ZURBARÁN: UNA NUEVA MIRADA

05/05/2015


 

 
 

Virgen de la Merced con dos Mercedarios

Francisco de Zurbarán
Hacia 1635-1640
Óleo sobre lienzo
166 x 129 cm
Colección particular

 

Introducción

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta este verano la exposición Zurbarán: Una Nueva Mirada, que plantea una revisión actualizada de la obra de este gran maestro del Siglo de Oro español desde la perspectiva de los descubrimientos y estudios realizados en las últimas décadas, que han venido a enriquecer el conocimiento del artista y de su trabajo.

Francisco de Zurbarán y su obra han sido objeto de numerosas muestras, desde la primera organizada en Madrid en 1905 hasta las múltiples manifestaciones artísticas que conmemoraron el IV centenario de su nacimiento en 1998, y que culminaron con una gran exposición monográfica en Sevilla. Diez años antes, en 1988, la extensa antológica celebrada en el Museo del Prado supuso una puesta al día de los estudios sobre el pintor y su personalidad pictórica, pero evidenció también lagunas que afectaban al taller, a la datación de algunas obras o a momentos de su vida; aspectos que han podido conocerse gracias a las investigaciones llevadas a cabo desde entonces hasta la actualidad. Esos más de 25 años transcurridos son una buena razón para dedicarle una nueva exposición monográfica que ahonde en su figura, su obra y su tiempo y que, lejos de pretender ser una revisión exhaustiva, presente algunas de las más importantes novedades y descubrimientos, obras inéditas o recientemente recuperadas y piezas restauradas para la ocasión.

La muestra podrá verse del 9 de junio al 13 de septiembre de 2015. Tras su presentación en Madrid, para la que cuenta con el mecenazgo de Japan Tobacco International, la exposición viajará a Alemania, al Museum Kunstpalast de Düsseldorf, donde podrá visitarse del 10 de octubre de 2015 al 31 de enero de 2016.

La selección de obras realizada por las dos comisarias del proyecto -Odile Delenda, autora del catálogo razonado del pintor y colaboradora del Instituto Wildenstein de París, y Mar Borobia, Jefe del Área de Pintura Antigua del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid- se ha centrado en primer lugar en la obra autógrafa de Zurbarán, con piezas destacadas de distintas épocas y de algunos de los grandes conjuntos que realizó a lo largo de toda su carrera. Los préstamos proceden de colecciones y museos españoles, europeos y americanos, e incluyen algunas obras nunca antes expuestas en España y otras que han pasado a formar parte del catálogo del pintor después del año 1988. También se presenta por primera vez una sala dedicada a la producción de los ayudantes del taller y otra a la naturaleza muerta, en la que se reunirán algunos de los escasos bodegones del maestro junto a los de su hijo Juan, colaborador y discípulo aventajado, cuyas magníficas pinturas de flores y frutas han sido recientemente redescubiertas y puestas en valor.

 

 
 

Santo Domingo en Soriano

Francisco de Zurbarán
Hacia 1626-1627
Óleo sobre lienzo
190 x 230 cm
Parroquia de Santa María Magdalena (Sevilla)

 

Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 - Madrid, 1664)

Zurbarán es uno de los artistas más avanzados de su época. El atractivo de su obra desborda ampliamente el ámbito hispano y lo convierte en figura incontestable entre los nombres más destacados de la pintura europea. Pintor de lo concreto, sus formas geometrizadas, de duras aristas, y sus grandes superficies lisas, junto con el universo solemne y silencioso que transmite su obra, lo conecta con algunas sensibilidades de movimientos artísticos del siglo XX, del cubismo a la pintura metafísica, poniendo de manifiesto su gran actualidad.

Zurbarán es también uno de los pintores españoles del siglo XVII que mejor ha expresado el sentimiento religioso, realizando en su obra una sutil síntesis entre misticismo y realismo. Pasó la mayor parte de su vida en Sevilla, dedicado a la ejecución de cuadros de devoción, retablos o ciclos monásticos para las numerosas comunidades monacales florecientes en aquella época, como dominicos, franciscanos o mercedarios. Los religiosos sevillanos le encargaban conjuntos que marcaron la cadencia de su carrera artística y que, desde época temprana, requirieron la participación de un taller. Su estilo original, muy característico y de lenta evolución, está vinculado a una concepción tenebrista de la luz, sumándose a unas composiciones sencillas y estáticas, y a una minuciosa factura de los valores táctiles de los objetos representados.

Las figuras escultóricas, de porte monumental y llenas de dignidad, se construyen con solidez en el espacio bajo una luz rotunda y plenamente humanas, dando la sensación de estar transfiguradas por su fe. Colorista excepcional, su profundo interés por expresar la calidad de las cosas, hace que las telas y los enseres representados, sean de la naturaleza que sean -flores, frutas, vasijas- y aún colocados en lugares secundarios, adquieran el rango de protagonistas junto a los rostros y las manos de los personajes. Alguno de los mejores ejemplos los encontramos en su famosa serie de santas que representa de forma completamente novedosa, solas, vestidas con ricos y suntuosos trajes y con rostros de gran belleza y mirada expresiva. De las manos de Zurbarán han surgido también algunos de los bodegones más influyentes de la pintura española. Hablamos de unos bodegones construidos con pocos y toscos objetos, estas obras tienen la virtud de transmitir al espectador todo un mundo de sensaciones plenas de trascendencia.

