DIBUJOS ESPAÑOLES EN LA HAMBURGER KUNSTHALLE
30/10/2014
Caballero ante un paisaje (Francisco de Herrera el Mozo) |
Introducción La Kunsthalle de Hamburgo alberga una de las más importantes, en calidad y cantidad -más de 200 obras-, colecciones de dibujo antiguo español fuera de nuestras fronteras. Una colección reunida en Sevilla a comienzos del siglo XIX, que fue vendida en el mercado londinense y adquirida por el museo de Hamburgo en 1891. El núcleo de la colección está formado por los dibujos de Bartolomé Esteban Murillo y algunos de sus más importantes coetáneos y seguidores, muchos de ellos vinculados a la Academia fundada en Sevilla por el maestro junto con Juan de Valdés Leal y Francisco de Herrera el Mozo. Además, se presenta importantes obras de otros destacados maestros del Siglo de Oro como Alonso Cano o Antonio del Castillo. Los dibujos de Francisco de Goya, sobre todo los realizados a partir de cuadros originales de Diego Velázquez hoy conservados en el Museo Nacional del Prado de Madrid, conforman el otro gran foco de la colección. |
La colección y el inventario. Los dibujos más antiguos La exhibición de las dos portadas que estructuraban el álbum de dibujos y el inventario firmado por el dibujante mexicano José Atanasio Echeverría contextualizan el origen de esta colección y su llegada al museo alemán. Los dibujos se dispusieron en el álbum en orden cronológico inverso, primero con las obras contemporáneas y después, en orden ascendente hasta llegar al siglo XVII, la parte más importante. Entre los ejemplares más tempranos se encuentran dos retratos femeninos que muestran, muy probablemente, a María de Hungría, hermana del emperador Carlos V, y a Ana de Austria (imagen superior), cuarta esposa del monarca Felipe II, así como la obra sacra Lamentación sobre Cristo muerto, vinculada al taller del pintor valenciano Juan de Juanes (Joan de Joanes), que muestra un estudio inicial seguramente para un relieve escultórico, en el que la organización de los personajes, siguiendo el arco en el que se insertaría el grupo, refuerza la idea de dolor compartido en torno al cadáver de Cristo. |
David y Goliat (Antonio del Castillo y Saavedra) |
Los comienzos del siglo XVII. Apostolados El dibujo ofrecía grandes posibilidades a los artistas a la hora de planificar composiciones de gran formato, como una Adoración de los Pastores para la que quizá se concibió Cabeza de Muchacho, o cuadros de altar para los que se valdrían de dibujos preparatorios como el San Juan Evangelista atribuido a Vicente Carducho. La práctica de tomar apuntes del natural de la figura humana, con vistas a su posterior uso como modelo para las composiciones, era una costumbre generalizada entre los artistas, y a ella responden los estudios anónimos de cabezas y figuras que se muestran en esta exposición. También para un altar, hoy desconocido, debió realizarse el San Francisco, que parte de un original de Jusepe Ribera. Por técnica y estilo, los doce dibujos de Apóstoles expuestos han sido atribuidos a Francisco de Herrera el Viejo y se relacionan, algunos muy directamente, con varios cuadros de un Apostolado conservado en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, procedente del convento de Santa Clara de Priego. Padre e hijo muestran su interés por los Apostolados, un tema muy frecuente en el mundo católico de la primera mitad del Seiscientos que popularizaron artistas como El Greco y que supuso la creación de un panteón de héroes del Catolicismo. |
Alonso Cano, Francisco Herrera el Mozo y Antonio del Castillo Las obras expuestas del artista granadino Alonso Cano, uno de los más prolíficos dibujantes españoles del siglo XVII, demuestran su gran versatilidad. Algunas como Proyecto para un altar con la figura de San Diego de Alcalá y Proyecto de decoración festiva se realizaron en el contexto de su actividad como tracista de retablos o arquitecturas efímeras, al igual que el Altar de Santa Catalina de Alejandría (imagen superior), considerado una de sus obras maestras. De tema dominico es una aparición milagrosa de la Virgen María y tres santas para mostrar un cuadro de Santo Domingo a un religioso de la orden. En 1660, Francisco Herrera el Mozo, junto con Murillo y otros artistas, fundó en Sevilla una Academia para