DANIEL HERRERA

Jesús Abades (23/07/2021)


 

"Muchas corrientes del arte contemporáneo tienen buenas ideas pero carecen de trabajo artístico"

 

 

En el momento que se realiza esta entrevista acabas de firmar el contrato con la cofradía valenciana de Jesús en la Columna para la realización de una nueva figura de misterio que completará el grupo escultórico formado por el Cristo de Carlos Román (1984) y el zelote que lo ata de José Estopiña (1990). Se trata de un soldado romano preparando un flagelo que irá ubicado en el paso detrás del Cristo e irá acompañado de una mesa con todos los utensilios que se utilizaron durante la flagelación. Será tallado en madera de cedro real del Líbano y pintado al óleo, con una altura de 165 cm, y se presentará en la Semana Santa del ejercicio 2022/2023.

Toda una responsabilidad. La verdad es que no me lo esperaba y, cuando contactaron conmigo, fue una grata sorpresa ya que me veo muy pequeño artísticamente y hay tanta competencia y tantos compañeros tan buenos que, cuando me llamaron para concretar y pedirme un boceto, puse todo lo que está de mi parte y visioné lo que yo quería expresar con esa imagen. Ellos me explicaron que su Cristo está atado a la columna pero sin heridas, es decir, todavía no se ha iniciado la flagelación, entonces, como comenté anteriormente, yo ya tenía en mente lo que quería representar. Mi proyecto salió elegido entre los ocho que fueron presentados.

Según los datos ofrecidos a La Hornacina por la Hermandad de la Columna de Valencia, suponemos que, por el estilo de la misma y de gran parte de toda la Semana Santa de la ciudad, será una talla completa.

El boceto inicial fue pictórico. La imagen medirá 1,65 m de altura, ya que tanto el Cristo como el zelote son un poco inferiores al natural, lo que condiciona el tamaño de la imagen nueva que voy a realizar. En efecto, será una talla completa, con las vestimentas talladas, y no la voy a policromar ni a tallar como se suele hacer en Andalucía, sino que me amoldaré a cierta imaginería del Levante, es decir, trabajaré los ropajes dejando la marca de la gubia y policromaré directamente sobre la madera, para que encaje con el estilo de la zona. Las carnaduras las trabajaré con sus capas de yeso y su preparación, como se suele hacer en Andalucía.

¿Has tenido algún condicionante por parte de la hermandad valenciana, aparte del tamaño que debe cumplir el romano para no romper la armonía del conjunto existente?

La hermandad me ha dado libertad. Desde el primer momento les expliqué lo que quería hacer: algo más realista, con más movimiento y no la típica figura con el flagelo en la mano mirando hacia el Señor. Entonces lo que presenté fue el romano justamente detrás, en una mesa que también realizaré yo, sobre la que están los tipos de herramientas con los que va a flagelar al Señor. Es por ello que el romano mira hacia la trasera del paso, que es donde está la mesa, para escoger el instrumento en cuestión. Entonces, como es de suponer, su vestimenta no será la de un romano con casco ni nada parecido. Para ello, me he basado mucho en la película "La Pasión de Cristo", en concreto en los ropajes de los sayones que aparecen en ella. Esta forma distinta y adaptada a su misterio se apartaba bastante de los demás proyectos presentados, quizás por eso apostaron por mí.

Se puede hablar, por tanto, de algo más novedoso a los que estamos acostumbrados, ya que al igual que vemos unos preparativos para la crucifixión, podremos ver como unos preparativos para la flagelación.

Efectivamente. Desconozco si hay algún misterio que represente ya este momento de los preparativos de la flagelación, por eso cuando me lo plantearon me gustó tanto, porque, además, al desconocer si existe o no, parto de la base de que no puedo mirar ideas en otros misterios, y a decir verdad, hace tiempo que, por mi trabajo, no miro otros misterios o no me da tiempo a buscar si los hay, ya que me estoy dedicando a fijarme mucho en la escultura italiana, en ella me baso mucho para hacer mis imágenes. Por ejemplo, en el San Agustín que estoy realizando para Madrid, cuyo bronce previo es el que presenté en La Hornacina, me inspiré en Bernini, uno de mis artistas favoritos. Suelo inspirarme en el barroco y el renacimiento italiano.

