Jesús Abades y Sergio Cabaco (27/12/2018)
"La humildad puede hacer que las puertas se vayan abriendo poco a poco"
¿Siempre tuviste inclinación por la imaginería o era un mundo desconocido hasta que llegaste a España? Antes de llegar a España era un mundo desconocido para mí. Sinceramente, ni conocía la palabra imaginería ya que en mi país se conoce más como "escultura sacra", pero fue llegar aquí y conocer este precioso mundo. ¿Desde cuándo resides en España? Desde el año 2002, aproximadamente. El contacto con la imaginería fue a través de Antonio Bernal, que gracias a Dios me guió por ese caminito. A mí siempre me apasionó todo lo relacionado con el arte, sobre todo la pintura y la escultura. Siempre me he intentado arrimar a todo lo relacionado con este mundo. Suponemos que al escultor Antonio Bernal lo consideras tu maestro. Por supuesto. Lo considero, además, un padre artístico porque antes de conocerle no había hecho nada relacionado con el mundo de la imaginería. Fue conocer a Antonio Bernal y empezar a estar en contacto con este mundo y todo lo que conlleva: modelado, procesos, técnicas, talleres, etcétera. Como te he dicho antes, gracias a Antonio conozco este bello mundo. Además de la lógica influencia de tu maestro, ¿en qué te inspiras a la hora de realizar tus obras? Antes de conocer aquí la imaginería, ya en mi tierra natal estuve en la Escuela de Artes y siempre he estado asomado al mundo artístico. Intenté hacer la carrera allí, pero no pude y me vine a España. Mis referencias siempre han sido los principales: Miguel Ángel, Bernini, el mundo griego… son los que más me han influido. ¿Tus primeros encargos surgieron estando todavía en el taller de Bernal o una vez ya independizado? Fue casi a la par. Estando en el taller de Antonio me llegó el encargo del Cristo de la Luz, un crucificado a tamaño natural, a través de unos amigos. En este mundo también las amistades mueven mucho los encargos. En este caso los amigos eran los tallistas Ortiz y Jurado, con los que sigo trabajando hasta ahora. Ellos fueron los que me presentaron a la Hermandad de la Cena y, de ahí, surgió el Cristo de la Luz. Estaba aún en el taller de Antonio, como te he dicho anteriormente. ¿Cuándo entonces te independizas de tu maestro? En el año 2009 ó 2010, no recuerdo ahora bien la fecha. En ese momento, más o menos, es cuando me llega el encargo del grupo escultórico de la Divina Misericordia para Alcalá de Guadaíra. Fue un encargo muy especial, no me lo esperaba. En realidad, fue algo que iba surgiendo poco a poco. La gente fue conociéndome, fue conociendo mi trabajo y fue aceptándome en este mundo como elaborador de imaginería. Después de este encargo surge el encargo del grupo escultórico de San Juan Bosco para los Salesianos de Málaga, una de las obras más importantes que has hecho en tu vida profesional. Sí, este encargo me vino mediante un señor llamado Molina que se puso en contacto conmigo tras haber visto mi grupo para Alcalá de Guadaíra, además de otras obras mías. Al gustarle mi estilo en la escultura, empezamos el contacto. Al poco tiempo, creo que en menos de un año, se formalizó el contrato y presenté una maqueta con la que quedaron muy contentos. Fue un trabajo muy lindo porque se trataba de un grupo, no de una única pieza, en la que intervenían Santo Domingo Savio, el niño Miguel Magone y el propio San Juan Bosco. Dentro de la iglesia intervienen los tres juntos, pero fuera en la procesión, procesiona Santo Domingo Savio en un paso, y Don Bosco y el niño Magone juntos en otro paso distinto. |
El artista trabajando en su nuevo Crucificado |
