SANTIAGO DELGADO CARRERA RECIBE EL XVI PREMIO LA HORNACINA

Cuéntanos acerca de la recepción del premio a nivel general.

Para mí fue una sorpresa porque el año pasado hubo muchas obras muy buenas. Sé que en Almería hubo mucho movimiento en torno a las votaciones, pero eso no quiere decir que yo no recibiera el premio con sorpresa. Por supuesto, muy contento y muy agradecido.

¿Y cómo fueron las reacciones de las personas que, de un modo u otro, han estado vinculadas con la obra?

Desde allí lo vivieron con especial ilusión, tened en cuenta que la imagen nació con una idea de recogimiento y oración dentro de un barrio que es bastante humilde. El hecho de llevarse este premio nacional, con tanta repercusión, cayó muy bien. Ha hecho que el barrio esté más, si cabe, con la Virgen, con sus cultos, y con su proyecto de paso de cara a su salida procesional.

En un plano más artístico y profesional, también nos consta que has recibido muchas felicitaciones por parte de compañeros y estudiosos en la materia.

Sí, me felicitaron muchos compañeros. De hecho, los Hermanos Cava fueron prácticamente los primeros en ponerse en contacto conmigo. Ellos, que hicieron esa imagen de San José tan imponente, sin duda una de las grandes candidatas a llevarse el premio. Eso dice mucho de ellos como personas, aparte de los grandes artistas que son. No los conozco todavía personalmente pero tengo muy buena relación con ellos.

Hemos hablado mucho acerca de la obra premiada pero para quien no la haya conocido hasta ahora, cuéntanos un poco acerca de su iconografía, sus condicionantes, su historia material y sus influencias.

Condiciones no me pusieron muchas, ellos querían una imagen de talla completa y me hablaron de algunos modelos a seguir, que eran todos de Virgen con Niño sobre nubes con ángeles. La única condición en realidad fue el tamaño, ya que las dimensiones de su espacio, una sala contigua a la iglesia, no eran grandes, sobre todo la puerta de acceso que es bastante pequeñita. La influencia del maestro barroco Luis Salvador Carmona ya nace de mí, de mi admiración por el escultor. La verdad es que con la Virgen del Rosario he trabajado con bastante libertad creativa. Fue mi primera obra en muchas cosas: la primera en madera, la primera en estofado y dorado... por lo que pude probar y experimentar tanto a nivel de técnicas como de materiales. Por tanto, estoy muy contento también de la oportunidad que se me dio en ese sentido de libertad creativa.

Una obra además con la que contaste con un equipo de artistas que te apoyaron mucho de cara a su ejecución y que, en su momento, también fueron mencionados.

Totalmente. Yo creo que al final, cuando se hacen obras tan grandes y tan complejas, tienes que contar con un gran equipo ya que conllevan muchas tareas, independientemente de que uno tenga que estar pendiente de que todo siga un hilo, ya que la idea creativa debe primar sobre la ejecución. En mi caso tuve la suerte de contar, concretamente, con Fran Carrasco Murillo y Carlos Marqués Pámpano, que fueron mis manos y mis pies. Si no hubiera sido por ellos, yo creo que todavía seguiría con la obra, porque son labores a las que hay que dedicar mucho tiempo, y todo el que se les dedica es poco. Se lo agradezco mucho a los dos.

Tan joven y ya con discípulos. Precisamente de Carlos Marqués venimos publicando este año sus primeros trabajos. Unas obras que están contando con una aceptación muy buena y respecto a las cuales él mismo no duda en decir que tus consejos, ayuda y apoyos son decisivos a la hora de llevarlas a cabo.

Con Carlos tengo un sentimiento de padre a hijo en el sentido artístico. Es como si fuera un familiar directo. Carlos venía con unas características similares a las mías, en su caso de un pueblo de Badajoz en el que tampoco hay un sentimiento cofrade demasiado grande. Venía muy verde y con muchas ganas. Fue una persona que, desde un principio, me dio mucha confianza y seguridad a la hora de tenerlo a mi lado, porque tened en cuenta que el momento de trabajar en un taller, de la creación en concreto, es algo muy íntimo. Ambos estamos desde entonces muy cómodos y muy a gusto trabajando juntos. Con el tiempo de ejecución de la Virgen del Rosario, de hecho, yo creo que pasó más tiempo en mi taller que en su casa.

La colaboración con Fran Carrasco Murillo fue tanto en la idea como en el diseño de la obra.