Aparte del proyecto para Valencia y de este que nos acabas de mencionar para Madrid, también sabemos de otros proyectos que tienes encargados: un Nazareno para Córdoba y una Dolorosa para México, que irán para colecciones privadas, y el titular de una agrupación jerezana que se llamará Jesús del Sufrimiento.

Exacto. La Dolorosa para México es pequeñita y, como bien dices, es para una devoción particular. El chico que la ha encargado es un restaurador y lleva bastante tiempo queriendo tener una talla de la Virgen de estilo andaluz, es decir, de vestir y con las típicas características nuestras. Mide 1,35 m y llevo un año y medio realizándola porque, a pesar del tamaño, el covid ha retrasado la finalización de la misma ya que el cliente tuvo que posponer el viaje para venir a recogerla y esperamos que pueda hacerlo en septiembre.

También, los Agustinos de Los Negrales, en Madrid, contactaron conmigo a partir de la realización del San Agustín de Ceuta. Les gustó mucho esta talla que realicé para la Ciudad Autónoma y me encargaron el busto de San Agustín. No querían una talla completa, ni de vestir, ya que iba para la entrada de un colegio, y por falta de espacio, no podían realizar una imagen a tamaño natural, aunque el busto sí es de tamaño natural y esperamos que pueda ser entregado el mes que viene.

Respecto al Nazareno para Córdoba, es para un chico que contactó conmigo y que lo quiere para el culto privado. En estos momentos, estoy modelando su cabeza.

En cuanto a Jerez de la Frontera, es una imagen de vestir a tamaño natural que medirá 1,80 m de altura y es para procesionar el Viernes de Dolores. Como bien has dicho antes, es para la Asociación de Nuestro Padre Jesús del Sufrimiento. El contrato se firmó el año pasado y me meteré de pleno en este proyecto una vez finalice los que tengo entre manos y que, debido a la pandemia, han tenido que ser retrasados.

 

 

Entre estos proyectos y los que aún no se pueden decir, tienes una agenda bastante completa y con encargos bastantes variados, tanto en técnicas como en materiales, a pesar de los tiempos que corren.

La verdad es que no puedo quejarme y gracias a Dios puedo ir tirando. Tengo muchas ganas de hacer algo civil, algún monumento, ya que ello me haría resetearme de la imaginería un poco y ampliar horizontes nuevos. Por eso, quizás empecé a beber de la escultura italiana, para no tener tanta fijación con la imaginería y así poder aportar algo en el tema del concepto, ya que considero que, por mucho que no quieras, al tener tan presente tantas iconografías y escenografías que se repiten, ello puede hacernos caer en el "más de lo mismo", y al mirarte en otros tipos de esculturas o en la realización de monumentos u obras civiles, amplías esa mirada o perspectiva que te puede llegar a quitar lo que ya está inventado y de lo que ya hay tanto. Y no digo que la calidad de lo que se hace no sea buena o no haya imaginación compositiva, sino que, aunque no quieras, tiendes a repetir prototipos o modelos ya usados, variándolos muy poco.

Tenemos que puntualizar que, cuando has hablado del San Agustín para Ceuta, nosotros lo presentamos como obra acabada porque entendimos que la nueva pieza será distinta e irá acabada en otro material distinto al de la terracota patinada, que es el que nosotros mostramos. Un San Agustín con el que, además del recuerdo a las obras de Bernini, inmortalizaste a tu padre usándolo de modelo para realizarlo.

Exactamente. El proyecto final va tallado en madera, dorado, estofado y policromado al óleo, pero, para tenerlo en el estudio, quise darle una pátina de bronce. Además, estuvo expuesto en el Museo de Chiclana de la Frontera. Es cierto que usé de modelo a mi padre, con el que tengo muy buena relación; de hecho, en el estudio, es mi mano derecha. No tengo aprendices ni ayudantes; cuando necesito que alguien me eche una mano, es a mi padre a quien acudo. Además, me da muy buenas ideas. Yo siempre digo que mi padre es igual de artista que yo, aunque no se dedique a este mundo. Él tuvo que trabajar desde muy joven y no tuvo la oportunidad que mis padres me dieron a mí de poder estudiar fuera para poder dedicarme a esto. En fin, si no fuera por el apoyo de ellos yo no sería quien soy ni me dedicaría a lo que me dedico. Con todo esto, es lógico que quisiera representarlo en el San Agustín, y por eso esta imagen va sin barba. Esto lo hablé también con los agustinos. Al ir para un colegio, mostrarlo sin barba quizás sería más cercano para los niños, además que se le vería más la sonrisa, y bueno, gustó la idea. Ya la pieza está en madera y me encuentro finalizándola.

