EL GRECO Y LA PINTURA MODERNA
24/06/2014
La Dama del Armiño, según El Greco Paul Cézanne |
Introducción El redescubrimiento del Greco tuvo gran importancia para el desarrollo de la pintura en el último tercio del siglo XIX y a lo largo de buena parte del XX. Tras la fascinación ejercida por Diego de Velázquez entre los pintores realistas, El Greco, entonces muy poco conocido, atrajo a los artistas más renovadores, como Manet y Cézanne. También interesó a los pintores españoles, entre ellos Zuloaga, que poseyó La Visión de San Juan (Nueva York, MET), obra decisiva en el nacimiento mismo del cubismo por su influencia sobre Picasso, para quien El Greco fue el maestro antiguo más relevante. Tuvo además un gran peso en la difusión del cubismo, a través del orfismo de Delaunay, y de las obras de Derain, Modigliani, Rivera y la vanguardia checa. La realización de la primera exposición del pintor cretense en el Museo del Prado (1902), la formación de nuevas colecciones que relacionaron su pintura con los artistas modernos, la aparición de los primeros estudios, a cargo de Manuel B. Cossío (1908) y August Mayer (1911), y las apreciaciones críticas vertidas por Julius Meier-Graefe en su Viaje por España (1910) y por Maurice Barrès (1911), favorecieron la difusión de la obra del artista. En Centroeuropa, sus obras, principalmente el Laocoonte (Washington, National Gallery of Art), sirvieron de inspiración a expresionistas como Beckmann, Macke, Kokoschka, Hofer, Steinhardt y Korteweg. También fue importante para los artistas judíos, como Soutine y Chagall, vinculados al ambiente artístico de París, y para las poéticas surrealistas, como revelan los casos de Masson y Domínguez. Especial relevancia tuvo El Greco en la configuración de la pintura moderna en América, donde sus aspectos más expresivos ejercieron una gran fascinación, tanto en México, como se aprecia en Orozco, como en Estados Unidos, a través de Benton y Pollock, en los umbrales mismos de la abstracción, a los que también llegó Matta desde el surrealismo. Aún alentaría el impulso transformador del Greco en las figuraciones expresivas de la posguerra europea, según muestran las obras de Giacometti, Bacon y Saura, así como del último Picasso. |
La Dama del Armiño Atribuido a El Greco |
La Modernización de la Pintura. De Manet a Cézanne En el Romanticismo, la apertura de la Galería Española de Luis Felipe de Orleans en el Louvre (1838), donde figuraron nueve obras del Greco, como la versión reducida de la Adoración del Nombre de Jesús hoy en Londres, o atribuidas a él, como La Dama del armiño, hizo que se interesaran por el artista escritores como Théophile Gautier y Charles Baudelaire, y pintores como Eugène Delacroix. Después, su influencia es muy visible sobre Édouard Manet, que en 1865 vio sus obras en Madrid y Toledo, y Paul Cézanne, que en 1882 copió La Dama del Armiño. También interesó a algunos artistas españoles, como Mariano Fortuny y su círculo (en especial Ricardo de Madrazo), que apreciaron la riqueza y frescura de su colorido, lo mismo que otros artistas que visitaron España, entre ellos el estadounidense William Merritt Chase, que estuvo varias veces a partir de 1881. Cabe destacar la vinculación entre Cézanne y El Greco, establecida tras la muerte de aquel, pues ello constituyó una de las ideas en las que se fundamentó el origen de la pintura moderna, ya que además ambos artistas influyeron decisivamente en el cubismo y el expresionismo. |
Evocación. El Entierro de Casagemas Pablo Picasso |
Picasso y el Cubismo Pablo Picasso, el artista más importante del siglo XX, fue también el más influido por El Greco a lo largo de su trayectoria. Ya en sus comienzos, el conocimiento de su pintura durante su formación en Madrid le hizo ver la excelencia de sus obras, aún poco valoradas. Sus dibujos y sus cuadros de 1898 y 1899 muestran su inicial obsesión por El Greco. Esta se hizo muy intensa en su periodo azul, entre los años 1901 y 1904, en el que la elaboró de un modo original a partir de la obra Evocación. Después, en el periodo de Gósol, en el año 1906, se interesó por la plasticidad de sus figuras. En los orígenes y la definición del cubismo la obra del Greco tuvo un papel preeminente, y también en su difusión, pues algunos de los artistas influidos por Picasso, como Derain, Modigliani , Rivera y los cubistas checos, se inspiraron, a su vez, en el artista cretense. Después del cubismo, Picasso se valió de los retratos del Greco como puntos de partida para expresar una referencia a lo español. En su última época, al tratar los motivos de mosqueteros, volvió sobre el Caballero de la mano en el pecho para mostrar, a través de una ejecución muy libre, aquella referencia transfigurada por un humor a la vez sarcástico y melancólico. |