Sesenta y tres obras, en su mayoría de gran formato, se presentan distribuidas en siete salas, siguiendo un orden cronológico y atendiendo también a la naturaleza del encargo por el que fueron ejecutadas. Con este planteamiento, el visitante encontrará espacios dedicados a las grandes comisiones de las comunidades religiosas junto a otros donde se contemplarán obras individuales destinadas a la devoción privada, incluyendo en mitad del recorrido las dos salas dedicadas a los bodegones y a los artistas que colaboraron en su taller.

 

 
 

San Ambrosio

Francisco de Zurbarán
Hacia 1626-1627
Óleo sobre lienzo
207 x 101,5 cm
Museo de Bellas Artes de Sevilla

 

Los inicios. Primeros conjuntos (1626-1630)

Hijo de un comerciante acomodado, Francisco de Zurbarán nació en Fuente de Cantos (Badajoz) en 1598 y fue el menor de cinco hermanos varones. Se formó en la cercana Sevilla, en el taller de Pedro Díaz de Villanueva, donde está documentado en enero de 1614. Concluido su aprendizaje, contrae matrimonio con María Páez en 1617, en Llerena (Badajoz), con 19 años. Con ella tuvo tres hijos, entre ellos Juan, futuro pintor y colaborador. Zurbarán se casó en dos ocasiones más, con Beatriz de Morales en 1625 y con Leonor de Tordera en 1644.

Sus primeros encargos llegarían del entorno más inmediato, hasta que en 1626 firma un contrato para realizar 21 pinturas para los dominicos de San Pablo el Real de Sevilla. Esta tarea, con escenas de su fundador y que se comprometió a realizar en ocho meses, le abrió las puertas de la ciudad. Logró así nuevos encargos, como el del convento de la Merced Calzada, un conjunto dedicado a San Pedro Nolasco al que estaba destinado la que se considera una de sus obras maestras de juventud, el San Serapio (1628) del Wadsworth Atheneum de Hartford, una de las piezas destacadas de la exposición y solo expuesta en España en una ocasión hace más de cincuenta años. En esta primera sección se incluyen además algunas obras importantes de nueva atribución, como la Aparición de la Virgen a San Pedro Nolasco (hacia 1628-1630) de una colección privada de París, y otras nunca antes vistas en nuestro país, como San Francisco de pie contemplando una Calavera (hacia 1633-1635) o San Blas (hacia 1633-1635), procedentes de Saint Louis y Bucarest, respectivamente.

 

 
 

Muerte de San Pedro Nolasco

Juan Luis Zambrano
Hacia 1634
Óleo sobre lienzo
165 x 209 cm
Catedral de Sevilla

 

1630-1640. Los conjuntos I y II y pinturas aisladas

En 1629, Zurbarán se instaló con su familia y ayudantes en Sevilla; ahí continuó trabajando en grandes conjuntos solicitados por diferentes órdenes religiosas. En 1634 su reputación y su amistad con Velázquez le brindaron la oportunidad de liberarse de la tutela de su clientela monástica y colaborar en la mayor empresa madrileña de la época: la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro. Zurbarán se traslada por un tiempo a la capital, donde pinta dos grandes cuadros de historia con el tema del Socorro de Cádiz y una serie sobre los trabajos de Hércules cuyo tratamiento, muy realista, sorprende todavía hoy.

De regreso a Sevilla, realizó dos de sus series más importantes: el retablo mayor para la cartuja de Jerez de la Frontera, desmembrado a principios del siglo XIX, y el conjunto del monasterio de Guadalupe (Cáceres), único encargo que ha permanecido in situ hasta la actualidad. Los grandes ciclos monásticos de 1638 y 1639 marcan el apogeo de su carrera. La Adoración de los Magos (hacia 1638-1639) procedente del Musée de Grenoble o el Martirio de Santiago del Museo del Prado son dos de los magníficos ejemplos reunidos en esta sección.

Tanto el maestro como el taller se interesaron por el mercado americano, especialmente de Lima y Buenos Aires, hacia donde embarcaron pinturas destinadas a iglesias y monasterios. A partir del año 1640, su taller se centra en importantes series de personajes de pie, iniciadas con Los Apóstoles de Lisboa (1633) y con frecuencia destinadas al mercado colonial. El Cristo muerto en la Cruz del Museo de Bellas Artes de Asturias, colección Pedro Masaveu, la Casa de Nazaret perteneciente a una colección madrileña o San Francisco en Meditación de la National Gallery de Londres, son algunos de las piezas destacadas en esta sección; junto a ellas se exponen otras de más reciente atribución, como la Huida a Egipto del Seattle Art Museum o un San Antonio de Padua, procedente de la Commune d'Etreham.

