Compañera de fatigas de artistas como Javier Mariscal, Ceesepe, Alberto García-Alix o Pedro Almodóvar, residió en Barcelona, Madrid o Nueva York. Creció en plena ebullición creativa española y fue uno de los estandartes fundamentales de la Movida Madrileña de comienzos de los 80 (Autorretrato con agua, en la imagen).

La obra de Ouka Leele ha sido reproducida en multitud de revistas como Star (portada en la imagen), icono de la contracultura española. Colaboró en casi todas las ediciones de ARCO, que alberga parte de su obra en su colección, e impartió talleres sobre su especialidad en festivales, centros culturales y universidades.

Su estilo artístico se distingue por la contundencia plástica y por la evocación poética de sus imágenes. También por reflejar ante el espectador una determinada forma de ver, entender y posicionarse frente la vida. La compleja obra Rappelle-toi Barbara está considerada por los expertos como una de sus mejores creaciones.

Desde la libertad, la cultura, el conocimiento y el compromiso, sus retratos, intervenciones, puestas en escena, interiores, retratos de grupo, autorretratos (como El sagrario de tu corazón), bodegones y paisajes fueron representados con indiscutible intencionalidad artística y en permanente diálogo con la historia del arte y las demás manifestaciones culturales: teatro, danza, música y cine. Ouka Leele interpretó e intervino en su mundo, en la sociedad que la rodeaba, para entenderlo mejor y conocerse mejor a sí misma. Explorarse y explorar la vida sin barreras ni prejuicios. De las clases bajas a las altas, del campo a la ciudad, de lo terrenal a lo místico.

Fotografías en blanco y negro pintadas a mano con acuarela (La moda española, en la imagen), instantáneas en blanco y negro, trabajos en polaroid de gran formato, copias en color, fotografías digitales en las que exploró el gran abanico de posibilidades que le brinda la tecnología... La artista construyó un auténtico universo personal, que como hemos dicho se gestó en los años 70, un momento de un eclecticismo apasionado, de una gran libertad respecto a la forma de manejar las referencias y los lenguajes.

De todo lo anterior surgió una fotografía que no oculta su vocación pictórica, sus deseos de traicionar la noción de instantánea, de instante sorprendido propio del lenguaje fotográfico para intentar adueñarse de la más pictórica de tiempo condensado, transmisor de sensaciones más allá del aquí o del entonces (Me levanto por la mañana, hay un gran charco en mi casa, en la imagen).

Su prolífica trayectoria se despliega a través de retratos, bodegones y, especialmente, vanitas con reminiscencias clásicas, pero a los que la fotografía dota de un ingrediente perturbador. Para esta obra que realizó por el quinto aniversario del programa Sálvame (la artista confesó que no lo veía, ni la televisión en general) se inspiró en los retratos de las familias reales pintados por Francisco de Goya. Fue quizás su instantánea más criticada, aunque creemos que el polémico formato del espacio influyó mucho en las valoraciones. Foto: Fórmula TV

El compromiso social de Ouka Leele se reflejó en algunos otros de sus trabajos, entre ellos el cortometraje PourQuoi? mediante el que trató de visibilizar la violencia que sufren las mujeres en África Central. Sus obras han sido expuestas en algunos de los museos españoles más significativos, y el prestigio nacional e internacional de Ouka Leele le conllevó la obtención en vida, como debe ser, de varios de los más prestigiosos galardones.