LA ICONOGRAFÍA PENITENCIAL DE LA VIRGEN DEL
ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS
Jesús Abades y Sergio Cabaco
El origen de la antigua y legendaria devoción al Santo Rosario, posiblemente el método más celebrado en la Santa Sede a la hora de honrar y pedir favores a María, se atribuye al confesor Santo Domingo de Guzmán, quien tuvo una visión en la que la Virgen le recomendaba el rezo del rosario como instrumento de conversión de los albigenses (1). A partir de entonces, la Orden de los Dominicos se encargó de difundir la práctica por todos los lugares del orbe cristiano, fundando numerosos cenobios y cofradías. En 1572, el Papa Pío V instituyó la festividad en su honor el día 7 de Octubre, bajo el nombre de Nuestra Señora de la Victoria con motivo del triunfo de las tropas cristianas frente a los turcos en la Batalla de Lepanto, el mismo día del año anterior y presumiblemente por el éxito obtenido gracias al rezo del rosario por parte de los fieles. Al año siguiente, Gregorio XIII cambió su denominación por la de Nuestra Señora del Rosario y adelantó la fecha al primer domingo de Octubre. A partir de 1888, volvió a celebrarse el día 7 del mes. Tras la reforma efectuada en el año 2002, actualmente el rosario se divide en veinte misterios: cinco de carácter gozoso (Encarnación, Visitación de María a Isabel, Natividad, Purificación de Jesús en el Templo y Jesús entre los Doctores), cinco de carácter doloroso (Oración en el Huerto, Azotes, Coronación de Espinas, Camino del Calvario y Crucifixión), cinco de carácter glorioso (Resurrección, Ascensión de Jesús, Pentecostés, Asunción de María y Coronación de María) y cinco de carácter luminoso, alusivos a Cristo como Luz del Mundo (2), que han sido los últimos en incorporarse (Bautismo de Jesús, Autorrevelación en las Bodas de Caná, Anuncio del Reino de Dios invitando a la Conversión, Transfiguración de Jesús y la Institución de la Eucaristía). En el ámbito penitencial, numerosas Dolorosas que ostentan el título de la devoción por los mencionados misterios dolorosos, subrayan dicha circunstancia en su propio nombre (Sevilla o Granada, por ejemplo). |
Virgen del Rosario del Mar (Almería) Destacada Dolorosa del escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, de gran expresividad y fineza de rasgos. Pese al juvenil aspecto, ofrece detalles de madurez en sus facciones no muy habituales en las imágenes marianas del prolífico artista, conformando un angustiado semblante que eleva la mirada hacia el cielo, en busca de consuelo para su aflicción. Ladea dulcemente la cabeza hacia la derecha, apareciendo el cuello muy tenso por lo forzado de la postura. Sus ojos, de cristal, poseen los lacrimales enrojecidos y pestañas postizas colocadas en la parte superior para acentuar el naturalismo del icono. El perfil es clásico, los entreabiertos labios dejan ver la lengua y los dientes perfectamente tallados, y el puntiagudo mentón, centrado con hoyuelo, remata el óvalo de la mascarilla. Lleva siete lágrimas de cristal por ser siete los dolores sufridos por María, según la tradición: cuatro en la mejilla izquierda y tres en la derecha. Las manos aparecen extendidas, portando un pañuelo en la izquierda y un rosario en la derecha. Las nacaradas carnaciones presentan matices de notable interés en la trayectoria de Álvarez Duarte, con los párpados hinchados y enrojecidos por el llanto. Fue labrada para la Asociación de Fieles de la Capilla del Real Hospital de Santa María Magdalena (Hospital Provincial), hoy en día Cofradía de Nazarenos, en el año 1996. Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Cádiz) Francisco Buiza la realizó en el año 1979 para la Cofradía del Perdón, que procesiona en la Madrugada del Viernes Santo por las calles de la capital gaditana. Un año antes, el escultor de Carmona (Sevilla) había restaurado la Virgen de la Victoria, titular de la cofradía hispalense de las Cigarreras, de cuya noble hechura se halla influenciada esta Dolorosa de Cádiz. La imagen, que sustituye a una anterior del artista local Miguel Láinez Capote -actualmente, dicha obra se utiliza en actos extraordinarios, caso de la festividad del Corpus Christi-, inclina la cabeza hacia la derecha y mantiene la mirada baja, con los ojos encendidos por el llanto y la boca muy abierta en señal de lamentación. Posee los globos oculares vítreos, mientras que las pestañas son postizas en el párpado superior y finamente policromadas en el inferior. Lleva cinco lágrimas de cristal, dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda. El perfil de la Señora es clásico, su cuello esbelto, y la lengua y la dentadura están talladas. Mide 165 cm de altura y su hechura costó la suma de 125.000 pesetas. |
Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Córdoba) La cordobesa Virgen del Rosario fue gubiada también por Luis Álvarez Duarte (1974). Mide 170 cm y es una imagen muy peculiar dentro de la primera etapa artística del autor, caracterizada por ofrecer un tipo de Dolorosa aniñada con el ceño muy fruncido, expresando un acusado dolor. En este caso, el dramatismo se mitiga, los rasgos juveniles se moderan un tanto y el semblante doloroso de la Señora se muestra más reposado, todo ello posiblemente bajo la influencia de haber versionado un año antes la serena Dolorosa del Patrocinio, talla perteneciente a la famosa Cofradía del Cachorro de Sevilla que resultó destruida en un incendio fortuito. De evidente raíz astorguiana, visible sobre todo en el modelado de la mascarilla, fue coronada canónicamente en 1993, apenas veinte años después de ser incluida la devoción en dicha hermandad. Presenta la cabeza suavemente ladeada hacia la derecha, párpados caídos por el llanto, pestañas postizas en los párpados superiores, y labios entreabiertos con los dientes minuciosamente tallados en su interior. Lleva cinco lágrimas de cristal en sus mejillas y muestra las manos extendidas para sostener los atributos otorgados por la piedad popular. Con motivo de su Coronación Canónica, el propio Álvarez Duarte le diseñó una espectacular corona de estilo neorrococó, cincelada en oro de ley por Francisco Díaz Roncero (1993). El manto de salida lleva adosado un enorme rosario cuyo Crucifijo es una réplica en marfil del Cristo de la Expiración, titular de su cofradía, también conocida como la Hermandad de los Estudiantes. Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Granada) Titular de la Cofradía de las Tres Caídas, su altura es de 165 cm. Se trata de una imagen que podríamos calificar del tipo "híbrido", cuya impronta actual es fruto de sucesivas remodelaciones por parte de varios artistas que han dejado su sello personal en la misma. La talla original corresponde al escultor granadino Miguel Zúñiga Navarro (1985), quien la realizó en madera de cedro policromada. Diez años más tarde, fue retallada con escasa aceptación por el artista sevillano Manuel Hernández León. Por último, ha sido el escultor cordobés Antonio Bernal, quien también se encargó de la renovación del paso de misterio de su hermandad de penitencia, el que ha intervenido sobre ella (2004), mejorando notablemente su estética y repolicromándola de nuevo. Inclina levemente la cabeza hacia la derecha y dirige la ausente mirada al suelo. El alargado rostro, de juveniles facciones, presenta ojos policromados en la madera, pestañas superiores de pelo natural, recta nariz, y finos labios entreabiertos que permiten ver al espectador la dentadura tallada. Lleva cinco lágrimas de cristal surcando sus sonrosadas mejillas, tres en la izquierda y dos en la derecha. Las manos, de dedos rectos y finos, aparecen extendidas, portando un manípulo de encaje en la derecha y el santo rosario que le da su nombre en la izquierda. Posee un espléndido manto procesional, bordado en hilo de oro y sedas de colores por el sevillano Taller de García y Poo (2005-2007) según un diseño del tallista sevillano Manuel Guzmán Bejarano, autor de las andas procesionales del Cristo de las Tres Caídas. |
Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Huelva) En origen, esta aniñada Dolorosa, titular de la Cofradía de la Sagrada Cena, era una obra menor del escultor ayamontino Antonio León Ortega (1955), retallada posteriormente por su discípulo Enrique Pérez Saavedra y restaurada en 1989 por José María Gamero Viñau e Inmaculada Gómez Ramos. En 1997 acabó siendo remodelada por Luis Álvarez Duarte, quien le dio su aspecto actual al retallar el labio superior, repasar el entrecejo, perfilar de nuevo las cejas, colocar nuevos postizos y aplicar nueva policromía. La bella imagen inclina levemente la cabeza, tocada con cabellera de pelo natural, hacia la derecha, y dirige la mirada al frente. Mide 160 cm de altura. Bajo el fruncido ceño, señal de intenso sufrimiento, se encuentran los ojos vítreos y las pestañas; postizas y largas las superiores, y sutilmente pintadas en el párpado inferior. La nariz es recta y menuda. Lleva cinco lágrimas de cristal, tres en la mejilla izquierda y dos en la derecha. La boca, entreabierta, permite ver los dientes tallados. El alargado óvalo se remata con una prominente barbilla, tocada con grácil hoyuelo. Las manos, de finos dedos, aparecen extendidas, portando un pañuelo en la derecha y el rosario en la izquierda. El candelero, tallado en pino de Flandes, es de base ovalada y está formado por ocho listones que arrancan de las caderas. Procesiona bajo interesante palio, bordado por los talleres valencianos Suay con diseño del orfebre sevillano Juan Borrero. Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Málaga) La talla, originalmente una Inmaculada Concepción de vestir cuya autoría se relaciona con el escultor malagueño Antonio Gutiérrez de León (siglo XIX), ha sido objeto de múltiples intervenciones con el propósito de transformarla en Dolorosa. De entre dichas reformas, podemos destacar las de 1938, 1943 y, sobre todo, la efectuada en 1973 por el aficionado local José García. En el año 2003, fue objeto de otra profunda intervención por parte del escultor y pintor sevillano Antonio Dubé de Luque, aunque en este caso no se trataba de volver a retocar, sino de recuperar, en la medida de lo posible, su aspecto primitivo, limitándose el imaginero a retirar las dos capas de policromía superpuesta y a reintegrar la original a partir de pequeños fragmentos que conservaba en la mascarilla y el cuello; así mismo, rectificó la boca, las cejas y la posición del cuerpo y del cuello, sin utilizar en absoluto las gubias. Aun así, el resultado se acercó al original pero no consiguió reproducirlo íntegramente, posiblemente por las irreversibles modificaciones que ha sufrido una imagen que posee una marcada frontalidad y una impronta que delata su origen letífico, pese a los retoques llevados a cabo para convertirla en simulacro pasionista. La cabeza aparece levemente ladeada a la derecha y la mirada se pierde hacia el infinito a través de unos ojos realizados en pasta vítrea, con las pestañas superiores de pelo natural. El rostro, carnoso, muestra incipiente papada y la boca cerrada y a escasa distancia de la afilada nariz. Las carnaciones son nacaradas, con leves rojeces en párpados y pómulos como consecuencia de las dos lágrimas que surcan el rostro. El largo cabello, suelto y peinado al centro, cae sobre los hombros y deja parcialmente descubiertas ambas orejas. Es titular de la Cofradía de la Sentencia, y desfila sobre espléndido trono con orfebrería de Villarreal y bordados de Padilla, reformados éstos por Juan Rosén. |
Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Sevilla - Montesión) La opinión más generalizada, y que comparten estudiosos como Gestoso o Sancho Corbacho, es que la Dolorosa de Montesión, coronada canónicamente en el año 2004, es obra realizada en el taller del escultor e imaginero sevillano Pedro Roldán a finales del siglo XVII. Otros autores, como González Isidoro, la asignan, muy aventuradamente, a la producción de Luisa Roldán (La Roldana), hija del maestro Pedro. En opinión de Arenas González, fue esculpida entre los años 1574 y 1577, fechas del establecimiento de la cofradía y del concierto con los frailes de la cesión del solar de la