AUXILIUM CHRISTIANORUM
LA ICONOGRAFÍA DE MARÍA AUXILIADORA (II)

Sergio Cabaco. Con información de Alejandro Cerezo y Juan José Alarcón


 

 

Villamuriel (Palencia)

Imagen donada en el año 1984 por los Antiguos Alumnos de Palencia y tallada en madera de pino por el artista gaditano José Augusto Ortega Bru. En lo referente a la iconografía, sigue el modelo tradicional de la Virgen estante, portando el cetro en la diestra y el Niño Jesús en la siniestra, con los brazos abiertos en señal de auxilio materno. El material se halla policromado en los ropajes y levemente tintado en las partes carnosas, a excepción de los ojos, los labios y los mechones de pelo. Su autor fue hermano del reconocido artista Luis Ortega Bru, colaborando en la ejecución de varias de sus obras, caso de las figuras de misterio del grupo onubense de la Oración en el Huerto. Los rasgos del magistral artífice de la Virgen de la Piedad de San Roque (Cádiz), su localidad natal, son perceptibles en el modelado de rostro y cabello, así como en los rotundos volúmenes de la pieza. María se exorna con corona mural, labrada y dorada en la misma pieza.

 

 

Úbeda (Jaén)

Magnífica obra del escultor e imaginero malagueño Francisco Palma Burgos, esculpida en el año 1966. Coetánea al Cristo de la Noche Oscura, la talla del icono salesiano huye del manido prototipo que abunda por las iglesias de la cristiandad y nos ofrece un conjunto sumamente estilizado y expresivo. Las afiladas facciones de María recuerdan las de la malagueña Virgen de la Piedad y el afanoso tratamiento de la cabellera nos remite al que presentan celebradas tallas cristíferas de Palma Burgos, caso del Crucificado de la Congregación de Mena (Málaga). La talla, de 230 cm de altura, está despojada de todo aditamento postizo y únicamente porta el cetro de las gracias que, además, forma parte del bloque escultórico de la Virgen y el Niño. Es una representación naturalista de María con el Divino Infante, que roza lo terrenal para alejarse de la apariencia divina de ambas efigies. La actual policromía es obra de Marcelo Góngora (1995), discípulo de Palma Burgos.

 

 

Alcalá de Guadaíra (Sevilla)

La imagen reemplazó a una anterior de 1919, destruida en 1936. Es obra de José Alarcón Santacruz (1904-1986), artista nacido en Candeleda (Ávila) aunque afincado a los pocos meses en Alcalá de Guadaira. Su formación tuvo lugar en los talleres barceloneses de Sarriá. En su madurez artística, ejerció el cargo de Profesor de los Talleres Salesianos de Escultura de La Trinidad. En algunas ocasiones, llevó a cabo piezas en técnica cerámica. La talla que nos ocupa, de 1944, fue restaurada por Manuel Pineda Calderón y José Rodríguez Rivero-Carrera. De frondosa cabellera morena, se nos muestra de pie y con la mirada al frente, vistiendo rica túnica estofada y policromada con motivos vegetales y cubierta por manto azul que se recoge en un broche situado en el pecho. El Niño viste túnica de color crema con idéntica decoración. Se exornan con coronas doradas y la Madre lleva, además, una aureola de doce estrellas y cetro en su mano derecha. Según nos informa Juan José Alarcón, hijo del escultor, fue costeada por su abuela, quien la donó al colegio salesiano de la localidad sevillana.

 

 

Oviedo

El escultor Francisco Toledo realizó, en madera de pino rojo policromada, dos tallas para la capital de Asturias. Una de ellas preside el Colegio Salesiano de Santa María del Naranco y la otra inauguró, en el año 1962, la Fundación Masaveu. Ambas comparten la estética neofigurativa del momento, caracterizada por la suprema estilización de los volúmenes, la simplicidad de las formas y el carácter ingrávido de la composición. Portan el niño en la mano izquierda y el cetro, alusivo a su realeza, en la derecha. Un escueto aro le sirve de adorno, mientras una nube se dispone como escabel para sus plantas, tocada con la media luna en el caso de la del Naranco y por un haz de luz en el de Masaveu. Esta última presenta como distingos de la anterior su actitud estante y una policromía más compacta que no deja traslucir el veteado del material. Las dos cubren sus cabezas con sendas tocas marfileñas al modo de algunas Madonnas góticas del siglo XIV.

 

 

Bilbao (Deusto)

En 1940 se bendijo el santuario bilbaíno consagrado a María Auxiliadora. La presente obra fue labrada por los Talleres de Arte Granda, de Madrid, fundados por el Padre Félix Granda bajo los preceptos de un arte impregnado por el espíritu bíblico, saturado de recuerdos del pasado y correspondiendo a su vez con las necesidades del presente. En dicho obrador trabajaron artistas de la talla de José Capuz, Julio Vicent Mengual y los mencionados hermanos Ortega Bru. La Virgen se nos muestra con túnica y manto fruncido al pecho, estofado en oro y policromado con motivos vegetales; el niño aparece vestido con túnica completamente dorada con motivos tallados a modo de ribetes. Las figuras se muestran sin ningún aditamento, a excepción de un aro y un cetro la imagen de la Virgen. Llama la atención sobremanera el delicado tratamiento llevado a cabo en las ropas haciendo contraste con la velada policromía que presentan las partes carnosas de la imagen.

 

 

La Palma del Condado (Huelva)

Escultura en madera policromada. Mide 165 cm de altura. Se trata de una obra anónima del primer cuarto del siglo XX que procede de uno de los dos conventos que la Orden Salesiana fundara en Ronda, pasando a Utrera en el año 1940 al inaugurarse una nueva casa en el Santuario de Consolación. En esta ciudad permanecería hasta que en 1961 la Comunidad se establece en La Palma del Condado trayendo consigo esta escultura. María se presenta de pie, con corona y con ráfagas de metal dorado y vestida con traje rosa y manto azul estofado. La Virgen, que adopta una elegante pose, porta en la diestra el cetro de dispensación de todas las gracias, al tiempo que sostiene con la izquierda al Niño que abre sus brazos con la intención de amparar y auxiliar a todos los cristianos. La talla fue restaurada por el escultor Joaquín Moreno Daza en 1962. Ese mismo año se constituía la Archicofradía de María Auxiliadora para el culto y veneración de esta imagen.

 

 

Montilla (Córdoba)

De nuevo una imagen de los Talleres de Sarriá. Sigue el modelo común de la iconografía salesiana, portando el cetro dispensador de favores en la mano derecha y en la izquierda al pequeño Jesús, que abre sus brazos en señal de auxilio al necesitado. La efigie, de gran tamaño (2 metros de altura), llegó a la villa en el año 1900 y fue coronada canónicamente cincuenta años después, con motivo del cincuentenario de la devoción a María Auxiliadora en la localidad cordobesa. Mide dos metros de altura y ha sido repolicromada posteriormente. Madre e Hijo lucen vestimentas ricamente estofadas al modo dieciochesco. Las preseas son una auténtica obra de arte cinceladas por el orfebre cordobés Peña, empleando oro, perlas y piedras preciosas.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

A.A.V.V. María Auxiliadora en España, Madrid, Central Catequística Salesiana, 1984.

 

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