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Grupo de la Familia de la Virgen
La obra más votada pasará del almacén del museo a la colección permanente.
Se trata de un grupo que representa el tema de la Educación de la Virgen, formado por Santa Ana, San Joaquín y María niña.
Fue adquirida por el Estado español en 1982 a una colección privada de Córdoba, aunque procede de la iglesia del hospital sevillano de los Venerables Sacerdotes, en cuyo coro se encontraba al menos desde 1919, dato que se conoce gracias a una fotografía conservada en la Fototeca de la Universidad hispalense. Es talla de tamaño inferior del natural atribuida al escultor José Montes de Oca (hacia 1740).
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Dolorosa
En segundo lugar, muy cerca de la pieza más votada, ha quedado esta Virgen de candelero para vestir, también en madera policromada, cuya autoría y fecha de ejecución se desconocen. Representa a María en el trance de la Pasión. Por sus rasgos y su postura pudo tener como referente directo a la desaparecida Virgen de la Soledad del artista Gaspar Becerra.
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San Félix de Valois
Nuevamente una escultura vestidera en madera policromada. En este caso se trata de San Félix de Valois, fundador junto a San Juan de Mata de la Orden Trinitaria para la redención de cautivos. Esta talla del siglo XVIII, una de las piezas más destacadas de la muestra, ha sido relacionada por su magistral naturalismo con el artista murciano Francisco Salzillo.
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San Elías
Obra de tamaño natural catalogada por el MNE entre los años 1634 y 1666. El anónimo autor
emplea un lenguaje formal próximo a las creaciones de Gregorio Fernández.
La procedencia más plausible de esta pieza, representada según la iconografía más tradicional en las representaciones escultóricas del santo, sería un convento de carmelitas.
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Virgen de la Merced
Obra de gran barroquismo que obedece al milagro de San Pedro Nolasco. La Virgen se aparece para iniciar el rezo vestida con el hábito mercedario, sobre espléndido trono de nubes, angelitos y cabezas aladas de querubines. Debe proceder de un convento de la Orden de la Merced, donde este tipo de imágenes, llamadas "comendadoras", solían presidir los coros.
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