Daniel, tienes 31 años y, si no me equivoco, llevamos presentando obras tuyas en La Hornacina desde el año 2010. ¿Cómo nació en ti la vocación artística?

Pues no me viene de pequeño, como puede ocurrirle a muchos de mis compañeros. De pequeño sí me viene el gusto por el mundo del arte, desde siempre me gustó pintar y desde los siete años me apuntaron a la Academia de Bellas Artes de El Puerto de Santa María, mi localidad natal. En el colegio era un "culo inquieto", como se suele decir, y académicamente no era muy bueno; eso sí, siempre estaba dibujando. Tanto mi madre como mis maestros vieron algo en mí y recomendaron a mi madre que me matriculara en una academia para dibujar y pintar. Una vez matriculado en la academia, al poco tiempo me cambiaron de clase con personas más mayores que estaban en cursos más avanzados, ya que se me daba muy bien. Con el paso del tiempo fui ganando concursos de dibujos que se realizaban entre los colegios o con algún motivo concreto, tanto a nivel local como provincial. Como veis, de la imaginería no te he hablado en absoluto, ya que de ese tema yo entonces no tenía ni idea. Una vez que salí de la academia de El Puerto conocí a Daniel Sueiras, un pintor que ahora mismo está trabajando, o ha estado trabajando, en Estados Unidos, y con el que yo quería aprender. Mi madre fue a hablar con Daniel y, afortunadamente, me acogió y me enseñó. Con Daniel me especialicé en el retrato, y estuve unos cuatro o cinco años trabajando como retratista, hasta que llegó un momento en que le pedí que me ayudara a modelar una cabeza pequeñita de un evangelista, pero Daniel me dijo que en eso no me iba a poder ayudar bien, por lo que me animó a seguir estudiando y trabajando en ello. Fue entonces cuando me fui a Sevilla a estudiar, y ahí empezó todo. En Sevilla conocí a varios artistas, y visité y pasé por algunos talleres.

Entonces podemos decir que has tenido a quien te ayudó en tu formación como pintor pero no como escultor.

Realmente no. Yo conocí a Ángel Pantoja, aquí en El Puerto, y estuve en su estudio durante poco menos de un año. Ángel me animaba a que me fuera a Sevilla a estudiar. Una vez allí, durante el último año, estuve en el taller de Jaime Babío, pero no de aprendiz. Yo iba de vez en cuando a echarle una mano, y es verdad que aprendía mucho de todo lo que veía, porque, después de los cursos en la Escuela de Artes de Sevilla, cuando vas a un taller aprendes mucho aunque sea observando. Los escultores que visitaba siempre me explicaron las cosas del oficio y luego en mi casa de El Puerto de Santa María, en un pequeño taller que por entonces tenía en casa de mis padres, lo ponía en práctica y poco a poco fui evolucionando.

Una evolución grande y asentada en los últimos años, porque, repasando tus obras desde unos comienzos un tanto titubeantes, con el San Pedro para Jerez, la Dolorosa para Zafra o las primeras figuras para el misterio de San Juan de Aznalfarache, vemos imágenes muy diferentes entre sí, sin un estilo propio, muy influenciadas casi todas por el arte de Luis Ortega Brú y que quizás no dejaban ver tu personalidad artística.

Correcto. Cuando descubrí a Ortega Brú, descubrí a un genio, y, claro, cuando uno se inicia en este mundo, busca un referente y se quiere parecer a alguien, y en mi caso yo quería parecerme a Brú. Por eso tomaba de referencia su obra. Y digo tomaba porque a Brú no se le puede copiar. Cuando intentas imitarlo, al final lo que obtienes es una copia mala. Y esto mismo fue lo que me hizo cambiar en la imaginería: el darme cuenta que yo no era Brú y que nunca iba a poder hacer algo como Brú, sino que tenía que buscar mi estilo propio. Fue entonces cuando me encargaron el San Dionisio de Jerez. A la hora de abordarlo pensé: voy a hacer lo que siento y voy a salirme de modelos previos. Eso, la verdad, es que da un poco de miedo, porque no sabes si lo que haces, una vez que te sales de lo que hacías antes, a la gente le va a gustar. Fue entonces también cuando me empecé a interesar por la escultura italiana, y viajé a Roma y a Florencia, ciudades en las que estuve un mes estudiando los trabajos de los grandes maestros, aprendiendo el concepto de escultura de los autores de esa época. Y, como decía anteriormente, creo que el cambio fuerte en mi estilo fue con la realización de San Dionisio, patrón de Jerez de la Frontera, que preside la iglesia que lleva su nombre.

