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Retablo mayor (Lekeitio)
Sin duda la joya de la corona es el retablo que preside la basílica de la Asunción de Nuestra Señora, lo primero que llama la atención al entrar en el templo. Fue terminado en 1514 por un equipo dirigido por Juan García Crisal -pese al nombre castellanizado, es probablemente un autor de origen francés o flamenco- que incluyó a un buen número de artistas. Sus diecisiete relieves nos relatan la vida de María y Jesús. Una obra de primerísima línea que, no en vano, se ha comparado con los grandes retablos tardogóticos hispanos de Oviedo y Sevilla. Foto: Jos Unç.
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Retablo de San Pedro (Orduña)
La capilla de San Pedro del templo de Santa María está presidida por un magnífico retablo que debió ser realizado hacia 1515 por un artista flamenco afincado en España. Sus tallas son muy expresivas, realizadas con gran detalle, acabadas con una brillante policromía y, como es habitual en el estilo flamenco, rodeadas de muchos detalles -arquitecturas, paisajes, animales- que le dan un encanto especial. Foto: https://retablos-flamencos.albayalde.org
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Retablo de los Santos Emeterio y Celedonio (Larrabetzu)
En el barrio de Goikolexea de la localidad, el templo dedicado a los mártires Emeterio y Celedonio acoge, además de un importante conjunto de pinturas murales góticas, un retablo dedicado a los titulares que debió ser construido por artistas locales hacia 1520 y es una obra ya de transición entre el Gótico y el Renacimiento. Del primero de los estilos hereda el diseño de su rica y lujosa estructura arquitectónica y su decoración general. Más renacentista es la definición de los personajes y sus ropas, y sobre todo la simplificación de las escenas, nada que ver con el de Orduña y mucho menos con el de Lekeitio. Foto: https://www.retablosdebizkaia.com
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Retablo de la Pasión (Lekeitio)
Otro magnífico retablo tardogótico de la basílica de la Asunción, en este caso presidiendo la capilla de Santa Ana. Fue elaborado en Bruselas entre los años 1490 y 1500. Relata la Pasión de Cristo en cinco escenas: la Flagelación, el Camino al Calvario, la Crucifixión -en parte perdida-, el Descendimiento y la Resurrección. Tiene forma de T invertida, con una calle central más alta que las laterales, típica de los talleres de Bruselas. Acumula una gran cantidad de personajes, con abundantes detalles anecdóticos. Es una obra de carácter "industrial" en la que los personajes han sido tallados de manera un poco repetitiva. Foto: Diócesis de Bilbao.
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Museo de Arte Sacro (Bilbao)
Cuatro escenas alusivas de la infancia de Cristo es lo que se conserva de un desaparecido retablo de Gizaburuaga: la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos -solo en parte-, la Presentación en el Templo y la Matanza de los Inocentes. En este caso estamos ante una obra de importación que llegaría de Flandes entre 1480 y 1490. Aunque algunas zonas han sido recompuestas -se distinguen muy bien por el color más oscuro de la madera- y ha perdido su policromía, sigue resultando una obra impresionante. Foto: https://retablos-flamencos.albayalde.org
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