Introducción

El pasado 23 de septiembre de 2018, los trabajos del trono de la Virgen de los Remedios de Málaga salieron completamente finalizados. La peana salió totalmente dorada; el suelo fue decorado imitando la solería del presbiterio de la iglesia de los Santos Mártires, templo donde recibe culto la imagen mariana, y se pudieron admirar las cuatro cartelas con la iconografía mariana establecida, realizadas en técnica pictórica. Asimismo, los faldones de exposición restantes lucieron durante los días previos en los Mártires.

Ebanistería y talla ornamental

El malagueño Manuel Toledano Gómez es el autor de la talla del trono que, fase a fase, ha ido estrenándose entre 2014 y 2017. Su trabajo constante y su extraordinaria interpretación del proyecto de Javier Sánchez de los Reyes confirman la certera apuesta de la hermandad malagueña de los Remedios por Toledano.

A ello ha ayudado de manera decisiva el ebanista y carpintero Francisco López Torrejón, con taller en Torremolinos (Málaga), que ha resuelto el complejo "puzzle" de entrantes y salientes, de biseles y ángulos, a la vez que ha facilitado al máximo las posibilidades de montaje y el sistema de anclaje de la imagen al trono.

El equipo formado por estos dos profesionales ha sido, sin género de duda, el centro de la feliz ejecución de este trono procesional, que ya es una realidad para disfrute de cofrades y amantes del arte.

Dorado

Para las tareas de dorado el panorama no era tan claro, al menos al principio del proyecto, en el año 2012. Si Manuel Toledano despuntaba indiscutiblemente en la talla artesanal, lo cierto es que -y siempre con la idea de depositar las labores de dorado en la capital malagueña, para mejor seguimiento de los trabajos-, no había ningún nombre consagrado en la capital, aunque sí algunas promesas.

De los nombres barajados, se confió en las buenas maneras que apuntaba el artista local Alberto Berdugo Trujillo, artesano polivalente -pues también es tallista- cuyos trabajos de dorado convencieron a los miembros de la Hermandad. En absoluto la decisión fue errática: la labor efectuada por Berdugo durante las distintas fases se respaldan por sí mismo: 2016 (arbotantes delanteros); 2017 (arbotantes traseros y moldurón) y 2018 (peana).

Más allá del magnífico resultado en lo que a aplicación de oro se refiere, Berdugo es, además, autor del suelo del trono: una trama inspirada, cómo no, en la marmórea del altar mayor de la Parroquia de los Santos Mártires. Así, el trono de su Patrona continúa siendo la prolongación del templo cuando la Virgen sale a las calles.

Labor pictórica e iconografía

Desde el comienzo, cuando Sánchez de los Reyes optó por apoyarse en la personalidad de la decoración rococó de los Santos Mártires para recrear el futuro trono, la Hermandad de los Remedios tuvo claro que el programa iconográfico debía ser, de una parte, escueto, para dar prioridad a la talla ornamental; y de otra, que tuviese un discurso más historicista que teológico, en aras a reivindicar a la Virgen de los Remedios, uno de los más importantes iconos del devenir devocional de Málaga, talla local de autor anónimo del siglo XVIII.

Así, se establecieron cuatro cartelas, a situar en los centros de sendas caras de la peana: en el frontal figura la Asunción de la Virgen, pues esta Solemnidad del 15 de agosto ha sido históricamente la gran fiesta de la Corporación; en la trasera, por su parte, aparece la Inmaculada Concepción, porque la Hermandad estuvo agregada a la hoy inactiva Esclavitud de la Concepción de la Parroquia. Finalmente, y para reivindicar y dar a conocer que la Virgen de los Remedios es una de las tres primeras advocaciones que arribó a la ciudad de la mano del séquito de los Reyes Católicos en 1487, se ha optado por que sea escoltada por las otras dos a las que acompañó: Santa María de la Victoria, desde 1868 Patrona de Málaga y su Diócesis; y Nuestra Señora de los Reyes, imagen que recibe culto en la Catedral de la Encarnación y Patrona de su Cabildo.

Para la ejecución de las cuatro cartelas, la Hermandad optó por alejarse del modo más acostumbrado para ello, declinando la talla en relieve en virtud de la técnica pictórica. Para ello se ha contado con el trazo del pintor de José Antonio Jiménez Muñoz, pintor de Benalmádena (Málaga), quien ha efectuado de forma magistral las piezas que se han estrenado en este 2018, aportando la necesaria dosis de policromía al universo dorado de tallas que es el trono de la Virgen de los Remedios.

Se da la circunstancia de que, en pleno trabajo de las cartelas, José Antonio Jiménez Muñoz recibió el encargo de la Agrupación de Cofradías para hacer el cartel oficial de la Semana Santa de Málaga de 2019.

Orfebrería y faldones

Otras disciplinas artísticas han sido precisas para poder llevar a buen término el trono de la Virgen de los Remedios, una obra coral cuyos primeros pasos se dieron en el año 2012 y que en este 2018 tocan a su fin.

En orfebrería, los remates de cada arbotante. Según el diseño, se llevaron a cabo unos airosos zarcillos con el escudo corporativo que bailan al ritmo de la mecida. Pero además, las restantes 48 tulipas también cuentan con su coronilla. Para tales menesteres se acudió a Fuengirola, en donde Orfebrería Montenegro tiene taller. Del obrador regentado por Miguel Ángel Martín Cuevas procede el sistema de anclaje de la campana, donde la Hermandad apostó por la discreción, para que el impacto repercuta en el trono.

Finalmente, y aunque por la peculiaridad del tipo de carga de los tronos de Málaga no es recomendable sacarse a la calle, de cara a su exposición en el templo de los Santos Mártires, la Hermandad ha optado por la confección de unos faldones de exposición, en vistosa tela de brocatel con fondo granate, que han sido confeccionados entre 2017 y 2018 por la malagueña Rami Cano. 

El 23 de septiembre, con motivo de la bendición del trono, la Hermandad entregó reconocimientos a los artistas que han participado en la consecución del trono procesional de la Virgen de los Remedios.

La imagen

La actual escultura de Nuestra Señora de los Remedios pudiera ser la que consta como bendecida el 15 de agosto de 1735 (dicho sermón de bendición aún se conserva en los archivos catedralicios). Representa a una mujer joven sonriente y con ojos penetrantes, de acusado gesto hierático y mayestático. El cuello robusto, la precisión del óvalo facial en el que se inscriben pómulos bien modelados, se complementa con los efectos nacarados de las carnaciones. Llama la atención la larga melena que cae hasta tapar parte de los hombros y que hábilmente fue trabajada para ahuecarla y permitir el encaje de capas de ricas telas sobre los hombros.

El Santo Niño del Rosario que lleva en brazos, es también una talla de autoría anónima. Su singular expresividad hace pensar en la posible inspiración del artista en un modelo vivo. Como escultura exenta, evidencia unas apreciables calidades artísticas, no sólo por el tratamiento exquisito de su delicada y rolliza morfología anatómica, sino por la espontaneidad y dinamismo del gesto que simula de saltar de los brazos de la Madre en actitud de acoger al espectador con sus manezuelas. Su dinamismo, pletórico de preciosismo Rococó, se combina con la acertada policromía a base de tonos limpios y algo fríos, que resaltan las excelencias del sobrio modelado y el detallismo de la cabellera, a través de pinceladas dispersas por la frente.