 

 

Precisamente, la imagen del Cristo del Soberano Poder de tu localidad natal está muy influenciada por las obras de Brú, del que nos acabas de comentar cómo intentaste beber de sus formas durante mucho tiempo.

Es verdad que la influencia de Brú me duró mucho tiempo, y es curioso que menciones esta obra para mi pueblo porque, precisamente, es una obra cuyo estilo fue impuesto, y a toro pasado, me arrepiento de haberme encasillado tanto en el estilo de Brú como me pidió su Asociación Parroquial. Pero, como ya digo, a toro pasado todo se ve de distinta forma. Estoy seguro que, si eso me ocurriera ahora, pondría en valor mi estilo y no caería en lo mismo. Hace unos tres años pedí llevarme al Cristo del Soberano Poder a mi taller para, sin retallar nada de lo que estaba hecho, poder policromarlo y realizarle unas manos nuevas, con la intención de intentar llevarlo un poco a mi estilo. El párroco y la Asociación Parroquial aceptaron mi petición, así que pude traérmelo y trabajar en él. Especificar que fue por iniciativa propia, después de verlo algunos años procesionar. Hablamos de las modificaciones que quería realizarle y, bueno, creo que quedó bien.

Aunque no has cultivado mucho las imágenes de la Virgen dolorosa, las que has realizado suelen mostrar a María en su madurez real. No sabemos si la que estás realizando para México seguirá las mismas formas.

Es verdad que, a excepción de la Virgen que realicé para Zafra, las demás que he realizado siempre han sido más maduras de lo que normalmente se representan. Pero ese es mi concepto de dolorosa, no concibo, o no me sale, realizar una Virgen que sea una niña, se sale un poco de mis esquemas. No digo que nunca haría una que represente tan poca edad pero, sí os digo, que no es lo que sale de mi cabeza cuando la modelo. La de México llevará el camino de la Virgen de las Tristezas, que no es muy niña, pero tampoco es una mujer mayor, está a medio camino. Yo no concibo a la virgen tan niña en los momentos pasionistas y, puede ser que por este motivo, no sea lo que más me encarguen, ya que la mayoría tiene un concepto totalmente distinto al mío.

Comentábamos antes la imagen de San Dionisio. Hay un antes y un después con esta imagen en tu obra, pero no sólo por el estilo sino también por la importancia del encargo ya que representa al patrón de Jerez. Una imagen que hiciste después de venir de Italia y con la que empiezas a cambiar de estilo. Pero a pesar de beber de Italia, creemos que tiene un condicionante, ya no sólo en el color de los ojos, azul profundo, que te fue impuesto por el párroco, sino el hecho de que fuera una imagen para vestir, que estamos seguro que después de regresar de Italia, te hubiera gustado mucho más poder hacerla de talla completa.

Exactamente. A mí particularmente me gustan más este tipo de imágenes en talla completa. Es verdad que cuando son de vestir y van en un paso procesional, tienen más dinamismo que una talla completa, pero, en el caso de San Dionisio, como era para un retablo, les propuse hacerlo en talla completa, sin embargo, desde el principio, quisieron que fuera de vestir a pesar de ir en un retablo. No sé si pudo influir algo el tema económico, o, al ser Jerez de la Frontera tan cofrade, quizás pensaran que no iba a gustar tanto que fuera de talla completa, por tanto creo que fue más por gusto que por economía, aunque, si os digo la verdad, nunca lo pregunté.

Retomando un poco el tema de los encargos, queremos hablar de uno que en su momento también fue muy importante: el misterio para la Hermandad de la Humildad y los Ángeles de San Juan de Aznalfarache, del que destacamos por su nivel las dos últimas que entregaste, un soldado romano y Judas Iscariote. Fueron tanto el culmen del misterio, como dos de las mejores muestras de tu crecimiento como escultor.