la enseñanza artística en cuyo entorno se realizaron la mayoría de las obras de las secciones siguientes de esta exposición. De hecho, algunas de sus obras en la colección de Hamburgo estuvieron anteriormente atribuidas a Murillo, como el San Juanito, ejemplo de modelos creados y popularizados por este último. Se exponen dos de los dibujos más originales de la colección, obras de Herrera: Caballero ante un paisaje, de temática no religiosa, frente a la gran mayoría de dibujos españoles del siglo XVII, podría estar relacionado con algún proyecto de escenografía teatral; respecto a La tentación de San Antonio, convierte este tradicional episodio en una danza en el que el demonio-sátiro gira en torno al atribulado santo mientras sostiene un racimo de uvas. Dos de los dibujos de Antonio del Castillo contienen alusiones a la cuestión de la autoría artística y al orgullo creador, que pintores como el cordobés Castillo siempre reivindicaron. David y Goliat lleva una inscripción que atestigua la condición de Castillo como creador material e intelectual del dibujo, anotación surgida por su enfrentamiento con el pintor cordobés Juan Luis Zambrano, a quien se atribuía un cuadro del mismo asunto realizado por aquel. También la Cabeza masculina luce una indicación de autoría y muy probablemente formó parte de una hoja completa de estudios de bustos en diferentes actitudes, que fueron cortados individualmente con posterioridad. Los dibujos acabados podían ser utilizados tanto para ser transferidos al lienzo mediante una cuadrícula como para servir de modelo a otros dibujos que los copiaban de forma casi exacta. |
Bartolomé Esteban Murillo y Juan de Valdés Leal A mediados de la década de 1650 Murillo era el artista más importante de Sevilla, ejerciendo notable influencia en discípulos y contemporáneos, como atestiguan los dibujos conservados. Junto a una de sus obras maestras, Asunción de la Virgen (imagen superior), otras revelan su originalidad al abordar temas tradicionales, como el Estudio de la Magdalena dormida sobre el sepulcro vacío de Cristo. Otros se muestran como material de trabajo revelando su empleo del dibujo en el proceso creativo. Ángel con el velo de la Verónica y Ángel con la corona de espinas son obra de miembros del taller o de discípulos, partiendo de originales de Murillo, y transferidos a otros soportes mediante el uso de cuadrícula y procedimiento de calco respectivamente. Otros dibujos como San Francisco abrazado al Crucificado y Matrimonio místico de santa Catalina copian composiciones pictóricas. La investigación llevada a cabo para la exposición ha permitido relacionar dos de los dibujos que se exponen, La cabeza de san Juan Bautista y Estudio para Elías y los profetas de Baal, con uno de los más importantes proyectos de Juan de Valdés Leal, el retablo del Carmen Calzado de Córdoba, contratado en 1655. Igualmente puede relacionarse San Fernando con el cuadro del mismo tema encargado al artista por el cabildo de la catedral de Jaén en 1673, en el contexto de las fiestas por la canonización del santo. |
La cabeza de San Juan Bautista (Juan de Valdés Leal) |
La Academia sevillana La Academia sevillana del siglo XVII y el estilo de dos de sus impulsores, Murillo y Valdés Leal, influyeron notablemente en el trabajo de las siguientes generaciones de artistas como se puede apreciar en esta sección. La huella de Murillo es evidente en los dibujos de San José con el Niño Jesús de Jerónimo de Bobadilla. Formado en su juventud con Zurbarán, Bobadilla fue miembro de la Academia y ocupó en ella cargos oficiales, además de ser coleccionista de dibujos. El flamenco Cornelis Schut III también fue presidente de la institución y en obras como Adoración de la Eucaristía y Virgen del Rosario combina lo aprendido en Sevilla, con los recuerdos de su ambiente de origen. La huella de Murillo se aprecia también en Núñez de Villavicencio, cuya obra San Sebastián y San Roque con ángeles sobre nubes con el Espíritu Santo manifiesta la conmoción que para la sociedad sevillana significó la epidemia de peste de 1649, al representar en ella a los dos santos protectores frente a la temida plaga. La obra de Clemente de Torres está muy próxima en estilo a la de quien se considera su maestro Valdés Leal. Ello se aprecia