RESTAURACIÓN DE UNA TALLA SEVILLANA DEL
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR JOSÉ ÁNGEL PONCE
José Ángel Ponce Vázquez y Jesús Abades
Introducción
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús de la Parroquia de San Andrés es una bella talla completa realizada en madera tallada y policromada. Los bloques de pino se ensamblan a unión viva conformando el embón de la pieza, mientras que la policromía se resuelve con la aplicación de óleo en la carnaciones y estofados al temple en el caso de las vestiduras. El resultado es un conjunto armonioso, lleno de sencillez y majestuosidad.
La efigie se venera en una capilla de la nave del Evangelio del templo, famosa por las obras pictóricas realizadas en la misma, al fresco y sobre tabla, por el pintor sevillano Virgilio Mattoni (1842-1923), quien también llevó a cabo para San Andrés un espléndido lienzo de 300 x 200 cm que representa a la Virgen con la Santísima Trinidad (1904).
El Sagrado Corazón de Jesús se halla entronizado en la parte central del retablo neogótico que preside la estancia, flanqueado por pinturas goticistas de Mattoni que representan a dos ángeles heraldos de impronta medieval, de rostros exquisitos y cuerpos llenos de espiritualidad, portadores de bandas con leyendas de textos bíblicos.
Para los muros de la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, Mattoni pintó una representación de Cristo Rey, muy ligada con la anterior, de aires patrióticos por la inclusión de escudos, en la que Jesús aparece junto al vallisoletano Padre Hoyos y Santa Margarita María de Alacoque. Al igual que los ángeles del retablo, esta obra tiene un decidido carácter neobizantino o neogoticista, con un Cristo Majestad entronizado y coronado de rostro netamente oriental.
Fecha y Autoría
La obra fue realizada por Adolfo López Rodríguez (1862-1943), uno de los escultores sevillanos de comienzos del siglo XX. En la peana aparece inscrita la firma: "Adolfo López Sevilla-1894". Con el pintor Mattoni, gran amigo suyo, López trabajó en cuatro ocasiones: en la capilla que estudiamos de la Parroquia de San Andrés (1893-1894), en la restauración de la venerada Virgen del Valme de la localidad sevillana de Dos Hermanas (1894), en el Convento de Capuchinos de la capital hispalense (1895) y en la sillería del coro de la Catedral de Sevilla (1897).
Lo anterior, unido a la condición de escultor y arquitecto de retablos de López, que además era también decorador, restaurador, ceramista, y pintor figurativo y ornamental, nos da como resultado un proyecto de colaboración entre ambos artistas en la escultura, pintura y diseño actuales de la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, previa restauración de la misma por Mattoni y López, quien se encargó también del exorno de paredes y altares, así como de la ejecución, junto al Sagrado Corazón de Jesús, de otra talla policromada: la de San Antonio de Padua.
Deudor de las formas barrocas y decimonónicas, basadas en la estampería y modelos precedentes -sin que quiera decir esto que desconocía los métodos que van desde el boceto hasta la saca de puntos o no supiera distinguir la diferencia de tratamiento en las diferentes superficies, distinguiendo el que aplica a las vestimentas, como a la mascarilla y encarnaduras del rostro, cuello, manos y pies, ya que él se encargaba de todo el proceso- tres veces más cultivó López la iconografía del Sagrado Corazón para los municipios sevillanos de Olivares y Sanlúcar la Mayor.
Estudio Iconográfico
La primera representación del Sagrado Corazón de Jesús tiene carácter pictórico y se debe al artista italiano Girolamo Pompeo Batoni (1708-1787), nacido en Lucca y de notable prestigio en los círculos artísticos del XVIII. Batoni realizó la obra, que enseguida gozaría de una amplia difusión, dentro de una serie sobre la iconografía encargada por la reina portuguesa María Francisca de Braganza para la Basílica de la Estrella de Lisboa.
Inspirada en la visión de Santa Margarita María Alacoque -el tema tiene su origen en el año 1675, a raíz de un dibujo de la santa francesa, en la que aparecía Jesús mostrando a la santa las Cinco Llagas de la Crucifixión y ostentando en su desnudo torso un corazón espinado y prendido en fuego, del que brotaba sangre y la cruz del sacrificio como símbolo del deprecio humano hacia el amor de Cristo-, la creación de Batoni muestra a un Jesús de rostro bellísimo, barba corta y cabello largo y lacio, sosteniendo con la mano izquierda un corazón espinado y envuelto en llamas, mientras lo señala con la derecha en un gesto que invita a la misericordia del espectador. A pesar de su aceptación inicial, la obra de Batoni fue finalmente reemplazada por otro simulacro derivado del primitivo, en el que el corazón del sacrificio se sitúa sobre el pecho de Jesús.