capilla, respectivamente. Para dicho investigador, la imagen, de mirada cabizbaja y expresión de profunda tristeza, se sitúa dentro de la producción de Jerónimo Hernández, autor del primitivo grupo de misterio de la cofradía, y la pone en contacto con la imagen del Niño Jesús de la Cofradía del Dulce Nombre. Así mismo, señala la influencia del arte mariano del flamenco Roque Balduque en la misma, sobre todo en la disposición del cabello antes de ser desafortunadamente remodelado por Francisco Buiza, y la amistad que Miguel Jerónimo, prioste en aquellos tiempos de la cofradía, tenía con Balduque y Hernández, lo que pudo derivar en el presente encargo (3), aunque, si la hubiera hecho Balduque de su propia mano, habría que adelantar el trabajo hasta, por lo menos, 1561, año de su muerte. Nosotros nos adherimos con matices a la opinión conjunta de González Gómez y Roda Peña, quienes la consideran obra anónima del último cuarto del siglo XVI, muy remodelada hacia 1670-1680 por el obrador de Pedro Roldán (4), donde colocaron ojos de cristal, entreabrieron la boca y la encarnaron de nuevo. Decimos con matices porque, en lugar del anonimato, consideramos muy posible la teoría de Arenas sobre la paternidad de una talla que, al fin y al cabo, perdió la mayor parte de sus rasgos primitivos tras la intervención roldanesca. En 1974, la Virgen, que mide 173 cm de altura, fue restaurada por Luis Álvarez Duarte, y dos años más tarde, como hemos apuntado, por Buiza, quien la repolicroma de nuevo, retalla la cabellera y hace nuevo candelero. Luis Ángel Ortega León vuelve a intervenir la policromía en el año 1987. En 1994, Juan Manuel Miñarro le hace nuevos brazos y le adapta un nuevo sistema de articulaciones. Por último, un año después fue restaurada en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), donde limpiaron la policromía y labraron nuevo candelero. Virgen del Rosario Doloroso (Sevilla - San Pablo) De nuevo hay que hablar de Luis Álvarez Duarte para referirse a la Virgen del Rosario Doloroso, una de las últimas Dolorosas en incorporarse a la Semana Santa de la capital hispalense. Labrada en el año 2007, en madera de cedro real con policromía al óleo, ha tenido como destino la Cofradía del Polígono de San Pablo. Continúa la línea impuesta con la imagen titular del Cristo Cautivo (1992), cuyo grupo de misterio también llevó a cabo Álvarez Duarte entre los años 2007 y 2008. Por tanto, se trata de una talla mariana caracterizada por la belleza de unos rasgos raciales, el color moreno de sus carnes, la moderada expresión de dolor y el detalle de unos llamativos ojos de tonos jade que otorgan gran viveza a la mirada. Mide 167 cm de altura. De marcada frontalidad, supone también un perfecto ejemplo de las maneras que han tomado gran parte de las últimas creaciones del escultor sobre el tema, caso de la Virgen de la Esperanza, titular mariana de la cofradía gaditana de las Cigarreras (2005), o de la Virgen de la Esperanza realizada para la villa tinerfeña de Adeje (2006). El sello del artista sevillano se advierte igualmente en el elocuente gesto de la Señora y en su idealizado canon estético, creado conforme a los dictados actuales. Sustituyó a una imagen del también sevillano Luis Alberto García Jeute (1991), actual Co-Patrona de la localidad pacense de Puebla de Obando. |
BIBLIOGRAFÍA (1) GARÓFANO ESTUDILLO, Alfonso. "El Artista ante los Nuevos "Misterios" del Santo Rosario", publicado en la revista Escuela de Imaginería, nº 35, Córdoba, Cajasur, 2002, pp. 39-42. (2) Jn 8, 12. (3) ARENAS GONZÁLEZ, Hilario. "El escultor Jerónimo Hernández y la Cofradía de Monte-Sion", publicado en el rotativo ABC, Sevilla, 26-02-1975, p. 7. (4) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y José RODA PEÑA. Imaginería Procesional de la Semana Santa de Sevilla, Sevilla, 1992, pp. 63-64. |
Fotografías de Sevilla
de Roberto Villarrica para www.fotoscofrades.com
Fotografía de Almería de Dhior
Fotografía de Córdoba de Valentín Moyano
Fotografía de Granada de Manuel Puga para http://manuelpuga.blogspot.com/
www.lahornacina.com