 

 
 

San Francisco de pie contemplando una Calavera

Francisco de Zurbarán
Hacia 1633-1635
Óleo sobre lienzo
91,4 x 30,5 cm
Saint Louis Art Museum

 

1650-1662. La plena madurez. El legado del artista

El estilo de Zurbarán empezó a cambiar hacia el año 1650, cuando su pincelada se torna más suave, los efectos lumínicos se moderan, los fondos se vuelven más claros y las tonalidades de sus figuras se hacen mucho más luminosas. De esta etapa son los óleos de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla y gran número de escenas sagradas destinadas a la devoción privada.

La belleza de su estilo tardío muestra una evolución de su pintura hacia unas cotas mayores de dulzura y refinamiento. Incluso antes que el sevillano Murillo, Zurbarán se hace eco también con gran naturalidad de la renovación artística que introduce la Reforma Católica. Su entrañable mirada sobre la infancia se expresa en imágenes de la Virgen Niña y en sus jovencísimas representaciones de la Inmaculada Concepción, devoción nueva de la que Sevilla se convierte en adalid.

Esta última sección presenta el mayor número de obras incluidas recientemente en el catálogo del pintor, entre ellas, San Francisco rezando en una Gruta (hacia 1650-1655) del San Diego Museum of Art, Cristo Crucificado con San Juan, la Magdalena y la Virgen (1655), Virgen Niña dormida (hacia 1655) o el magnífico óleo de los Desposorios místicos de Santa Catalina de Alejandría (1660-1662), todos ellos de colecciones privadas.

 

 
 

Peras en Cuenco de Porcelana

Juan de Zurbarán
Hacia 1645
Óleo sobre lienzo
82,6 x 108,6 cm
The Art Institute of Chicago

 

Actividades complementarias y catálogo

A lo largo de todo el verano, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid ha programado una serie de actividades paralelas a la exposición, como unas Jornadas en las que especialistas en su obra expondrán sus diferentes tesis y enfoques sobre el pintor, un ciclo de cine, o la representación de piezas cortas de teatro, así como diversas iniciativas a través de las redes sociales.

El catálogo de Zurbarán: Una Nueva Mirada incluye una serie de textos y ensayos que abordan los temas más relevantes sobre la figura del pintor y el contenido de la exposición, así como una ficha de cada una de las obras expuestas con el análisis de su iconografía, técnica, estilo y procedencia. La publicación se completa con una extensa cronología y una bibliografía general.

 

 
 

Desposorios Místicos de Santa Catalina de Alejandría

Francisco de Zurbarán
1660-1662
Óleo sobre lienzo
121 x 102,7 cm
Colección particular de Suiza

 

Japan Tobacco International

Japan Tobacco International (JTI) es la división internacional de Japan Tobacco (JT), líder mundial en la fabricación, comercialización y venta de productos del tabaco.

JTI es una compañía responsable y comprometida con todas las comunidades en las que opera. Así, desde sus inicios colabora con iniciativas de carácter social, cultural y de cuidado de nuestro entorno natural. En el marco de este programa, JTI colabora con más de 120 organizaciones sociales y culturales en todo el mundo, con el fin de impulsar el desarrollo de proyectos con un impacto positivo en los países en los que está presente.

En el ámbito de la cultura, la compañía trabaja con instituciones de referencia en tres ámbitos: conservación del legado cultural, apoyo al arte en sus diferentes manifestaciones y promoción de la cultura japonesa.

En España, JTI trabaja con el Museo Thyssen-Bornemisza, institución con la que se ha colaborado ya en dos exposiciones de gran envergadura, el Teatro Real de Madrid, apoyando las inauguración de las temporadas de ópera, la Fundación Amigos del Museo del Prado, desde hace más de 20 años, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria y el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), ambos espacios de referencia en el ámbito del arte y la cultura en Canarias.

En 2013, JTI refuerza su compromiso con la difusión del arte en sus diferentes manifestaciones de la mano del Museo Thyssen-Bornemisza, uno de los máximos iconos de las artes plásticas de España. En el marco de este compromiso, la compañía colaboró en 2014 con la muestra Mitos del Pop. Ahora apoya Zurbarán: Una Nueva Mirada, que plantea una revisión actualizada de la obra de este gran maestro del Siglo de Oro español.

JTI trabaja también con otras prestigiosas instituciones, como el Teatro de la Scala de Milán, el Musée du Louvre de París, la Royal Academy of Arts de Londres o el Museo del Ermitage de San Petersburgo.

 

 
 

Huida a Egipto

Francisco de Zurbarán
Hacia 1630-1635
Óleo sobre lienzo
150 x 159 cm
Seattle Art Museum

 

Dirección y horarios: Paseo del Prado nº 8, Madrid.
Lunes y domingos, 10:00 a 19:00 horas; martes a sábado, 10:00 a 22:00 horas.

 

 
 

San Francisco en Meditación

Francisco de Zurbarán
1639
Óleo sobre lienzo
162 x 137 cm
National Gallery de Londres

 

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