en el Cristo con la cruz a cuestas, un tema que Valdés Leal representó al menos en tres ocasiones, así como en algunos de los angelitos que se agrupan a los pies de la Virgen, que recuerdan los de dos Inmaculadas de Valdés en el Museo de Sevilla. El primer dibujo es un buen ejemplo de la frecuente reutilización del papel en el XVII, pues está realizado sobre un papel en el que previamente se había escrito una carta. Domingo Martínez se formó con el hijo de Valdés Leal, Lucas Valdés, pero iconográficamente es el artista más cercano a Murillo de todos los que trabajaron en Sevilla tras la muerte de éste, como lo demuestran los dibujos Inmaculada Concepción y Virgen con el Niño. Fue un pintor de enorme prestigio en su época, especialmente durante el denominado "Lustro Real", los años en que la corte tuvo su sede en Sevilla, de 1729 a 1733. |
Echevarría y sus contemporáneos. Francisco de Goya Se exponen también obras de artistas académicos como Pablo Pernicharo y Maella; de este último un dibujo preparatorio para sus frescos del Palacio del Pardo. Hay bastantes dibujos del propio Echeverría, algunos preparatorios para grabados como La Virgen de Covadonga y otros, consecuencia de su participación en expediciones científicas como Estudios ornitológicos de cinco pájaros (imagen superior). También se muestran tres dibujos anteriormente atribuidos a Goya, La Virgen se aparece a Santiago sobre una columna, Vuelo de un globo aerostático y Paisaje con caserío, arbustos y pirámide, cuya autoría se ha descartado en el marco de la investigación para esta exposición. Una de las piedras angulares de la colección de Hamburgo la constituyen precisamente los dibujos de Goya, si bien su procedencia es diferente. Aunque fueron adquiridos en Londres en 1891 junto al resto de los españoles, no formaron parte de aquel álbum sevillano de origen académico. El conjunto más importante lo constituyen los dibujos preparatorios para las estampas que, procedentes de la colección del erudito Ceán Bermúdez, copiaban algunos cuadros originales de Velázquez: Francisco Lezcano, El aguador de Sevilla y El bufón Barbarroja. Goya anunció la venta de sus estampas por primera vez en la Gazeta de Madrid el 28 de julio de 1778, y con ellas pretendía en parte difundir en Europa obras de la Colección Real española a través del grabado. Pero sus Velázquez no son meras reproducciones sino ágiles e inteligentes interpretaciones de la obra del sevillano. Seguramente de la misma procedencia sean los dibujos preparatorios de Tauromaquia, en los que Goya demostró su capacidad para expresar el dramatismo de las corridas de toros como El esforzado Rendón picando un toro y Dos grupos de picadores arrollados de seguida por un solo toro. Finalmente destacan dos hojas del disperso Álbum B o de Madrid en las que Goya mostró escenas de contenido sexual protagonizadas por mujeres, como Pareja reclinada en la penumbra, llamada también Maja celestina esperando junto a un puente, o Pareja con sombrilla en el paseo, apodada Majas luciéndose en el paseo. |
El príncipe Baltasar Carlos, cazador (Francisco de Goya) |
Catálogo y actividades La exposición Dibujos Españoles en la Hamburger Kunsthalle: Cano, Murillo y Goya se acompaña de un exhaustivo catálogo razonado de todos los dibujos de la colección, elaborado por Jens Hoffman-Samland con la colaboración de los conservadores del Museo del Prado, María Cruz de Carlos Varona, Gabriele Finaldi, José Manuel Matilla, Manuela Mena y Gloria Solache. Por último, el Museo Nacional del Prado de Madrid ha organizado un programa específico de actividades en torno a la presente muestra: un itinerario didáctico para facilitar al público su recorrido por salas, además de dos interesantes conferencias relacionadas con la muestra: Dibujos españoles del Museo de Hamburgo (29 de octubre) y Coleccionismo y mercado artístico en Sevilla 1750-1850 (13 de diciembre). |
Del 30 de octubre de 2014 al 8 de febrero de 2015 en el Museo del Prado (Paseo del Prado, s/n, Madrid)
Horario:
lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y días festivos, de 10:00 a 19:00 horas;
cerrado el 25 de diciembre
y el 1 de enero; los días 24 y 31 de diciembre y 6 de enero, de 10:00 a 14:00 horas.
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