Mis Amigos Ignacio Zuloaga |
Zuloaga y Sorolla La valoración del Greco en España fue muy notable a partir de la década de 1890. Tuvo su máxima referencia en la figura de Ignacio Zuloaga, que se convirtió en el más ferviente propagandista del pintor. Reunió una amplia colección de obras suyas o a él atribuidas, entre las que destaca La Visión de San Juan (presente en la exposición) que, adquirida en 1905, resultó clave en el origen del cubismo. Zuloaga representó esta obra al fondo de Mis Amigos, cuadro en el que incluyó las efigies de muchos de los escritores españoles que apreciaron al Greco, en especial los de la llamada Generación del 98. También retrató de un modo expresivamente simbólico, con la ciudad de Toledo al fondo, a Maurice Barrès, autor del influyente libro El Greco o el Secreto de Toledo (1911), que aparece en su mano. En obras como Anacoreta, pintada en su campaña castellana de 1907, y en otras de los años siguientes, puede verse la cercanía con los modelos del Greco, como su San Bernardino. Otros artistas españoles, como Santiago Rusiñol y Joaquín Sorolla, valoraron también al Greco, que influyó especialmente en algunos de sus retratos. |
Adoración de la Virgen y el Niño Diego Rivera |
El Orfismo y su Influencia Entre las derivaciones del cubismo, el orfismo fue el movimiento más vinculado a la obra del Greco. Su creador, Robert Delaunay, se inspiró en el sentido dinámico que el color tenía para el artista cretense, unido a la composición en planos. Además, Delaunay vivió, con su esposa Sonia, también pintora, una larga temporada en España, y se familiarizó con los "grecos" del Prado y de Toledo, en cuya Casa Museo se exponía el San Sebastián, que influyó en su serie de gitanos. Amigo de Delaunay, Diego Rivera estudió la obra del Greco en Toledo. Su influencia, unida a la de Picasso, se vierte, en tonos vivos y cálidos, en su monumental Adoración de la Virgen y el Niño, que evidencia la perfecta fusión entre el legado del maestro cretense y el cubismo. August Macke, que conoció a Robert Delaunay en 1912, representa la vertiente más construida y afín al orfismo de Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), grupo expresionista que surgió en Múnich y, con Vassily Kandinsky, derivó a la abstracción. Como Franz Marc y Paul Klee, Macke se sintió muy atraído por El Greco, y transmitió esa atracción a la pintura renana posterior a él. |
Composición (La Oración en el Huerto) Adriaan Korteweg |
El Expresionismo Germánico La pintura del Greco ejerció una gran influencia en el desarrollo del expresionismo en los países germánicos. El artista fue apasionadamente reivindicado en el Viaje por España (1910) de Julius Meier-Graefe (al que retrató Lovis Corinth), y luego estudiado en sendas monografías por August Mayer (1911) y Hugo Kehrer (1914). Sus obras fueron coleccionadas por Marczell von Nemes (y expuestas entre 1910 y 1912 en Budapest, Múnich y Dusseldorf), Franz Hauer, retratado por Egon Schiele a la manera del supuesto autorretrato del Entierro del Señor de Orgaz; y Bernhard Koehler, que poseyó un San Juan Bautista, versión del expuesto en la sala anterior. A través del marchante Paul Cassirer, el Laocoonte fue conocido en Berlín y Múnich, y gracias a Hugo von Tschudi pudo adquirirse una importante versión del Expolio para la pinacoteca de esta última ciudad. Los artistas austriacos, como Schiele y Kokoschka, y los alemanes, como Macke, Beckmann, Hofer y Steinhardt entre otros, recibieron la influencia de estas obras, y el holandés Adriaan Korteweg realizó copias muy libres del Laocoonte y de La Oración en el Huerto. |
Vista Emblemática de Toledo André Masson |
La Visión de Toledo y El Greco por otros Expresionismos Además de haber influido a los pintores centroeuropeos, El Greco fue una referencia para otras vías expresivas de la pintura. El Laocoonte influyó al holandés Korteweg, pero también los paisajes toledanos del Greco, como el que muestra el fondo de este cuadro, sirvieron como punto de referencia para la interpretación de numerosos artistas que viajaron a Toledo. Entre ellos estuvieron Diego Rivera, en su etapa influida por el cubismo, Ignacio Zuloaga, que pintó varios paisajes de Toledo, y David Bomberg. Esa concepción del paisaje influyó, a su vez, sobre las vistas que Chaïm Soutine pintó en Céret. Tanto este artista como Marc Chagall, pintores eslavos de origen judío que desarrollaron su obra en una órbita cercana al cubismo, se sintieron muy atraídos por la pintura del Greco. A la vez, el Greco ejerció su ascendencia sobre otros artistas, como Henry Moore, inspirado por La Visión de San Juan y, en especial, sobre el surrealismo, cuya valoración del "modelo interior" y la "belleza convulsa" propició esa recepción de su obra. Así ocurre en las obras de pintores como Óscar Domínguez y André Masson. |
