SPES NOSTRA (I)

Jesús Abades y Sergio Cabaco. Con información de
José Manuel Moreno Arana y Alejandro Cerezo


 

 

 

Comenzamos el repaso a las obras de arte sacro que llevan esta advocación con una Dolorosa, la Virgen de la Esperanza del Mar que recibe culto en la Iglesia de San Francisco, de Ayamonte. La imagen, realizada en 1976 por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte, pertenece a la etapa primeriza del autor, caracterizada por las expresiones aniñadas y los rostros dolientes, como podemos ver en otras obras sobre el mismo tema como la Virgen de la Paz, de Málaga, o la cordobesa Virgen del Rosario. El recuerdo de la popular Macarena en esta imagen es más que evidente y, al igual que todas las obras de su autor, ha sido concebida para transmitir una idealizada belleza al espectador, con los ojos estrábicos y los trazos negros en el interior de las pestañas para profundizar la mirada. Es titular de la Cofradía de la Lanzada y posee un paso de palio con una llamativa orfebrería de estilo neogótico. En la misma localidad onubense recibe culto una imagen gloriosa de la Virgen de la Esperanza labrada por José Esteve y Bonet (1774). Fue profundamente remodelada en 1944 por el ayamontino José Vázquez Sánchez, quien hizo nueva mascarilla y la policromó añadiéndole ricos estofados (1). Pese a tales reformas, es una escultura de talla completa y exquisito acabado.

En la Semana Santa de Córdoba, podemos encontrar tres Dolorosas que llevan la advocación de La Esperanza. La más popular es la Virgen de la Esperanza que procesiona el Domingo de Ramos y es conocida popularmente como La Gitana. Se trata de una bella obra del imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo, quien la realizó en 1947. En octubre del año 2004, la Cofradía celebró con una multitudinaria salida extraordinaria el Cincuentenario de la hechura de la imagen del Señor de las Penas, obra también de Martínez Cerrillo. También de gran fama y solera es la Virgen de Paz y Esperanza, que procesiona cada Miércoles Santo junto al misterio de La Humildad y Paciencia. La imagen, original también de Martínez Cerrillo, fue sometida en 2004 a una restauración por parte del imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo. Por último, tenemos una curiosa advocación mixta con la Virgen de la Esperanza del Valle, titular de la Cofradía cordobesa de La Cena, que aun no sale en procesión. La imagen es talla anónima del XIX, muy retocada por el sevillano Juan Ventura en 1983.

La Virgen de la Esperanza, de Hinojos, es una de las pocas obras rigurosamente documentadas del imaginero Gabriel Astorga Miranda (1864), hasta el punto de ser la única talla del autor, hijo del célebre Juan de Astorga, que aparece firmada por el mismo en la base del candelero (2). Normalmente, se trata de una Virgen de Gloria con el Niño en sus brazos que, al igual como sucede en otros municipios de la provincia, acompaña el Jueves Santo como Dolorosa a un titular cristífero, en este caso el Cristo de la Vera Cruz, Crucificado gaditano-genovés del XVIII. La imagen presenta los rasgos típicos del autor, hijo del maestro archidonés Juan de Astorga Cubero: nariz muy recta, facciones redondeadas, boca menuda y a poca distancia de la nariz y policromía sonrosada (3). Recibe culto en la Ermita de la Virgen del Valle, patrona de la villa onubense.

La Virgen de la Esperanza, de Granada, es una de las Dolorosas más valiosas de la región, no sólo por su gran calidad sino por tratarse de una obra documentada del maestro granadino José Risueño (1718), a cuya mano pertenecen creaciones tan magistrales como El Crucificado del Consuelo, El Ecce Homo de La Catedral o el San Jerónimo Penitente, todas ellas para la capital granadina. Lamentablemente, como sucede con muchas otras Dolorosas de la ciudad, sus originales manos entrelazadas son reemplazadas por otras extendidas, realizadas en 1930 por Enrique Martínez Olalla (4). En origen, su advocación era la de la Virgen de Las Tres Necesidades y fue titular de una cofradía, hoy desaparecida. Sale procesionalmente el Martes Santo desde la Parroquia de San Gil y Santa Ana junto con la imagen de Jesús del Gran Poder, obra del sevillano Ramos Corona.

