En Febrero de 1854, la Catedral de Murcia sufrió un pavoroso incendio que destruyó todos los elementos muebles de la nave central, Real Capilla Mayor y Coro (salvo las rejas y la urna del Corazón de Alfonso X el Sabio). Inmediatamente al incendio, el Obispo Mariano Barrio Fernández emprendió la tarea de recomponer todo el recinto, encargando un nuevo retablo neogótico y, sobre todo, volcándose sobremanera en la recuperación del espacio del Coro. La espléndida sillería coral renacentista fue regalada por la Reina Isabel II, quien también colaboró y apoyó el gran proyecto de Monseñor Barrio, que no era otro que la construcción de un gran órgano digno de un templo de estas características. Fue tal la importancia del mecenazgo de la Reina que la construcción del Gran Órgano de la Catedral de Murcia pasó a ser un auténtico “proyecto de Estado”.

El contrato con la casa belga-parisina “Merklin-Schütze” fue firmado por el Obispo y Joseph Merklin en Junio de 1854, siguiendo los consejos e instrucciones de Hilarión Eslava (1807-1878), Organista de la Catedral Metropolitana de Sevilla, Maestro de Capilla de la Reina Isabel II, profesor de composición y Director del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, quien se convirtió en el gran artífice (junto con el Obispo) de la construcción de este colosal Órgano de Murcia. En Julio de 1857, se inaugura el Gran Órgano con la “Fantasía religiosa al Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo”, compuesta por Eslava expresamente para este instrumento y para esta ocasión. Pero lo más importante de esta historia es que el Órgano de Murcia tuvo una repercusión a nivel europeo absolutamente espectacular, ya que supuso un tremendo avance en el mundo de la tecnología y la mecánica a nivel mundial y fue todo un adelantado a su tiempo desde el punto de vista musical (sonoridad y registraciones), convirtiéndose en el mejor órgano romántico de España, un ejemplar único en Europa y modelo y meta inalcanzable por el resto de casas organeras de la época.

El instrumento, de un tamaño no igualado ni superado por ningún órgano actual de España, posee 63 registros, alrededor de 5.000 tubos y consola con cuatro teclados y pedalero (teclado de pies). En él se combinan la riquísima y brillante tradición romántica organera europea con las características más destacadas de la poderosa tímbrica de la organería española, conformando así el instrumento único que más arriba se ha comentado. Todo queda cobijado por una elegante caja de estilo neogótico (fachada principal) y ecléctico (fachada del Trascoro), con una calidad de tallado de gran importancia. El Gran Órgano, aunque nunca dejó de cumplir sus funciones con notable dignidad hasta el mismo día anterior a comenzar su definitiva restauración, se encontraba en un grave estado de deterioro que lo mantenían a un nivel de rendimiento muy por debajo de sus posibilidades. Ahora tras la restauración, y como se pudo comprobar en la multitudinaria ceremonia de Bendición y Reinauguración, vuelve a sonar al 100 % de sus posibilidades.

La Presentación de la Restauración el pasado día 20 de Noviembre, estuvo a cargo del Obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Plà; el Director de Programas de la Fundación Caja Madrid, Pío Díaz de Tuesta; el Deán de la Catedral, José Antonio Trigueros Cano, y el organero restaurador, Jean Daldosso. En dicho acto se presentó el impecable libro “Restauración del Gran Órgano “Merklin-Schütze” de la Catedral de Murcia”, elaborado por el propio organero y editado por la Fundación Caja Madrid, y también se presentó al nuevo organista de la Catedral, el Reverendo Alfonso Guillamón de los Reyes, quien interpretó una breve pieza en el Órgano.