La Visión de San Juan El Greco |
América Carentes de una tradición pictórica asentada, los artistas americanos del siglo XX vieron en El Greco el ejemplo estimulante de una personalidad formada, como ellos, en varias culturas diferentes. En México le admiraron los artistas del muralismo, no solo Rivera, a quien había influido ya en su etapa cubista, sino también Orozco. El chileno Roberto Matta, que conoció la obra del Greco en España, estuvo influido por él en sus pinturas de finales de los años 30 y principios de los 40, que fueron relevantes en la génesis del expresionismo abstracto en Estados Unidos. Allí se formaron colecciones que incorporaron obras importantes del Greco, como la Expulsión de los Mercaderes del Templo (Nueva York, The Frick Collection, asunto aquí presente en su última versión), La Resurrección y La Visión de san Juan. Del lado del precisionismo, influido por el poscubismo, Charles Demuth realizó un homenaje al artista cretense. Thomas H. Benton, que había visto sus obras en París, copió varias pinturas suyas con un método que transmitió a Jackson Pollock, su alumno, a quien El Greco fue el maestro antiguo que más le interesó. |
Gótico Jackson Pollock |
Figuraciones Posteriores a la II Guerra Mundial Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial las posibilidades de la pintura se orientaron hacia una vertiente angustiosamente expresiva. Un artista de origen judío como David Bomberg lo expresó a través de la iconografía del Greco (Cristo Abrazado a la Cruz) en su cuadro Escucha oh Israel. En la obra de Francis Bacon los escorzos de algunas de sus figuras, como la de Mujer Tumbada, se relacionan con el del soldado en primer plano en la Resurrección del Prado. Alberto Giacometti, muy interesado en el arte del pasado, copió varias obras del Greco, entre ellas La Dama del Armiño, y se valió en sus figuras de la morfología de sus retratos, que influyeron también intensamente en las imágenes de Antonio Saura. Finalmente, la última obra de Picasso se sirvió de nuevo del Greco a través de los dos cuadros más importantes para él, El Entierro del Señor de Orgaz, fuente de su obra gráfica, y El Caballero de la Mano en el Pecho, origen de la iconografía de no pocos de sus mosqueteros. A través de estas imágenes celebró al final de sus días la pintura de un modo franco y expresivo, precursor de los neoexpresionismos. |
Madame Cézanne con un Vestido Rojo Paul Cézanne |
Catálogo y actividades paralelas El catálogo que acompaña a la muestra (344 páginas) está compuesto por tres ensayos generales: el principal a cargo de Javier Barón, comisario de la muestra; otro en torno a la construcción pictórica del Greco de Leticia Ruiz, Jefe de departamento de Pintura Española (hasta 1700) del Museo del Prado; y un tercero que analiza el coleccionismo del Greco en España por Pedro José Martínez Plaza, conservador del departamento de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado. Además se incluyen otros cuatro textos que agrupan grandes bloques temáticos como el de Javier Barón centrado en Manet y la difusión del cubismo; el de Javier Portús en torno a la evolución de la influencia del Greco desde el surrealismo a las nuevas figuraciones; el de Veronika Schroeder en torno al expresionismo; y el de Jeffrey Schrader en torno a la influencia del cretense en la pintura norteamericana del siglo XX. Esta publicación está dedicada a José Alvarez Lopera, Jefe de conservación del Área de Pintura Española del Prado desde 2003 hasta su inesperado y prematuro fallecimiento en 2008, ya que fue él quien propuso, en primera instancia, la realización de una exposición en el Museo que mostrara la influencia que El Greco había tenido en la renovación de la pintura moderna. El Museo del Prado ha organizado un programa específico de actividades en torno a la muestra para facilitar al público su recorrido por salas. Además del habitual ciclo de conferencias y las claves para ver la exposición, se han programado un ciclo de cine, un concierto, un curso monográfico y visitas para jóvenes:
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Mujer sentada en un Sillón Pablo Picasso |
Del 24 de junio al 5 de octubre de 2014 en el Museo del Prado de Madrid (Paseo del Prado, s/n)
Horario: lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas.
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Cristo Muerto con Ángeles Édouard Manet |
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