La Virgen de la Esperanza, de Moguer, es una Dolorosa original del imaginero palmerino Joaquín Moreno Daza (1952), remodelada diez años después por el ayamontino Antonio León Ortega, quien le rompe los originales ojos de madera para colocarle otros de vidrio, retalla algunas zonas de la mascarilla y le aplica una policromía de pésima calidad. La imagen no sólo no ganó en nobleza, sino que vio muy deteriorado su aspecto hasta el punto de que, en los últimos años, presentaba un estado lamentable, sobre todo debido a la agresiva encarnadura que, además, había ennegrecido bastante la talla. Gracias a una reciente restauración de Elías Rodríguez Picón, quien ha tenido que reencarnarla por completo y hacerle nuevo candelero, la imagen se ha visto notablemente mejorada, aunque su aspecto difiere mucho del original de su autor.

La deliciosa imagen de gloria de la Virgen de la Esperanza de los Doce Apóstoles es patrona de La Redondela (Isla Cristina) y titular del templo de dicha localidad costera. Fue realizada en 1939 por Sebastián Santos Rojas para sustituir a una talla anterior, de finales del siglo XIX, que fue destruida en 1936. La primitiva imagen del Niño era una obra seriada de Los Talleres de Olot (Gerona); actualmente, porta otra labrada hace sólo un par de años por el imaginero Francisco Álvarez Galán, de Cartaya, con la que también protagoniza la famosa Procesión del Huerto.

 

 

 

La Virgen de la Esperanza de Jaén es una copia realizada por el sevillano Antonio Eslava Rubio (1952) de la popular Esperanza Macarena. No resulta creíble como reproducción pero sí como Dolorosa correcta, aunque lejos de las mejores de su autor. Es titular de la Cofradía del Perdón y sale procesionalmente el Miércoles Santo. Dentro de la provincia jiennense, mayor interés tiene la Virgen de la Esperanza de Linares, cuya Semana Santa también goza de gran popularidad. Es una sentida Dolorosa de la escuela levantina del XIX, siendo restaurada en los años 80 por Luis Álvarez Duarte. Pertenece a la Cofradía de la Expiración y desfila el Viernes Santo.

La Virgen de la Esperanza, de Lepe, es posiblemente la más antigua de las Dolorosas que se conservan con dicha advocación en la provincia onubense. Según Martínez Sánchez, era una talla de busto que recibía culto en la Parroquia de Santo Domingo, al menos desde 1693 (5). Logró salvarse de los destrozos de la Guerra Civil y, actualmente, es titular de la Cofradía de la Misericordia. Las restauraciones que ha recibido para tener su iconografía actual por parte de León Ortega y Moreno Daza, quien le hizo nuevas manos, no han sido muy afortunadas, de ahí que precise una adecuada recuperación de su aspecto primitivo.

La Virgen de la Esperanza, de Almería, es también una reproducción de La Macarena de Sevilla, obra del Taller de Roldán realizada a finales del siglo XVII o en el primer tercio del XVIII. En este caso, a diferencia del jiennense, sí nos encontramos con una copia fiable realizada por el sevillano Antonio Dubé de Luque en 1988. Procesiona el Lunes Santo con la Cofradía de la Sentencia. También recibe culto dentro de la Semana Santa almeriense una Dolorosa que lleva la advocación mixta de Virgen del Amor y Esperanza, titular de la Cofradía de la Oración en el Huerto. Es obra de Antonio Castillo Lastrucci (1946) y presenta los típicos rasgos castizos del autor.

La patrona de Cumbres Mayores es una de las tallas más populares de la Virgen de la Esperanza que se veneran en la provincia de Huelva. Es una obra de Gloria y sin Niño que representa el gozo de María ante la Resurrección del Hijo.  Original de finales del siglo XVI, sufrió una remodelación en el XVIII para colocarle postizos barrocos y, en época moderna, una intensa restauración por el sevillano Antonio Castillo Lastrucci, quien probablemente la policromara de nuevo. Es muy famosa su fiesta de Lunes de Albillo.