Fran me ayudó mucho en el tema del diseño, en cómo abarcar algunos procesos desde su punto de vista como restaurador, para que usara buenos materiales y para que el procedimiento fuera lo más pulcro posible con el fin de que la obra perdurase lo máximo en el tiempo. Como me venía bien ganar todo el tiempo posible, y al encontrarme avanzando procesos de talla y de policromía, entre otros, Fran iba diseñando y me iba enseñando su trabajo para ponernos de acuerdo en el diseño definitivo.

La Virgen del Rosario fue también la última obra que realizaste en Sevilla. Tras ella, decides trasladar tu taller a tu localidad natal, Alosno (Huelva), donde sigues actualmente.

Sí, creo que hace ahora un año y medio, más o menos.

¿Y cómo va la experiencia de haber vuelto a tu pueblo para instalar tu estudio en el mismo?

Cuando uno se viene de la capital de Andalucía, que además es la gran capital del mundo cofrade, a un pueblo tan pequeño de la provincia de Huelva, siempre hay cierta incertidumbre porque no sabes si en realidad es una buena decisión. En mi caso fue algo que necesitaba mucho, porque en Sevilla me encontraba muy al límite para seguir avanzando, tanto en el desarrollo de mi trabajo como económicamente. Aparte, acabábamos de salir del Covid en ese tiempo, yo estaba en otra provincia lejos de mi familia, y en tiempos de mucho agobio con el trabajo se echa en falta tener el contacto familiar. Todo eso me hizo decidir venirme. También mi compañero Abraham Ceada se había ido a Huelva desde Sevilla, y le iba bien. Su situación me animó a dar el paso.

Al principio con la vuelta hubo una mezcla de satisfacción y agobio, sobre todo porque tuve que adaptar todo al nuevo estudio, pero ahora mismo estoy muy a gusto porque siento que lo llevo todo con más orden, el trabajo y la vida, y los clientes siguen viniendo, siguen contactando, lo que te produce mucha tranquilidad. Pero hasta que esto no sucedió, la verdad es que no sabía si me iba a seguir yendo bien con la vuelta a Alosno.

Suponemos que Alosno te habrá recibido con los brazos abiertos. Quizás dentro de poco hasta te hacen hijo adoptivo o rotulan una de sus calles con tu nombre.

Yo en Alosno estoy muy a gusto por muchas cosas. La primera es que yo aquí sigo siendo el vecino de siempre, aunque tenga cierto reconocimiento por mi trabajo el tratamiento es el de siempre, cosas que en los demás sitios por supuesto no me ocurre. Y también estoy muy contento por los proyectos tan interesantes que están saliendo por la zona, algunos a nivel municipal como un monumento a Pedro Carrasco, paisano nuestro que tiene aquí una avenida pero no un monumento como tal. El hecho de que yo lleve aquí poco más de un año y cuenten conmigo para proyectos municipales la verdad es que es una suerte.

¿Puedes adelantarnos más detalles de ese proyecto?

No hay nada a nivel de boceto por el momento. Ya está todo hablado, y sabemos que se va a llevar a cabo y dónde va a ir, que será en su propia avenida a la entrada del pueblo, pero todavía como idea no tengo ninguna maqueta. Todavía me queda mucho trabajo.

¿Y de otros proyectos de los que nos puedas hablar?

Sí, tengo una Santa Teresa para Ciudad de México, concretamente para la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen que allí conocen como La Sabatina. Ellos tienen una imagen de la Virgen del Carmen y quieren que la santa procesione delante de ella. También para la Hermandad de las Lágrimas de Guadix tenemos cerrado un proyecto para hacer arcángeles, cartelas y las imágenes de las capillas del nuevo trono del Soberano.

A raíz de una propuesta que hemos aceptado, el premio se ha entregado este año en la sala principal del Museo del Santo Ángel de Sevilla, a cuyo director, el historiador de arte Juan Dobado, y prior de la orden carmelita que lo regenta, agradecemos como siempre su afectuosa acogida.

Me parece un lujo totalmente inesperado. Estoy muy agradecido. Cuando el párroco don Antonio me contrató para la Virgen del Rosario de Almería, lo hizo recomendado por fray Juan Dobado. Ha sido para mí como una manera muy bonita de cerrar todo este capítulo que he vivido con la obra premiada.

Enhorabuena otra vez, Santiago, por la obra "Virgen del Rosario", y gracias por tu forma de ser porque, para nosotros, es una doble satisfacción entregar el premio a una gran persona.

Muchas gracias a vosotros porque, al fin y al cabo, sois los grandes responsables del premio y de un certamen que hace que seamos mucho más conocidos y nos da una gran difusión. Es algo que nos viene de perlas a todos los artistas y a mí personalmente me ha venido especialmente bien. Esta obra me ha cambiado la vida.