LAS MEJORES OBRAS DE LA DONACIÓN ARANGO AL MUSEO DE BELLAS ARTES DE ASTURIAS

28/01/2018


 

La Donación de 33 obras maestras efectuada el pasado año 2017 por Plácido Arango Arias al Museo de Bellas Artes de Asturias, dedicada a la memoria de sus padres Jerónimo Arango Díaz y María Luisa Arias Fernández, ambos de origen asturiano, supone un extraordinario enriquecimiento de sus colecciones de pintura antigua y arte contemporáneo. Fruto de esa donación, la muestra inaugurada el pasado 25 de enero de 2018 en el Museo ofrece un recorrido por el arte español desde 1495 hasta 1992, y permite rastrear la evolución de la historia del arte en nuestro país desde el período tardogótico hasta las últimas tendencias del siglo XX, encarnadas por una selecta nómina de artistas. Entre medias, destacan obras del siglo XVI, al tiempo que se registra el arte de los focos barrocos madrileño y sevillano mediante importantes lienzos. La Donación ocupa por completo la planta baja del Palacio de Velarde, distribuyéndose hasta 29 obras entre su patio y las dos salas anejas. Mientras, otras cuatro piezas están instaladas en el Edificio Ampliación, insertas en el discurso de la exposición permanente.

 

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Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco


La gran relevancia que la pintura gótica castellana de finales del siglo XV tiene en el Museo de Bellas Artes de Asturias se incrementa ahora con un retablo completo del núcleo oriental de Castilla. Se trata del Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco, que se suma con sus ocho tablas y un total de casi veinte metros cuadrados de pintura, aparte de su predela esculpida, polseras con otras ocho pinturas, y crestería gótica, al otro gran retablo del maestro de Palanquinos de la iglesia de Santa Marina de Mayorga de Campos que conserva el Museo. Debido a dos manos diferentes, los principales encasamentos, salvo dos, corresponden a un artista del círculo del Maestro de la Visitación de Palencia, activo entre 1490 y 1505, y el resto fue pintado por el Maestro de Oña (Fray Alonso de Zamora), activo entre 1480 y 1485 y en el año 1510. Ofrece, sin embargo, un aspecto de unidad, fruto en cierta medida de haberse realizado al tiempo, hacia 1490-1494.

 
 
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Infante Pedro Bustos de Lara


En la donación hay también ejemplos de pintores señeros del Siglo de Oro. Así, de Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 - Madrid, 1664) es esta obra representativa de las que concibió para el mercado americano, organizadas en series, en este caso una relativa a los infantes de Lara, personajes legendarios que protagonizaron entonces dramas y autos sacramentales, lo que quizá explique la teatral apostura del infante.

 
 
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La danza de Salomé ante Herodes


El nombre más importante que faltaba en las colecciones de pintura barroca sevillana del Museo era el de Juan de Valdés Leal (Sevilla, 1622 - Sevilla, 1690). Esta pintura, realizada en 1673-1675, supone una incorporación sobresaliente, en la que un amplio interior ricamente decorado rodea una de las imágenes femeninas más seductoras jamás pintadas por el artista, cuyo movimiento se amplifica con el vuelo de sus paños rojo y oro.

 
 
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El cura de pueblo


Con la adición de esta pieza de José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-Madrid, 1945) el Museo suma la cuarta obra en su colección del máximo exponente de la línea más expresiva de la pintura que se realizó en España durante la primera mitad del siglo XX. Esa orientación, anunciada por algunas obras de Zuloaga, llegó muy pronto en Solana a su mayor intensidad. La figura central deriva de una obra temprana, Los autómatas, que está precisamente en la misma colección Arango, y que revela la obsesión del pintor con aquel tipo humano.

 
 
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Cesta de guisantes y cerezas con floreros


Uno de los géneros más significativos surgidos en el Barroco es el bodegón. Este excelente ejemplo en la Donación, de Juan van der Hamen (Madrid, 1596 - Madrid, 1631), evidencia la sensibilidad del coleccionista hacia estos asuntos. Es una buena muestra de la producción del que puede considerarse, con Juan Sánchez Cotán, el iniciador más importante y decisivo del género en España. Realizado en los inicios de la tercera década del siglo, como otra versión autógrafa de 1621 del mismo motivo, muestra una composición que rodea al elemento central, la cesta, con flores y frutos dispuestos perimetralmente, a la manera de Sánchez Cotán.

 
 
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El bosque maravilloso


La figuración crítica aparece en uno de sus representantes mayores, el Equipo Crónica, con una obra de tamaño monumental. Formado entre los años 1964 y 1981 por los valencianos Rafael Solbes (1940-1981) y Manolo Valdés (1942), es la pintura más importante de la serie La partida de billar, autonomía y responsabilidad de una práctica, realizada en 1977. El título hace referencia a la homología entre el juego del billar y el arte en unos años en que, fallecido el dictador Francisco Franco, se planteaba la autonomía de la práctica artística como si, a semejanza del billar, aquella hubiera de seguir sus propias reglas.

 
 
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Piedad


La representación del gran pintor extremeño Luis de Morales (hacia 1510 - ¿Alcántara, Cáceres?, 1584) en el Museo se enriquece significativamente con esta obra de hacia 1565. Es una tabla muy bien conservada que revela, en el contraste de las figuras iluminadas sobre el fondo oscuro, un intenso dramatismo apropiado para la meditación devocional.

 
 
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El banquete de Ester


Otro género destacado de la pintura del Barroco es el de los ricos interiores, imaginados como unos caprichos arquitectónicos. Este género, que se desarrolló sobre todo en Italia y que tuvo en España a Francisco Gutiérrez Cabello (provincia de Burgos, hacia 1616 - Madrid, hacia 1670) como su representante más destacado, no aparecía en el magnífico elenco seiscentista del Museo; lo hace ahora a través de una obra de calidad y efecto, recuperada en el mercado londinense. Su escena ricamente decorada ante una imponente fachada abierta, a través de amplios espacios abovedados, a un patio con un segundo frente arquitectónico, tiene una complejidad relacionada con las composiciones grabadas inspiradas en motivos similares de marcada irrealidad.

 
 
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San Agustín


Nueva es la presencia en el Museo de Bellas Artes de Asturias de Juan de Juanes (¿Valencia?, hacia 1510 - Bocairent, Valencia, 1579), uno de los maestros más destacados de la pintura valenciana del Renacimiento. Esta obra del mayor interés fue pintada en el último año de su vida. A la rotundidad solemne del volumen de la figura, que con el libro y el modelo arquitectónico llena el cóncavo espacio de su nicho, añade una gran delicadeza en la finura de los pliegues del alba.

 
 
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La espera


Entre los artistas españoles que comenzaron a trabajar con la fotografía mezclada con la pintura en la década de 1970, Darío Villalba (San Sebastián, 1939) es uno de los de mayor proyección internacional. Esta obra, de 1979, es un impresionante tríptico de casi cinco metros de ancho que revela la fertilidad expresiva de la fusión entre aquellas técnicas, aplicada a mostrar una violencia psíquica de un modo inquietante. Las imágenes de una figura repetida y aislada, vistas a través de la aparente frialdad de los grises, producen un radical desasosiego.

 

Exposición hasta el 22 de julio de 2018. Dirección: Santa Ana 1, Oviedo. Horario entre enero y junio: martes a viernes, de 10:30 a 14:00 y de 16:30 a 20:30 horas; sábados, de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 11:30 a 14:30 horas. Horario de julio: martes a sábados, de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas; sábados, de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:30 a 14:30 horas. Lunes, cerrado.

 

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