La imagen que hoy les presentamos es una pequeña escultura (30 cm de altura) para vestir que representa a la Virgen Dolorosa. Su advocación es Nuestra Madre y Señora del Camino. De graciosa impronta popular, se encuentra realizada en barro cocido y policromado, con policromía al óleo, ojos de cristal y cabeza fuertemente girada hacia el lado izquierdo.

Es de autor anónimo, estando sus estilemas cercanos al estilo de las tallas marianas del maestro archidonés Juan de Astorga Cubero -especialmente el modelado de los entreabiertos labios y el ancho cuello de tipo tambor, sin apenas anatomización-, pudiendo fecharse en el ámbito escultórico sevillano de finales del siglo XVIII o principios del XIX.

La pieza procede de Madrid; de ahí fue trasladada a los municipios sevillanos de Marchena y Valencina de la Concepción, donde fue adquirida por su actual propietario -nuestro amigo y compañero Jesús López Alfonso- en el año 1998.

La pequeña efigie llegó a manos del historiador sevillano en un estado de conservación lamentable; prácticamente hecha pedazos, de ahí que tuviera que ser restaurada en el año 2000 por los artistas hispalenses Francisco Rovira Yagüe y David Romero Alonso (Daroal), quienes la dejaron en el magnífico estado en que se encuentra hoy en día.

En las fotografías que les ofrecemos, la Dolorosa del Camino aparece orlada con el juego de orfebrería que le realizó Marco Antonio Tejada en el año 2001, el cual lleva decoración a base de agudos rayos y rocallas.

En cuanto a sus vestimentas, la saya de la Señora está bordada en oro, siguiendo la técnica de cartulina, pudiéndose fechar a finales del siglo XVIII. Respecto al manto, se halla realizado en canutillo de oro