FANTASÍA ÁRABE. PINTURA ORIENTALISTA EN ESPAÑA (1860-1900)

12/10/2019


 

 
 

Tangerino con tarbouche rojo

Josep Tapiró
Hacia 1890-1900
Acuarela sobre papel
41 x 31 cm
Colección particular

 

Presentación

La nueva exposición temporal Fantasía árabe. Pintura orientalista en España (1860-1900) es la encargada de inaugurar la nueva temporada expositiva del Museo Carmen Thyssen Málaga hoy 12 de octubre. La muestra se centra en el período de esplendor de la llamada temática orientalista en la pintura española, uno de los géneros más singulares y atractivos del arte del siglo XIX, que tiene sus orígenes en la pintura de artistas franceses como Delacroix y que, en el caso español, reflejará el apasionado descubrimiento de los paisajes, costumbres y tipos del norte de África por artistas como Fortuny, Tapiró, Fabrés y Lameyer, entre otros muchos.

Este momento de auge del orientalismo en el arte español lo inaugura Mariano Fortuny a comienzos de la década de 1860, a raíz de sus viajes a Marruecos. Fortuny, un artista de extraordinario talento y creatividad y uno de los grandes maestros de la centuria, será el referente de numerosos artistas contemporáneos que, como él, visitarán también el norte de África, o que se inspirarán en sus composiciones orientalistas para construir una visión fabulosa de ese territorio y sus gentes, configurando así un "Oriente cercano", entre la observación realista y la recreación de un mundo evocador y exótico.

En los años que aborda la exposición Fantasía árabe. Pintura orientalista en España (1860-1900), el género orientalista está de moda entre los coleccionistas europeos, a través de los marchantes parisinos o londinenses de artistas como el propio Fortuny, y españoles, un éxito alentado por una floreciente literatura de viajes y la expansión colonial europea en el Magreb. Hacia el final del siglo XIX y ya a partir de 1900, el orientalismo irá degenerando, se volverá repetitivo, muy estereotipado y, sobre todo, más alejado del referente real que sí habían visto y vivido los iniciadores del género en las décadas de 1860, 70 y 80.

A través de 84 obras, entre pinturas, dibujos, acuarelas, objetos etnográficos y fotografías, la muestra recorrerá la aportación española al orientalismo, entre el enfoque topográfico y etnográfico de paisajes y tipos y la recreación fantástica, en los estudios de los pintores, a partir de fotografías, colecciones de objetos, indumentarias y obras ajenas que dan lugar a composiciones con un "aire oriental", evocadoras del exotismo, el oropel, el misterio y la seducción que Occidente atribuía entonces a Oriente.

La muestra, que retoma un capítulo del arte español al que se ha dedicado escasa atención en el panorama expositivo nacional en los últimos años (más allá de exposiciones individuales de algunos de sus cultivadores principales), se divide en tres secciones que analizan, respectivamente, el paisaje, las costumbres y los tipos humanos. En ellas, las obras representan los principales temas del género orientalista: paisajes del desierto y la Alhambra, como remembranza del pasado musulmán y "oriental" de España; escenas cotidianas en calles, mercados, cafés, baños y mezquitas; y tipos raciales, guerreros, santones, encantadores de serpientes y bellezas orientales, ensimismadas o recluidas en harenes prohibidos que excitan la imaginación europea de la época.

Fantasía árabe. Pintura orientalista en España (1860-1900) ofrece, en definitiva, un completo panorama de una temática pictórica con personalidad propia que sigue cautivando más de un siglo y medio después por su visión esteticista de un mundo soñado, presentado como un territorio ajeno recién descubierto, lleno de misterios y atractivos, y que refleja, asimismo, las contradicciones de una dialéctica Oriente-Occidente que, con perspectiva distintas y a veces con los mismos prejuicios, sigue de actualidad hoy.

La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 1 de marzo del próximo año 2020 en horario de 10:00 a 20:00 horas (martes a domingo), cuenta con la colaboración de la Obra Social "la Caixa" y está comisariada por Francesc Quílez, Coordinador de Colecciones del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), y Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga (Plaza Carmen Thyssen, Calle Compañía 10). Más de cuarenta prestadores participan en la muestra, con la especial colaboración del MNAC.