Precisamente, es obra de Antonio Castillo Lastrucci la Virgen de la Esperanza de Ceuta, siendo realizada en 1946. Considerada como una de las mejores Dolorosas de posguerra que tallara el imaginero, sale procesionalmente junto a la imagen del Nazareno, con la que protagoniza una emotiva Ceremonia del Encuentro. De Rafael Barbero Medina es la Virgen de la Esperanza, de Bollullos Par del Condado (1952). Dolorosa un tanto fría e inexpresiva, algo influenciada por los cánones granadinos, no se encuentra entre las mejores obras de tan interesante autor. Otra imagen que se venera en la provincia onubense con la advocación de Virgen de la Esperanza es la titular de la Cofradía del Cautivo, de Cartaya, obra de Fernando Álvarez Galán (1961), inspirada en La Esperanza de Huelva capital aunque apenas se aprecie parecido formal.

La Virgen de la Esperanza, titular de la Cofradía del Nazareno del Paso, es una de las principales devociones de la ciudad de Málaga, tanto es así que fue Coronada Canónicamente el 18 de Junio de 1988. Es una escultura de autor anónimo del siglo XVII, cercana a la obra de Pedro de Mena. Durante el asalto a la Iglesia de Santo Domingo, en 1931, fue rescatada por dos hermanos, escondiendo su rostro en una droguería cercana al templo. La hermandad llevó después a la Virgen a la Catedral, donde permaneció hasta 1936, año en que también asaltan durante la Guerra el Templo Mayor. Tras los desmanes, la Virgen aparece en la Sacristía, amontonada junto a una serie de imágenes religiosas, con daños en el labio superior y la zona inferior de la nariz y sin apenas manos. En 1938, Adrián Risueño la restaura con escaso acierto y en 1970, el sevillano Álvarez Duarte recupera la zona original del labio y la nariz en la medida de lo posible y le talla las actuales manos, sustituyendo a las realizadas por Risueño. Sale en estación de penitencia la noche del Jueves Santo y era apodada a principios de siglo La Gitana.

 

   

 

Por su parte, la malagueña Virgen de la O es la titular de la Hermandad de los Gitanos, siendo realizada por Francisco Buiza en 1969. Llegó a la ciudad junto a la Virgen del Traspaso y Soledad de la Hermandad de los Viñeros, que también realizó el imaginero carmonense. Es una imagen de indudable atractivo, con rasgos propios de la etnia gitana: las aletas de la nariz son ejemplo de ello, así como su oscura policromía. Su incorporación a la hermandad data de esa fecha (1969), no se trata de ninguna sustitución ya que la cofradía tuvo únicamente a un solo titular cristífero. Actualmente procesiona en la tarde del Lunes Santo, portando la reliquia del Santo Lignum Crucis en su mano diestra. Otra Dolorosa que procesiona en la Semana Santa malagueña con la referida advocación es la Virgen de Nueva Esperanza, obra anónima del siglo XVIII procedente de Peñarrubia que fue restaurada por Pedro Pérez Hidalgo y en el año 2004 por Azuaga. También tenemos a la Virgen de los Dolores y Esperanza, igualmente anónima del XVIII, y a la Virgen de Gracia y Esperanza, titular de la Cofradía de Estudiantes que fue adquirida en los años 40 a los Talleres Caderot de Madrid, siendo posteriormente retocada por Valle Hernández y García Palomo.

Es muy interesante, pese a las poco afortunadas restauraciones que ha sufrido por parte de Izquierdo Venegas y Moreno Daza, la imagen de la Virgen de la Esperanza de San Juan del Puerto, una obra que algunos han querido ver dentro de la estética de Astorga aunque lo más probable es que se trate de una efigie fechable en el último tercio del siglo XVIII. Llama la atención que, pese a ser una imagen penitencial de marcado dolor y dramatismo, procesione el Domingo de Resurrección como Virgen Gozosa ante la Resurrección de Jesús.

También tenemos una Virgen de la Esperanza, practicamente desconocida, en otro municipio onubense: Corterrangel. Es una imagen gloriosa de vestir, obra de Manuel Domínguez Rodríguez (1960), que ostenta la titularidad de la parroquia, cuyo diseño se debe a Hernán Ruiz el Joven, co-autor de las reformas efectuadas en el siglo XVI en la Catedral de Sevilla.

La advocación mixta de Virgen de Gracia y Esperanza, está representada en la provincia onubense por la titular de la Cofradía del Cristo de la Plaza, de Aracena. La imagen es obra del sevillano Antonio Illanes y guarda un gran parecido con otras Dolorosas del autor que también miran violentemente hacia el cielo, caso de la Virgen del Rosario, de Mairena del Alcor, o de la Virgen de Guía, de la Cofradía de La Lanzada de Sevilla, antes de ser remodelada por Rivero-Carrera. El Crucificado es una impresionante talla de Sebastián Santos Rojas. Ambas reciben culto en la Parroquia de la Asunción.

