niño, que simboliza el alma cristiana atormentada por el pecado, que toma a su vez la forma de la serpiente. La imagen, de impecable factura formal y monumental concepción escultórica (180 cm), se venera en un retablo de mármoles cuya ejecución también se atribuye a Gómez de Sandoval y se halla acompañada de las imágenes de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y el Santo Ángel Custodio, todas ellas igualmente del mismo autor. |
Virgen de la Aurora (Parroquia de San Francisco y San Eulogio) Otra muestra del gran talento de Gómez de Sandoval, sin duda alguna uno de los artistas andaluces más destacados del setecientos. Algunos estudiosos sitúan su hechura a mediados del siglo XVIII, mientras que otros amplían las fechas y la catalogan en el segundo tercio de la centuria. En este caso, María se muestra sedente sobre un trono y flanqueada por dos ángeles, con el Niño desnudo sobre su regazo y el cetro alusivo a su realeza portado en la mano derecha. El autor continúa con la ternura de los semblantes y la maestría en la aplicación del color, aunque cierta disposición estática y solemne anticipa la estética serena y mesurada del neoclásico. Nuestra Señora de la Aurora era titular de una ermita que desapareció. Actualmente, ostenta la presidencia del grandioso retablo mayor del templo, tallado por Teodosio Sánchez de Rueda (1720) con abundancia de columnas salomónicas y estípites. La Virgen mide 140 cm de altura. |
Virgen del Socorro (Ermita de Nuestra Señora del Socorro) La venerada imagen mariana, coronada canónicamente en septiembre de 2003, preside el espléndido retablo mayor de su propia ermita, labrado por Teodosio Sánchez de Rueda entre 1718 y 1720. La Señora es una talla anónima de candelero, original de la primera mitad del siglo XVII, que sufrió numerosas modificaciones en la centuria posterior para acentuar el naturalismo barroco de la composición. Consta que fue policromada y retallada por Juan Prieto en 1726 (1), fecha en la que, probablemente, le colocaron la peluca postiza, los ojos de cristal y las pestañas superiores de pelo natural. Por su parte, la efigie del pequeño Jesús fue realizada por Francisco de Arellano en 1763, año en el que fue cincelado un magnífico juego de preseas en plata por Bernabé García de los Reyes. |
Virgen de las Navas (Convento de Santa Isabel de los Ángeles) Estatuilla gótica en alabastro, de gran mérito artístico, que se halla en la zona de clausura del cenobio de los Ángeles. El virtuosismo del anónimo autor se despliega especialmente en el prodigioso plegado del manto que cubre casi por completo la larga túnica de la Virgen. Fechable a mediados del siglo XV, la imagen conserva restos de su policromado original, mayormente en los solemnes semblantes de ambas figuras. Todo el conjunto refleja gran esmero y pulcritud en su acabado. El Niño se muestra desnudo, con la mano izquierda aferrada a una de las quebradas orillas del manto. María aparece tocada con corona mural, labrada en la misma pieza, y cubre su cabeza con amplia toca que cae sobre los hombros. Sostiene al Hijo con la mano derecha, mientras que con la izquierda le aguanta los pies. |
BIBLIOGRAFÍA (1) VILLAR MOVELLÁN, Alberto, DABRIO GONZÁLEZ, María Teresa y María de los Ángeles RAYA RAYA. Córdoba en Guía Artística de Córdoba y su Provincia, Ayuntamiento de Córdoba y Fundación José Manuel Lara, 2006, p. 177. |
Fotografía de la Virgen del Socorro (Ermita) de Antonio Arrebola Romero |
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