Presentación

Tradicionalmente y desde hace más de veinte años, durante la cuaresma, la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid realiza una exposición dedicada al arte sacro, con el fin de acercar a vallisoletanos y turistas la riqueza del patrimonio cultural de nuestra provincia, siendo al mismo tiempo una oportunidad para profundizar en aspectos artísticos e iconográficos relacionados con la Semana Santa.

En 2023 se cumplen quince años de la exposición Gregorio Fernández. La gubia del Barroco, un importante hito en la celebración anual de estas exposiciones. En esta ocasión retomando esa referencia se aborda la obra de otro emblemático escultor, Juan de Juni, por la significación que tiene para el arte castellano en general y para nuestra Semana Santa en particular.

De igual modo esta muestra rinde un sencillo homenaje a la figura del académico y catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, Juan José Martín González, cuando se cumple el centenario de su nacimiento. El profesor abordó grandes monografías de artistas, entre las que se incluye la dedicada a Juni en 1974. Como miembro de la Comisión Artística de la Junta de Semana Santa procuró conocer mejor nuestros pasos y a nuestros imagineros, preocupándose por la evolución que podía experimentar la estética de esta celebración. Su contribución ha sido y sigue siendo un referente para historiadores, investigadores y curiosos.

La muestra del presente año, titulada Juni: Imaginario, puede visitarse hasta el próximo 16 de abril de 2013 en la Sala Municipal de Exposiciones de Las Francesas (Calle de Santiago 22, Valladolid) dentro del siguiente horario: martes a domingos y festivos, de 12:00 a 14:00 y de 18:30 a 21:30 horas; los lunes permanecerá cerrada. Sus comisarios son Julio César García Rodríguez y Andrés Alvárez Vicente.

Organizada por el Ayuntamiento de Valladolid a través de la Fundación Municipal de Cultura y la Junta de Cofradías de la Semana Santa de la ciudad, cuenta con el patrocinio de la Diputación y el Arzobispado de Valladolid y de la Junta de Castilla y León. La entrada es gratuita.

Juan de Juni

Resulta complicado comprender el esplendor de la escultura castellana de los siglos XVII y XVIII sin tener muy presente la figura del imaginario Juan de Juni, creador de tipologías y adaptador de influencias variadas adquiridas a lo largo de toda su vida. En Valladolid figura avecindado desde 1543 hasta su fallecimiento el 10 de abril de 1577, tras pasar por las localidades de León, Medina de Rioseco y Salamanca, lo que explica que algunas de sus obras más emblemáticas se encuentren muy cerca de Valladolid.

Francés de nacimiento y castellano de adopción, Juni desarrolló su obra amalgamando el arte renacentista con el estilo manierista, propio de su tiempo, pero anunció también el Barroco, aspectos todos ellos que quedan patentes en esta exposición. Nos dejó en barro, en piedra y especialmente en madera, obras sublimes, pero también puso de manifiesto las inquietudes de los artistas de su tiempo por alcanzar la consideración social que se merecían. La terminología empleada, distinta conceptualmente a la actual, evidenciaba una división de tareas en los trabajos relacionados con la madera que Juni dominaba en su conjunto, pero Juni era mucho más que un hacedor de imágenes, era un creador que ponía su oficio al servicio de lo mental, aunque tuviera que recurrir al esfuerzo físico para darle forma tangible.

La exposición Juni: Imaginario cuenta con una selección de 31 obras desarrolladas en el contexto de su propia trayectoria vital, su taller o ejecutadas por los seguidores que lo continuaron o se inspiraron en su trabajo. Se incluyen entre ellas documentos originales firmados por el propio artista. Como no podía ser de otro modo la relación directa con la Semana Santa está igualmente presente, a pesar de las limitaciones que imponen estas fechas cuaresmales y pascuales.

Varias de sus obras más emblemáticas están relacionadas directa o indirectamente con la escultura procesional de Pasión, lo que va a permitir al espectador analizar la influencia que Juni tiene adelantando el camino a los imagineros del Barroco. Que la ciudad de Valladolid sea en este caso un referente a nivel mundial, en lo que a obras históricas se refiere, parece no ser casual y debe sin duda a Juni más de lo que creemos. Buenos ejemplos son la "Virgen de las Angustias" o el "Entierro de Cristo", tallado para el desaparecido convento de San Francisco, que alcanzan en estas fechas una especial significación que trasciende el gran valor artístico.