 

 
 

La matanza de los Abencerrajes

Mariano Fortuny
Hacia 1870
Óleo sobre lienzo
73,3 x 93,5 cm
Museu Nacional d'Art de Catalunya (Barcelona)

 

Cercano Oriente

El paisaje de este Cercano Oriente abre el itinerario de la muestra. La Alhambra de Granada que había fascinado a los viajeros románticos por sus evocaciones "orientales" sigue presente a lo largo del siglo, ya sea dando protagonismo a su hermosa arquitectura o como escenario de temas historicistas de la vida y tradiciones de sus antiguos moradores islámicos. Pero será sobre todo el paisaje norteafricano, entre el Mediterráneo y el desierto, bañado por una luz cegadora y con una presencia casi psicológica para el espectador, el que seducirá a artistas como Fortuny, que lo dibujará ávidamente y con precisión casi topográfica.

 

 
 

Muchacha mora

Francesc Masriera
Hacia 1889
Óleo sobre lienzo
69 x 62 cm
Colección particular

 

Universo fascinante

En la segunda sección, las escenas de género de este universo fascinante, no sólo representan el ocio, el comercio, los oficios o la religión del Magreb, y se desarrollan en unos pocos espacios recurrentes, como la medina, la mezquita, el café, el zoco o los harenes prohibidos, sino que manifiestan la seducción de un mundo ajeno, surgido de la observación directa pero que se reconstruye en el taller del artista con la ayuda de objetos, vestidos, fotografías, grabados o fuentes literarias, por lo que tiene mucho de puesta en escena. Es en este costumbrismo en el que se configura especialmente ese Oriente impostado, determinado por una mirada occidental y paternalista hacia un mundo desconocido e incomprendido.

 

 
 

Moros corriendo la pólvora

Francisco Lameyer
Hacia 1860
Óleo sobre lienzo
78,5 x 118,5 cm
Museo Lázaro Galdiano de Madrid

 

Retratos de este exotismo

Los rostros individualizados de los protagonistas de los retratos de este exotismo sorprenden por su autenticidad, rareza o peculiaridad, o, al contrario, por su marcado carácter estereotipado. Nos encontramos una galería de tipos donde los encantadores de serpientes, fumadores, santones, guerreros, esclavos y mendigos con ropajes harapientos se convierten, desde el prisma eurocéntrico del momento, en la encarnación de lo sagrado, de la suntuosidad o de lo salvaje y primitivo. O, en el caso de los retratos femeninos, en imágenes de la sensualidad inalcanzable y la atracción por lo prohibido

 

 
 

Santón Darkawía

Josep Tapiró
Hacia 1895-1900
Acuarela sobre papel
68 x 46 cm
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

Conclusiones

Todo ello completa un rico mosaico de una pintura que refleja los anhelos y prejuicios de una época, que sigue deleitando la mirada actual, pero que también permite reflexionar sobre una dialéctica Oriente-Occidente que, con nuevos enfoques, sigue de plena actualidad.

La expansión colonial europea en el norte de África en el siglo XIX alentó los viajes de numerosos artistas, sobre todo franceses y españoles, por Marruecos, Argelia o Túnez. De la representación de sus paisajes, costumbres y paisanaje surgió la llamada pintura orientalista, un género con personalidad propia dentro del arte decimonónico, que se recrea en la luz, el color y el preciosismo de los detalles, y que cultivaron apasionadamente grandes maestros como Delacroix o Fortuny.

El éxito contemporáneo de la literatura de viajes, el deseo de encontrar temas pictóricos novedosos y un espíritu aventurero e inquieto llevaron a muchos artistas a una suerte de huida de la civilización moderna, nacida con la revolución industrial, en busca de un paraíso soñado e ideal que asimilaron en sus obras con la invención de un oriente exótico y cautivador. Entre la observación realista y la fantasía, este universo tuvo como escenarios, sin embargo, lugares tan poco orientales, pero más fácilmente accesibles, como Granada o el Magreb.

A través de esas tres secciones, esta exposición recorre los territorios, la vida cotidiana y los rostros de los habitantes de este espacio de evasión del occidente burgués, reflejados en el arte español de la segunda mitad del siglo XIX por Fortuny, Lameyer, Fabrés, Tapiró y otros muchos artistas. Su visión de esta temática se acompaña de varios ejemplos de la pintura francesa contemporánea, de Delacroix, Benjamin-Constant o Dehodencq, que permiten relacionar a los principales artífices de este género en ambos países.

 

 
 

El encantador de serpientes

Salvador Viniegra
1896
Óleo sobre lienzo
150 x 75 cm
Ayuntamiento de Cádiz

 

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