Nunca te han faltado los encargos de envergadura, caso también del grupo escultórico de la Entrada en Jerusalén para Trigueros (Huelva), entregado recientemente. Pues sí, gracias a Dios ha sido una cadena de fluidez porque en muchas ocasiones, sin buscarlo o sin ponerme en contacto con las hermandades ofreciendo mi trabajo, siempre me han llegado buenos proyectos. Creo que las hermandades hacen un seguimiento por detrás de las trayectorias de los escultores, que es relativamente fácil teniendo vuestra página como cabecera, donde la gente que se mueve en el mundo sacro se informa, ve mi trabajo, y si está dentro de su criterio artístico pues contactan conmigo. Yo estoy muy agradecido al respecto. De todas formas, la envergadura no solo se mide por el tamaño de una obra. De hecho, el crucificado de pequeño formato que hiciste para Estados Unidos tiene también un trabajo considerable. Mucha gente incluso lo confundió con un Cristo a tamaño natural por el gran detallismo que tenía. Ese sentido me gusta dárselo a todos mis trabajos, incluidos los relieves y los trabajos pequeños como el Cristo que me nombras para Estados Unidos. Me gusta mucho pararme en los detalles, también en la policromía. Sabemos que hoy día todos tenemos móviles y cámaras de fotos, y haciendo zoom con esas cámaras se puede llegar a ver el trabajo minucioso del artista y el cariño y el tiempo que le ha dedicado a esa obra. Yo soy así, me gusta trabajar de esa manera aunque sean tallas de pequeño formato, no sólo porque lo puedan ver de una u otra forma, sino porque yo personalmente me quede contento con la obra. Has cultivado iconografías como las del Niño Nazareno en las que hay unos referentes muy clásicos. ¿Cómo afronta un escultor la tarea de llevar a su terreno a un cliente que llega a su estudio pidiendo una copia? Es difícil, porque muchas veces el cliente lo tiene muy claro cuando viene. Tiene un concepto de lo que encarga y no quiere que te salgas de ahí. Pero en muchas ocasiones, al modelar haces algo distinto que sale de ti y que, aunque tenga similitudes, conlleva un sello propio. En estos casos siempre intento no fijarme en nada para que no influya lo realizado por otro artista en mi trabajo. La última obra tuya que hemos presentado es un San Judas Tadeo, iconografía muy conocida y que suele tener mucha devoción. ¿Te dejan libertad en este caso para hacer lo que quieras o ha habido condicionantes? Con este San Judas Tadeo he tenido libertad para su realización. Se presentó un dibujo, muy terminado, aunque todos sabemos que la cosa suele cambiar del dibujo al palillo para modelar. Pero he tenido libertad aunque ha habido que jugar con el entorno, muy clásico, donde va situado, y a la hora de combinar los colores, ya que podían ser fuertes pero no chillones. La verdad es que quedé muy contento con el trabajo ya que pude cumplir las dos funciones: aportar algo de mi estilo y conjugar y enriquecer el ambiente donde está actualmente situado sin que entorpezca la visión del conjunto. ¿Desde que llegaste a España estás en Córdoba? Según tengo entendido, la ciudad te acogió muy bien. Sí, gracias a Dios llegué a Córdoba y aquí me he sentido muy valorado y muy querido. Si hubiera ido a otro sitio, no sé dónde hubiera terminado ni qué hubiera estado haciendo. Gracias a Dios me he ido encontrando con gente que me ha acogido muy bien. Yo tengo un carácter humilde e intento ser buena persona. Creo que esta forma de ser puede hacer que las puertas se te vayan abriendo poco a poco. Cada uno recoge lo que siembra. Por ejemplo, recordamos que Antonio Bernal nos dijo una vez que eras una de las personas más entregadas que ha estado en su taller, el que más voluntad y pasión le ponía a su trabajo, el más disciplinado y, curiosamente, el que más estilo propio tenía. Bueno, es la educación que me han dado mis padres: el amor al trabajo sea el que sea y desde el primer momento. Yo he trabajado en la construcción, en la hostelería, esmaltando joyas... en varios oficios, y creo que en cada uno de ellos he ido aprendiendo cosas. A mí me encantan los oficios que he desempeñado y siempre me he aplicado mucho en ellos. Con Antonio me pasó lo mismo y seguramente más, ya que me encanta trabajar en el mundo del arte. Se me pusieron los vellos de punta la primera vez que entré en su taller y vi ese gran estudio de cabezas que tiene allí. Es una imagen que se me quedó impregnada. Como ya te digo, es un mundo que me encanta, y quizás por eso le pongo mucho más empeño a mi trabajo, aparte de que yo vivo de esto. |
