RESTAURACIÓN DE BLASCO RIVERO PARA SEVILLA

José Francisco Blasco Rivero y Jesús Abades


 

 

Introducción

Esta imagen de pequeño formato, labrada en madera policromada y estofada, representa a San Miguel Arcángel en su lucha contra el mal. Como suele ser habitual desde hace siglos en la iconografía del santo, se halla representado con atuendo militar, blandiendo una espada en actitud de clavársela al diablo, al que pisa la cabeza y la cola. El demonio, que tiene forma de serpiente con fauces de dragón, aparece ya casi derrotado a sus plantas.

El anónimo autor de la pieza, perteneciente a la popular Cofradía de los Negritos, sigue fielmente los modelos sevillanos de Pedro Duque Cornejo y Benito de Hita y Castillo; ello, unido a las características anatómicas y polícromas, nos lleva a fecharla en la segunda mitad del siglo XVIII. Son muy característicos también del periodo el modelado del rostro, el plegado de las alas, el escorzo de las piernas y el rebuscado movimiento de los paños.

 

 

Intervención: Limpieza y Retirada de Objetos Metálicos

Se realizó una limpieza general de la imagen con sustancias no abrasivas. Especialmente fue eliminada la suciedad incrustada por el paso del tiempo y un tipo de barniz-aceite que tenia dado.

A continuación, se llevó a cabo la sustracción de todos los objetos metálicos; situados, una vez localizados mediante una serie de radiografías realizadas en la pieza, en las siguientes partes: brazo derecho, en la unión con el cuerpo; brazo izquierdo, en la unión con el cuerpo; plumas, en la unión con el casco; peana, en la unión con el arcángel; ala izquierda, en la unión con la capa; y ala derecha, en la unión con la capa.

 

 

Intervención: Enchuletado de Grietas y Reintegración de Piezas

Se llevó a cabo la introducción de madera en las grietas situadas en las siguientes partes de la figura: coraza, parte derecha del arcángel (11 cm); rodilla, en la pierna izquierda (5 cm); paño, debajo de la coraza (8 cm); paño, debajo de la rodilla izquierda (4 cm); diablo, en la derecha de la cara (14 cm); paño, cerca del diablo (3 cm); capa, a la mitad de la espalda del arcángel (15 cm).

El autor talló partes nuevas a la figura de San Miguel, por su no existencia debido a roturas y pérdidas producidas como consecuencia del paso del tiempo. Dichas partes fueron la mano derecha; el filo de la capa en la parte derecha; el filo del ropaje cerca de la coraza; la punta del ropaje a la izquierda de la cabeza del santo; el principio del ala derecha; el principio del ala izquierda (capa); y la peana.

 

 

Intervención: Ensamblaje, Estucado y Reintegraciones

Se realizó el ensamblaje del brazo izquierdo; el brazo derecho; las plumas, en la unión con el casco; el ala izquierda, principio y mitad, y el ala derecha, también el principio y la mitad. El estucado se llevó a cabo en todas las partes nuevas y en las ensambladas, antes mencionadas.

Por otro lado, se procedió a la reintegración con acuarelas y pigmentos específicos de restauración. Todos estos pigmentos son reversibles, que es como actualmente se realizan todas las restauraciones, con el criterio de que, si en un futuro existe otra forma de restauración más avanzada, poder quitar todo lo que se ha reintegrado sin afectar a la policromía original. La reintegración del oro no existente se realizó mediante polvo en oro de 22 quilates.

 

 

Intervención: Barnizado y Conclusiones

El barnizado de protección de la figura siguió el mismo criterio antes mencionado. Por último, comentar que toda la restauración de este simulacro de San Miguel Arcángel, efectuada por el escultor e imaginero ecijano, afincado en Sevilla capital, Blasco Rivero, se ha basado en la conservación y consolidación de la imagen, siguiendo los protocolos de restauración actualmente vigentes en las obras de arte.

 

 

Fotografías de Blasco Rivero

 

 
 

 

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