Del imaginario al imaginero

Los artífices de las imágenes labradas en las catedrales góticas europeas eran conocidos como "imaxinarios", por lo que Juan de Juni estaría familiarizado con el término en su entorno de origen. Pero en el Renacimiento, el término "imaginario" adquiere una connotación que hay que unir al interés por adquirir el reconocimiento de arte liberal, porque es lo que venía a justificarlo.

En ese contexto pintores y escultores pugnaron entre ellos para alcanzar el reconocimiento social y económico que implicaba su trabajo, lo que pasaba por hacer prevalecer el aspecto mental. Esa disputa interesada comenzó en Italia, cuna del humanismo renacentista. Juan Bautista Alberti y Leonardo da Vinci fueron los precursores, seguidos de otros tratadistas como Giorgio Vasari. Por suerte el "Parangón", "Paragone" en italiano, que es el nombre por el que se conoce a esta controversia, tuvo también en España su repercusión.

El pintor y humanista Francisco Pacheco dedicó parte de su tratado a reflexionar sobre ello y adaptarlo a un contexto mucho más próximo al nuestro, contexto que vivió Juni una generación antes. Su "Parangón" pretende nuevamente dar a la pintura mayor importancia que a la escultura. Curiosamente, para ello comienza exponiendo las fortalezas de las obras que tienen relieve para seguidamente rebatirlas, haciendo que la pintura la supere. Baste este párrafo sacado capítulo V del libro primero para entenderlo:

"También la calidad de muchos de los profesores de la pintura descubre la ventaja que hace a la escultura, fundada en la mesma autoridad de los escritores antiguos, que contando tantos varones nobles, reyes y emperadores, que exercitaron el pintar, no se acordaron de poner en este número alguno que se hubiese aplicado al exercicio de la escultura. Parece que se podrá esto atribuir a la dificultad y grandeza de aquel arte, y a mi ver no es así, porque se aplicaban a todas las demás artes liberales, aunque fuesen muy dificultosas, antes me parece que no la debían de apetecer por lo que tiene de trabajo corporal, tan parecido a las artes mecánicas, y por esto exercitaban la pintura, por ser obra más espiritual y de mayor deleite".

En definitiva, "imaginario" viene a mostrar ese interés por hacer valer el trabajo mental, creativo como fin en sí mismo, en este caso visto desde la perspectiva del escultor. A pesar de todo, pocos fueron los artistas que llegaron a alcanzar ese reconocimiento en la práctica, ya fueran pintores o escultores. Buena muestra de ello es que sean más reconocidos como imagineros que como imaginarios, aunque pocos años después de la muerte de Juni el pintor Juan de Roelas grabó una plancha de la Virgen de las Angustias, que también se puede ver en esta exposición, en la que se dice textualmente "Juan de Juni Hinbentor", pudiéndose entender perfectamente el significado. Precisamente con esta obra la originalidad de Juni queda de manifiesto, bastando por sí sola para que reconozcamos al artista con el sentido con el que se autodenominaba, imaginario.

Diseño expositivo

La sala de exposiciones municipal de Las Francesas ha sido nuevamente la sede elegida para le celebración de esta exposición. Su ubicación en la principal arteria peatonal de la ciudad de Valladolid, así como su trayectoria histórica acogiendo exposiciones artísticas de primer nivel, la convierten en un punto de referencia para los visitantes, siendo un espacio muy accesible igualmente para los numerosos turistas que, especialmente en Semana Santa, recorrerán los principales monumentos y puntos de referencia cultural a los que pretende sumarse esta nueva propuesta.

El montaje expositivo diseñado para Juni: Imaginario, ha permitido que convivan de manera armoniosa, la presencia de cerca de una treintena de esculturas originales del artista cedidas para la ocasión por parroquias, conventos, museos, archivos y particulares, junto con obras impresas en 3D como el grupo del "Laocoonte" y medios audiovisuales que dan presencia a otras, que debido a la dificultad para poder formar parte de las obras expuestas por su delicado estado de conservación o por la dificultad para ser cedidas en estas fechas, sería imposible mostrar de otro modo. Tal es el caso del mencionado conjunto del "Entierro de Cristo" del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

De igual modo se pretende con estos medios poder adentrase en espacios que, por su singular morfología y diseño integral, ha sido imposible trasladar y exponer fuera de su marco original, como es la magnífica capilla de los Benavente en la iglesia de Santa María de Mediavilla de Medina de Rioseco (Valladolid), conjunto de obligada referencia a la hora analizar la trayectoria del escultor.