Gracias por la valoración. Quiero explicar la gran diferencia que hay entre Judas Iscariote y el romano. El primero es el realismo puro y duro, porque era el retrato de un conocido, y el soldado romano es claramente una idealización del David de Bernini. Otra de las fuentes de la que bebo, aparte de la escultura italiana, son los retratos. Por ejemplo, para el San Dionisio, aunque es una imagen idealizada, tomé también de modelo a mi padre, sobre todo para el giro del cuerpo, las proporciones, las manos... en definitiva, todo. Aunque en la cara no se parece en nada, es más, se da un aire al Poseidón de Bernini, eso sí, idealizándolo mucho. No se parece tanto como el soldado romano al David de Bernini.

Primero modelé a Judas Iscariote, que como ya dije es el retrato de un conocido. El romano iba a ser el retrato de su mejor amigo, pero por desgracia, cuando terminé con el Judas e iba a empezar a modelar el retrato del romano, este chico falleció, entonces se nos rompieron todos los esquemas. Pensando dónde coger una base, me acordé del David y bueno lo realicé a modo de homenaje a ese gran artista del barroco italiano. Y esta es básicamente la explicación de porqué hay dos estilos tan diferentes entre Judas y el romano.

Claro, porque en el romano vemos que retratas una obra de arte que muestra uno de los gestos más teatrales del barroco, pero el Judas se aleja totalmente de esa tensión barroca y lo muestras concentrado, hasta sereno pese al momento, señalando al Maestro y sin haber cobrado aún la bolsa de la traición, por así decirlo.

Yo cuando modelo, como por ejemplo con este amigo mío que sirvió para el Judas, le recomendé que leyera la Biblia, le doy el pasaje para que lo interprete y sepa captar el momento que se está representando. Y así fue. Y creo que él me ayudó un poco en eso, ya que supo captar lo que queríamos y supo poner esa expresión. Como bien has dicho, porque en un retrato no se debe idealizar nada, si no, no sería un retrato.

 

 
 
Firma del contrato con la Real Cofradía de Jesús en la Columna de Valencia

 

A partir de entonces vemos ya un estilo tuyo, si no consolidado al menos reconocible, y unas ideas más claras que también se reflejan en la figura de San Agustín para Ceuta. A pesar de tu admiración por Brú, Bernini y el barroco italiano, te alejas de todo ello y haces una imagen, según tus propias palabras, llena de serenidad.

Claro, cuando me dijeron que era para un colegio, concibo algo con menos movimiento que cuando es, por ejemplo, para un retablo. Pensé en hacer una imagen que invite al reposo, la tranquilidad y la reflexión, porque son los niños los que, durante el día o cuando pasen delante del santo, le rezan y contemplan.

El mismo año en que presentas este San Agustín nos llega otra obra tuya que nos recuerda el proyecto de Valencia. Nos referimos a la Virgen de La Palma para la parroquia de su mismo nombre en El Puerto de Santa María. Una imagen que se mueve entre lo clásico y sin embargo ofrece innovaciones, sobre todo en la policromía y en la forma de resolver el modelado, como el desgaste que le das al pelo, a la túnica, etcétera.

No sé si conoces la corriente cristiana del Camino Neocatecumenal. Yo pertenezco a ella en El Puerto y la parroquia a la que fue dicha imagen es una parroquia integrada por "kikos". Es una edificación rectilínea, muy blanca y con pinturas del artista Kiko Argüello, que son como un recuerdo bizantino pero actualizado. Entonces cuando me encargaron la imagen me pidieron que fuera una escultura en la que se pudiera ver reflejada la pintura de Argüello. Llevar una pintura de Argüello al bulto redondo es muy complicado, ya que sus pinturas carecen de volumen, son planas, por lo que les dije que podía mirar un poco a lo bizantino. Si te das cuenta, la Virgen de la Palma carece de grandes volúmenes: es más bien alta, los volúmenes no se expanden tanto como en una escultura barroca, los pliegues de las telas son rectilíneos, como pueden verse en las esculturas bizantinas, y los colores que usé para policromarla los elegí porque, en la parroquia, la imagen de María está ataviada con esos colores verde agua y burdeos, al igual que la ropa del Niño es blanca. Todo ello para que fuesen acordes con las pinturas de Kiko Argüello que hay en la parroquia. Sin embargo, en el estilo del rostro no me fijé en ninguna de sus pinturas, porque creo que tengo que mostrar el mío y no copiar a otros, como ya me había pasado anteriormente. Creo que es un estilo de Virgen que aquí en Cádiz no se ve, ya que suelen ser de vestir o de talla completa tradicional, con unos paños de volúmenes grandes y estofados. La verdad es que es raro ver este estilo aquí, por lo que a la gente, cuando la ve, o le encanta o no le gusta nada. Espero que poco a poco, con el tiempo, vaya cogiendo fuerza y devoción y podamos verla en procesión, ya que yo la pensé para eso, y así la gente pueda verla desde otra perspectiva y tenga otra visión de la imagen de la Virgen de La Palma.

