RESTAURACIÓN DE JUAN MANUEL MIÑARRO
Con información de Juan Manuel Miñarro López
El escultor e imaginero hispalense Juan Manuel Miñarro López comenta para el portal La Hornacina los pormenores de la intervención que ha realizado a la talla de María Auxiliadora, titular de la archicofradía homónima con sede en el santuario salesiano de Málaga. La imagen, labrada en el año 1938 por el famoso escultor, imaginero y orfebre José Navas-Parejo Pérez, natural del municipio malagueño de Álora aunque afincado en la vecina Granada, sufrió una serie de desafortunadas actuaciones posteriores que desvirtuaron notablemente su aspecto original. |
El principal objetivo de la restauración ha sido devolver, en la medida de lo posible, la apariencia primitiva que el artista aloreño imprimió a una imagen que sigue fielmente la iconografía del lienzo original que se venera en la Basílica de María Auxiliadora de Turín, pintado por Lorenzone. En líneas generales, ha sido una tarea muy delicada, que ha necesitado mucha atención por parte de los integrantes del taller que Juan Manuel Miñarro tiene en la sevillana Calle Viriato, quienes manifiestan estar contentos ante los resultados obtenidos tras los trabajos realizados. |
En primer lugar, se le realizaron a la obra diversos estudios: uno de exploración, con espectro visible e invisible, y otro de carácter estratigráfico, previo a la eliminación de las capas falsas de encarnaduras, en busca de probables restos de policromía original, la cual, de cierta calidad, sólo fue hallada en las manos. A continuación, se procedió a la fijación de los estratos de preparación y policromía en aquellas zonas afectadas por los movimientos de ensambles, y se llevó a cabo, en toda la escultura, una profunda limpieza química y mecánica con el fin de eliminar todo rastro de suciedad, barnices o pátinas que fuesen ajenas al original. |
Seguidamente, tuvo lugar la consolidación de las estructuras de la talla, lo que comprendió los tratamientos de los ensambles, el calafateado y la inyección de aglutinantes, y la eliminación de elementos metálicos inestables y del cable antiguo que alimentaba la corona de bombillas. Tras ello, se fijaron las manos de la Virgen y del Niño de forma definitiva y se colocaron nuevos sistemas, labrados con piezas de acero inoxidable, para la sujeción del cetro y los pendientes de la Virgen, así como de las coronas que lucen ahora María y el pequeño Jesús. |
La reintegración del soporte incluyó la reconstrucción, con resina epoxi Araldit HV427, de la parte posterior del cabello de la Virgen, con el fin de resolver el escalón presente en la nuca y enrasar la pieza de sujeción de la corona de doce estrellas. Tras la eliminación de las capas de pintura, aparejos y falsas pátinas, se llevó a cabo la aplicación de una nueva encarnadura al óleo, siguiendo los pocos datos de encarnadura original detectada. La técnica utilizada fue la bicapa al pulimento, sobre imprimación previa al agua. En todo momento, se ha seguido un criterio de coherencia con el estilo y cronología de la obra y de su enorme valor devocional. |
La restauración también ha incluido el acristalamiento de los ojos del Niño, igualándolos a los de la Virgen; la reintegración de las cenefas, que se realizaron con purpurinas de cobre, con la aplicación de purpurina de oro de ley, y el labrado de una nueva peana o base apropiada, con moldura dorada en oro fino, suelo marmóreo y sujeciones a la imagen con piezas de acero inoxidable. Finalmente, Juan Manuel Miñarro ha colocado nuevas pestañas superiores de pelo natural a ambas figuras y se ha aplicado a todo el conjunto una pátina y una capa de protección. |