El culto al Sagrado Corazón de Jesús, aún implantándose de forma casi oficial en la España de 1733, no adquirió pleno desarrollo en nuestro país hasta el ochocientos, centuria calificada por muchos autores como “El Siglo del Sagrado Corazón de Jesús”. No obstante, su momento de máximo esplendor se alcanzaría entre 1900 y 1970, período en el que se sucedieron sin solución de continuidad numerosas iniciativas encaminadas a reforzar la devoción. En la España del siglo XX, la iconografía fue bastante cultivada por los imagineros, dentro de un entorno en el que, sin embargo, prevalecían las reproducciones seriadas sin valor artístico. No es el caso de la obra realizada seis años antes del inicio de la centuria por Adolfo López para San Andrés, que responde a la descripción antes mencionada.
Estado de Conservación
Las causas del deterioro de la obra han sido fundamentalmente medioambientales. Los movimientos del soporte ante condiciones inestables de humedad relativa y temperatura han dado lugar a la formación de grietas y fisuras, afectando fundamentalmente a los ensambles. Con respecto a la policromía, este movimiento también ha afectado al estrato pictórico de la talla, tal y como se observa en las pérdidas y falta de adhesión de numerosas zona de la obra.
Por otro lado, es importante indicar que la imagen ha sido manipulada en varias ocasiones de forma inadecuada: pueden apreciarse diversos desgastes en los dorados y encarnaduras de la parte inferior debido a limpiezas excesivas, así como golpes que han sido provocados durante los traslados de la imagen.
La precariedad de ciertos materiales también ha influido directamente en la conservación de la talla. El empleo de láminas de oro de baja calidad, junto a la excesiva humedad presente en la capilla, ha acelerado considerablemente los procesos de oxidación de estos materiales.
Todo el conjunto de esta efigie del Sagrado Corazón de Jesús se encontraba cubierto por una gruesa capa de suciedad y hollín, a nivel superficial, que alteraba la riqueza cromática que, primitivamente, tuvo la talla.
Trabajos de Restauración
Una vez realizados los estudios previos con el fin de conocer el estado de conservación de la escultura, se determinaron cúales serían las líneas generales de intervención.
En primer lugar se llevó a cabo una limpieza mecánica del polvo superficial mediante el empleo de brocha y aspirador. Seguidamente, con el objetivo de facilitar las intervenciones posteriores, se realizó la fijación de los estratos pictóricos mediante la inyección de cola animal y aplicación de calor y presión con espátula térmica.
A continuación se realizó una limpieza química con los medios químicos obtenidos en el pertinente test de solubilidad, eliminándose la suciedad y el hollín presente a nivel superficial.
Los procesos en el estrato pictórico continuaron con el nivelado de las pérdidas usando estuco tradicional (sulfato de cal y cola animal) y su posterior reintegración cromática mediante acuarelas y pigmentos al barniz. Como criterio de diferenciación se utilizó básicamente la tinta plana, observándose a muy corta distancia del observador.
En último lugar se llevó a cabo el barnizado final, aplicado mediante brocha y posteriormente pulverizado, con el fin de conseguir un acabado homogéneo en toda la pieza.
FUENTES: LAFITA GORDILLO, Teresa. "Notas para el Estudio del Escultor Adolfo López Rodríguez", publicado en la revista Laboratorio de Arte, nº 21, Sevilla, 2008-2009, pp. 313-333; PÉREZ CALERO, Gerardo. El Pintor Virgilio Mattoni, Diputación Provincial de Sevilla, Sevilla, 1996, pp. 41-43; LAFITA GORDILLO, "Otras Obras Inéditas del Pintor Virgilio Mattoni de la Fuente: "San Emigdio", "Retrato de Adolfo López", "Cuaderno de Apuntes" y "Santa Isabel de Hungría", publicado en la revista Atrio, nº 8-9, Sevilla, 1996, pp. 173-185; HERRADÓN FIGUEROA, María Antonia. "Reinaré en España. La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús", publicado en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXIV, nº 2, Julio-Diciembre 2009, p. 193.
Álbum Relacionado en este |
www.lahornacina.com