Una de las Dolorosas más emblemáticas de la Semana Santa de Jerez es la cautivadora imagen de la Virgen de la Esperanza de la Yedra. Recientemente restaurada, hoy parece clara su adjudicación a la gubia de Diego Roldán, nieto de Pedro Roldán y sobrino de La Roldana. Este sevillano desarrolló toda su obra conocida en Jerez, trabajando para la ciudad y toda su zona de influencia (Rota, Arcos, Lebrija, Sanlúcar de Barrameda). Es uno de los escultores, en este sentido, más destacados del Jerez del XVIII y aunque no llegue a alcanzar la altura artística de su contemporáneo Francisco Camacho de Mendoza, su obra, que continúa siendo poco conocida y estudiada, no deja de tener interés. La imagen perteneció a la antigua Cofradía del Cristo de la Salud, con sede en el desaparecido convento mercedario descalzo de Belén. La antigua Virgen de los Dolores no dispone la cabeza de manera frontal sino dirigida hacia su izquierda, posiblemente buscando el consuelo del Discípulo Amado, cuya talla no conservamos. Muestra una clara relación con otras obras documentadas del autor, como Nuestra Señora de los Dolores de Lebrija (1758). Así, vemos rasgos comunes: rostro perfectamente ovalado y estilizado, sin la morbidez que vemos por ejemplo en las vírgenes de Camacho; cejas finas, formando el entrecejo un perfecto triángulo; ojos de profunda mirada y melancolía; nariz recta y afilada, con fosas nasales pequeñas, casi circulares; boca de labios finos, con las comisuras hacia abajo, formando siempre una composición trapezoidal, y la barbilla pequeña.

Siguiendo con las advocaciones mixtas en Huelva, mencionar una pequeña imagen de Gloria y anónima, llamada Virgen de la Expectación o Virgen de la Buena Esperanza, que se halla en la clausura del Convento de Carmelitas de Villalba del Alcor. Y es de justicia señalar, no por su advocación pero sí por su iconografía relacionada con la imagen anterior, a la Virgen del Carmen, de Galaroza. Se trata de una magnífica talla completa de finales del XVI, con reformas en el XVIII probablemente practicadas por Montes de Oca, que representa a María en sus últimos meses de embarazo. Podemos identificarla también como Virgen de la Misericordia, debido a la disposición del manto. Hace unos años fue restaurada por Juan Manuel Miñarro, quien no dudó en considerarla como una de las imágenes marianas de mayor valía de la provincia.

 

 

 

Debido al gran número de Vírgenes con la advocación esperancista en Sevilla y su popularidad entre los amantes del arte cofrade, mejor dar el repaso de las mismas siguiendo un esquema descriptivo:

Virgen de la Esperanza Macarena: La imagen más universal de la Semana Santa de Sevilla y, posiblemente, de la Semana Santa del resto del mundo. Como se ha dicho anteriormente, es una carismática obra del Taller de Pedro Roldán cuya autoría individualizada no se ha podido, hasta el momento, confirmar.

Virgen de la Esperanza de Triana: También de enorme devoción a nivel nacional, es obra de Antonio Castillo Lastrucci (1929), quien reprodujo y mejoró los rasgos antiguos que imprimiera José Ordóñez, probablemente tomados a su vez de la Divina Pastora trianera que labrara Gabriel de Astorga. Fue muy restaurada en 1981 y 1989 por Álvarez Duarte, quien realizó varias Dolorosas a su imagen y semejanza.

Virgen de la Esperanza (La Trinidad): Una de las más exquisitas Dolorosas sevillanas, siempre eclipsada por la alargada sombra de las dos imágenes anteriores. Obra magistral de Juan de Astorga Cubero (1820), Sebastián Santos Rojas la restauró en 1947.

Virgen de la O (Dolorosa): Obra de Castillo Lastrucci (1937), probablemente inspirada en la antigua imagen roldanesca que la cofradía recuperó recientemente gracias a la labor restauradora de José Manuel Cosano Cejas. En el año 2004 fue restaurada en el taller de Miñarro, quien eliminó repintes y limpió la policromía de la talla.