Relieve del Traslado al Sepulcro (detalle) |
Hablando de tus comienzos en el taller de Antonio, recordamos por esas fechas tu asistencia a la bienal de imaginería de Espartinas (Sevilla) del año 2006. Curiosamente, participaste con el nombre de Eduardo. Eso es una historia un poco curiosa, porque al no haber prácticamente extranjeros trabajando en este oficio, me aconsejaron que cambiara mi nombre por uno parecido, porque llamándome Edwin quizás iba a parecer que venía de no sé dónde y bueno... Eduardo era un nombre que podía asemejarse a Edwin y así lo hicimos. Después de esto, reflexionando sobre el tema, caí en la cuenta de que hice una tontería, y de que nunca he tenido problemas por eso. ¿Por qué cambiar mi nombre pudiendo ser yo mismo? No, nunca más. Al fin y al cabo, lo que habla no es tu fachada o tu nombre, es tu obra. ¿Ha cambiado mucho España desde que tú llegaste? He visto un cambio para bien en lo que respecta a mi persona, claro. Cuándo me han preguntado por la crisis, muchas veces me he tenido que reír porque yo siempre he estado en crisis. Desde hace tan solo unos años es cuando se va escuchando mi nombre y me van llamando de muchas partes. A veces, aún me cuesta asimilar que pueda estar trabajando y viviendo de este oficio. Con respecto al lado económico, la crisis en el país se notó en nuestro trabajo, evidentemente. De unos encargos de gran envergadura económica, pasamos a unos encargos medios. Nuevamente, poco a poco, estamos volviendo a unos encargos de mayor cuantía económica. ¿Sueles viajar a tu país de origen? ¿Cómo ves la situación en Bolivia? Normalmente vuelvo cada dos o tres años. Bolivia ha mejorado para la gente rica y empeorado para los pobres. Las desigualdades son muy grandes. Desde que vine a España, un refresco podía costarte diez céntimos, y ahora está a un euro. Aplica ese porcentaje a la comida y a todo en general con unos sueldos que siguen siendo los mismos que antes, por lo que es muy complicado poder vivir decentemente en Bolivia, sobre todo, como te he dicho antes, para las gentes más pobres. Volviendo a tu trabajo, queremos hablar de los proyectos que tienes, que son muchos e interesantes. Es el caso, por ejemplo, de un crucificado de tamaño natural que estás realizando a título personal y sobre el que parece que ya tienes varias propuestas de cara a un posible destino. Es un proyecto que empecé sin que nadie me lo encargara. Quería hacer algo con tranquilidad, sin fechas, que no fuera tampoco un conjunto escultórico. He querido rizar mucho el rizo, parándome bastante en las texturas, el calado del pelo, las profundidades para jugar con sombras y luces... y bueno, después de tres años que llevo con este proyecto, me gustaría acabarlo ya el 2019 que está por llegar. Es el segundo crucificado a tamaño natural que realizo, siendo el primero el mencionado Cristo de la Luz. ¿Y qué evolución ves de un crucificado al otro? La forma de trabajar es la misma, pero quizás en el rostro sea donde hayan más diferencias. Con el tiempo adquieres más personalidad y eso se nota sobre todo en el rostro, además de haber mucho más estudio en el pelo, el sudario y las texturas. Pero en la anatomía, como ves, son los dos parecidos. Otro trabajo reciente son los evangelistas para la hermandad cordobesa del Prendimiento, obras que tienen un excelente trabajo en el desarrollo de los animales que acompañan a cada uno de ellos, tarea nada sencilla. Antes me preguntaste sobre la libertad que suelen dar a la hora de ejecutar los trabajos. Pues este ha sido uno de los casos, además de un ejemplo de lo que muchas veces podemos llegar los imagineros si dan carta blanca a nuestra creatividad. No cabe duda