Fue una obra que tuvo mucho respaldo del público en el Premio La Hornacina, al igual que el busto de San Agustín. Es lo que te podemos decir por nuestra parte, que al menos nuestros seguidores sí la aceptaron sobradamente. Cambiando de tema, una de las últimas obras que presentamos tuya fue un Nacimiento que, curiosamente, no se aleja mucho de la Virgen de la Palma que acabamos de comentar y en el que le das mucho protagonismo a la figura de San José.

Sí, así es. Mi vivencia en casa, con mi padre, es muy especial, y le tengo mucho apego, como he manifestado en varias ocasiones durante esta entrevista. Entiendo que San José, como padre terreno de Jesús, actuó como tal en infinidad de ocasiones y, aunque entiendo el papel especial de la Virgen y el Niño, ello no debe desmerecer al santo a la hora de representarlo en un Nacimiento. Tengo que decir que el Nacimiento era para mi padre, y por ese motivo, decidí realizarlo siendo San José el que llevara al Niño en brazos.

Dentro de todos los proyectos que tienes, o mejor dicho, aparte de los proyectos que tienes, ¿hay algo que tengas especial interés en realizar, ya sea obra sagrada, civil, etcétera?

Pues mira, sí. Como obra civil me gustaría mucho realizar una obra ecuestre, es muy compleja pero es un deseo que tengo. Y como imaginería me gustaría poder realizar o un Descendimiento o una Piedad, los dos en talla completa. Pero bueno, estos son deseos, ya veremos si algún día llega o no. Dios dirá.

Para terminar, deseándote antes mucha suerte en todos tus proyectos y animándote a continuar con esa evolución que vemos en tu trabajo, nos gustaría saber tu opinión, en general, del mundo del arte: cómo ves las tendencias actuales, si te gusta lo que estás viendo, si tienes esperanza en que todo vuelva a la normalidad después de las fases de confinamiento que hemos vivido, etcétera.

Muchas gracias a vosotros. En el arte en general, he de puntualizar que no comulgo con el arte contemporáneo ni con las corrientes que se están haciendo al respecto, porque aunque la idea del autor es muy buena, carecen de trabajo artístico. Y cuando el arte coge ese camino, creo que mal vamos, sobre todo porque creo que falta trabajo, como he dicho anteriormente. Me refiero al arte actual, que no se confunda con pintores que en su época se adelantaron a su tiempo como Picasso o Dalí, dos pintores 10 que sabían pintar y, por eso mismo, fueron luego capaces de llegar a donde llegaron en la pintura. Tampoco hablo del pintor que se sale de lo clásico pero sabe pintar. Me refiero a cosas que bajo mi punto de vista no tienen ningún trabajo artístico.

En el tema de la imaginería, ahora mismo no se puede negar que hay artistas muy buenos: Martín Nieto, Fernando Aguado, Juan Manuel Miñarro, Darío Fernández... hablando a nivel de Andalucía, claro. Pero también veo que hay muchos compañeros que caen en lo que yo caía antes, que es copiar modelos que ya existen, como la Macarena, el Gran Poder, etcétera, y al final entramos en unos "istmos" que lo que hacen es repetir cosas que ya están creadas. Por eso artistas como Aguado o Darío aportan tanto, porque creo que introducen detalles que no tienen nada que ver con el estilo de la imaginería clásica. También Martín Nieto, al que considero un innovador por volver a introducir el retrato fiel en sus obras. Y también Paco Romero Zafra, que marcó un estilo en sus imágenes del que tanta gente está bebiendo actualmente y consiguió lo más difícil, crear un estilo, y quien crea un estilo, es un maestro, ya que su imaginería es un modelo para todos los demás, y eso no lo consigue cualquiera. Hay que ser muy buen artista para conseguir todo eso, ojalá a mí me pasara: que la gente viera en mi trabajo un reflejo para su creatividad.

 

 

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