Virgen de la O (Gloriosa): De mayor calidad artística que la Dolorosa, es obra anónima de finales del XVI muy restaurada posteriormente. La última intervención corrió a cargo de Cosano Cejas. Figuró en el altar mayor de la iglesia trianera que lleva su nombre hasta 1961, año en el que fue reemplazada por la anterior.

Virgen de Gracia y Esperanza: Advocación mixta para una Dolorosa original de Fernández Andes, remodelada en 1958 por Sebastián Santos, quien mejoró bastante sus calidades al mismo tiempo que favoreció la falta de expresividad que la talla adolecía desde un principio. Titular de la Cofradía de San Roque.

Virgen de la Esperanza Divina Enfermera: Imagen de Gloria titular de la Cofradía de la Lanzada. Se trata de una antigua obra de la segunda mitad del siglo XVI, muy reformada en época barroca (1787), y posteriormente intervenida por Castillo Lastrucci (1932) y Rivero-Carrera (1984). Fue nombrada patrona de los pellejeros, y fue titular de una hermandad fundada en 1666 y fusionada en 1981 con la de La Sagrada Lanzada.

Virgen del Sol: Dolorosa de advocación esperancista, obra de José Manuel Bonilla Cornejo, quien recientemente la encarnó de nuevo. Titular de la hermandad de su mismo nombre, recibe culto, junto al Varón de Dolores del mismo autor, en los bajos de un edificio de El Plantinar.

Virgen de la Soledad y Esperanza: Otra advocación mixta, no lo suficientemente reconocida si tenemos en cuenta la gran calidad artística de la Dolorosa, de las mejores salidas de las gubias del archidonés Juan de Astorga Cubero. Recibe culto en la Iglesia de San Ildefonso.

Por último, mencionar las dos devociones esperancistas que procesionan en la Semana Santa de Huelva. La Virgen de la Esperanza es una imagen de candelero para vestir, obra salida del taller de Joaquín Gómez del Castillo, bendecida el Lunes Santo, 3 de abril de 1939, en la Iglesia de San Francisco junto con el Santísimo Cristo de la Expiración, titular cristífero de su cofradía. De la talla, de 168 cm de altura, llaman poderosamente la atención los ojos vítreos con el iris de color miel. Las manos, de las llamadas de tenedor, suelen portar un pañuelo y la reproducción en oro de ley de uno de los barcos pesqueros típicos que solían faenar por la costa de Huelva en la derecha, y un rosario en la izquierda. Para dar mayor realce y realidad, cuenta con pestañas y cabello natural de color castaño oscuro. El 3 de junio de 2000, la imagen fue coronada canónicamente, convirtiéndose así en la primera Dolorosa que procesiona en la Semana Santa onubense en ostentar esta distinción canónica. También nos encontramos con la advocación de Virgen del Rocío y Esperanza en la titular de la Cofradía del Calvario, una controvertida Dolorosa que tiene la particularidad de ser la última obra del gran Sebastián Santos (1973), quien le imprimió, al igual que otras Dolorosas del autor como la patrona de Aracena o la que recibe culto en Castuera (Badajoz), una impecable policromía y una marcada frontalidad, marcas de la casa.


BIBLIOGRAFÍA

(1) GONZÁLEZ GÓMEZ Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, Huelva, 1981, pp. 89-90.

(2) Idem. P. 91.

(3) SÁNCHEZ DE LOS REYES, Francisco Javier. "La Divina Pastora trianera como referente para un estudio de la obra mariana del imaginero Gabriel de Astorga", en Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº 537, 2003, p. 773.

(4) LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Juan Jesús. "José Risueño y la Dolorosa de las Tres Necesidades", en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, nº 4, Granada, 1994, pp. 97-120.

(5) MARTÍNEZ SÁNCHEZ, Luis. El Templo Parroquial de Santo Domingo de Lepe, Huelva, 1953, p. 23.

 

 

 

Fotografía de la Esperanza Macarena de Miguel Ángel Moreno Rebollo
Fotografía de la Virgen de los Dolores y Esperanza de Málaga de Alejandro Cerezo
Fotografía de la antigua Virgen de la O de Ricardo Calvo León
Fotografía de la Yedra de Jerez de Cancelo para www.latrabajadera.com

 

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