LOS SIETE MEJORES HOTELES DE LATINOAMÉRICA SEGÚN TRIVAGO
Con motivo del Día de la Hispanidad, el comparador de precios de hoteles Trivago ha realizado un sondeo para elegir los mejores hoteles históricos de Latinoamérica, los cuales conservan la arquitectura de las construcciones coloniales y nos acercan la historia de la que han sido testigos a lo largo de los años. La fundación de ciudades entre los siglos XVI y XVIII por el continente americano, dejó una herencia arquitectónica y cultural muy rica en estos países, algo que el viajero puede apreciar aún varios siglos después, puesto que muchas de ellas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Monasterios, conventos o casas señoriales fueron algunos de los primeros edificios que se construyeron en estas ciudades y que, hoy en día, perviven gracias a que en ellos se ubican algunos de los hoteles más lujosos del Caribe y Latinoamérica. La transformación de estos edificios en alojamientos ha agrandado la historia y la belleza de los mismos, convirtiéndolos en hoteles con un encanto muy especial. |
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Hotel Monasterio (Cuzco)
Construido en 1595, el sexto Obispo de Cuzco, monseñor Antonio de la Raya, dispuso la fundación del Seminario de San Antonio Abad en estas instalaciones, para la formación de sacerdotes católicos. En el siglo XVII se convirtió en Real Pontificia Universidad y se añadió la capilla, lugar donde actualmente se celebran bodas. Se trata de un edificio que conserva la arquitectura renacentista colonial, con su patio y su pórtico de entrada de piedra, en el cual se puede observar aún el Escudo de Armas Español. El mobiliario combina la decoración más actual con el estilo colonial, y en las paredes se observan magníficas muestras de arte religioso, recordando su pasado. Como curiosidad, todas las habitaciones del Hotel Monasterio poseen concentradores de oxígeno para combatir el mal de altura, debido a la situación de la ciudad de Cuzco. |
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Hotel Casa Pestagua (Cartagena de Indias)
La decoración de las habitaciones no deja de sorprender, pues en ellas se encuentran desde muebles antiguos de estilo colonial hasta piezas decoradas en Art-Decó. Se disponen alrededor del patio central, donde se halla su restaurante, ubicado bajo los soportales del mismo. En él se puede observar la decoración y los frescos que se añadieron a la casa en la época republicana, al tiempo que el huésped degusta la más típica comida caribeña. El hotel cuenta con otro pequeño patio donde se encuentran la piscina y el solárium, y en la azotea del edificio el cliente podrá disfrutar de la terraza mirador y relajarse contemplando el mar Caribe y la histórica ciudad de Cartagena de Indias. |
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Parador Santa María La Real (Sucre)
En la restauración llevada a cabo para convertir el edificio en hotel, se cuidó meticulosamente la estructura de la casona original, respetando sus bóvedas de ladrillo y sus patios, conocidos como Patio Azul y Patio Rojo, y que deben su nombre a los colores de su decoración. El primero, pintado de añil, consta de columnas y arcos de medio punto y una gran cristalera en el techo que inunda de luz la estancia. El segundo, de color rojo óxido gracias a los pigmentos del cerro de Potosí usados en la colonia, albergaba los establos del Palacio. En el lobby, estancia en la que destacan sus arcos de piedra, se encuentra una hermosa imagen de la virgen María en madera, tallada y policromada, la cual dio origen al nombre de este hotel. Estos detalles, así como el mobiliario y las habitaciones inspiradas en el siglo XVIII, remontarán al huésped a la época colonial. |
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Hostal Nicolás de Ovando (Santo Domingo)
Al igual que la zona histórica en la que se encuentra, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se sitúa, además, en la primera calle adoquinada del Nuevo Mundo, Las Damas. Hoy en día se ha convertido en un lujoso hotel de cinco estrellas con todos los detalles y servicios que hacen que el huésped pueda disfrutar del magnífico entorno en el que se encuentra, como tomar un ron caribeño, jugar al golf o al tenis, nadar en su piscina o fumar el mejor tabaco dominicano en el Cibao Bar, situado bajo los arcos del patio central. En las habitaciones, los tonos suaves del mobiliario se mezclan a la perfección con las paredes de piedra y las losas color ocre del suelo, combinando la parte histórica del hotel con su cara más actual. |
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Boutique Hotel de Cortés (Ciudad de México)
La fachada data de 1780 y en ella se encuentra la figura del santo que dio nombre al primer establecimiento. La piedra blanca y la madera están presentes en todos los rincones, desde las habitaciones hasta el restaurante, lo que contribuye a crear una atmósfera única en la que dejarse envolver por la historia del edificio y disfrutar del lujo más exclusivo. En la parte superior del hotel se encuentra la terraza El Cielo de Cortés, donde el huésped puede relajarse, tomar un cóctel y contemplar los edificios más importantes de la Ciudad de México, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. |
6 |
Hotel Plaza Grande (Quito)
Se asienta sobre lo que fue la casa de Juan Díaz de Hidalgo, uno de los primeros conquistadores españoles que llegó a la ciudad en el siglo XVI y que posteriormente se convertiría en regidor de la misma. Durante el siglo XX se convirtió en el Hotel Majestic, una dependencia bancaria y un edificio de la administración del Municipio de Quito, hasta que un grupo de hoteleros se fijó en él y quiso devolverle su esplendor. Las habitaciones están decoradas con maderas nobles, siguiendo patrones de la época colonial española, y cuenta con comodidades dignas de un cinco estrellas, como spa, gimnasio o varios restaurantes, donde el viajero podrá degustar tanto los platos tradicionales ecuatorianos como la cocina más internacional e innovadora. |
7 |
San Pedro de Timote (Cerro Colorado)
El complejo contaba con herrería, carpintería e incluso capilla, y hoy en día ha sido remodelado para ofrecer a los huéspedes el mayor confort posible. Las amplias habitaciones se distribuyen entre El Casco, la casona principal, que aun mantiene el espíritu señorial con el que fue concebida, y El Hostal, apartamentos pensados para familias. Ambos están diseñados con maderas nobles, estufas de leña y grandes ventanales desde los que observar la naturaleza que rodea al hotel. Al situarse en el campo, los viajeros podrán realizar multitud de actividades deportivas, como la pesca o montar a caballo, y no deben perderse la rica comida casera de su restaurante, con platos como el asado criollo. |
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