que se trabaja mucho mejor. En este caso, los tallistas Ortiz y Jurado son los que me han dado vía libre a la hora de realizarlos. El concepto lo tenía, solo había que buscar el equilibrio para que el animal no se comiera al personaje o viceversa, además de que conjugara con el resto del paso. Vemos, además, una alegoría para Madrid. Tras el conjunto para Alcalá de Guadaíra vuelves a cultivar los temas alegóricos. Son los menos demandados en la actualidad y tú ya vas por el segundo. Se trata de un encargo para la Provincia Española de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Al igual que me pasó con el conjunto de Alcalá de Guadaíra, tienen una idea clara, lo único que yo hago es dar forma a esa ideas, aparte por supuesto de la composición. Se presentó un dibujo y se aceptó para llevarlo a cabo. |
Modelos en terracota patinada de los Evangelistas para Córdoba |
También tienes en el estudio una talla completa, abocetada, de la Virgen de la Soledad. Sí, es para la Hermandad del Santo Sepulcro de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) y si Dios quiere, estará acabada para procesionar el próximo 2019. Fue un encargo que también me vino a través de unos amigos. Y nuevamente tenemos que nombrar a la Hermandad de la Divina Misericordia del municipio sevillano de Alcalá de Guadaíra porque vuelves a trabajar para ellos. Pues sí, en este caso son cuatro parejas de ángeles, ocho en total, que irán sujetando unos faroles en las esquinas del paso del grupo que hice de la Divina Misericordia. En este caso, son también los tallistas los que me han dado libertad para su composición y realización. No dibujé un boceto, directamente los modelé en barro, ya que eso te da muchas sugerencias. Finalmente, he jugado con los gestos de cada uno de los ángeles, aparte del movimiento dentro de lo que cabe, ya que coarta un poco este aspecto el hecho de que vayan en un lugar determinado del paso. Está el angelito valiente, el enfadado, el alegre, el triste, el nostálgico... Me he inspirado mucho en la escultura clásica y también, obviamente, del natural. Mi propio niño de un añito y medio me ha servido de modelo. Por ejemplo, el angelito enfadado tiene la expresión y la forma de colocar las manos que tiene mi hijo cuando se enfada. La verdad que he usado mucho sus expresiones para modelar estos angelitos y por ahora estoy muy contento con el resultado. Entregaste hace poco un relieve del Traslado al Sepulcro de Cristo para Estados Unidos y ahora nuevamente trabajas allí con la realización de más relieves pero, en este caso, en un atractivo estilo Art Decó. Así es. Son cuatro evangelistas pero en versión Art Decó, un estilo que se ha dejado en desuso y que he tenido la oportunidad de desarrollar con este encargo. Confieso que no he trabajado nunca este estilo, pero sí es cierto que, debido a la influencia que ejerce Estados Unidos en Latinoamérica, no me es ajeno este tipo de arte, además de que, particularmente, es un estilo que me gusta mucho. ¿Qué obra te gustaría hacer ahora mismo? Un Atado a la Columna, aunque tampoco me gustaría adaptarme sólo a la parte cristífera. Las imágenes secundarias son un tipo de obras que me gustaría hacer ya que no he hecho ninguna y me gustaría investigar tomando de referente modelos del natural y los maestros clásicos, así como los movimientos, los gestos y las expresiones para crear una composición. Me apetece tocar esa parte de la imaginería. Gracias a Internet, tu trabajo llega inmediatamente a todo el mundo. ¿Notas desde su uso que todo lo que haces está expuesto y puede llegar a publicarse? Soy consciente de que estamos en un mundo globalizado que nos une gracias a Internet y las redes sociales. Nos han hecho más cercanos a los artistas y juegan un papel muy importante porque todos pueden acceder a nuestras obras y a cómo se trabajan. Creo que es muy bueno para nuestro reconocimiento laboral ya que la gente está más cerca de tu mundo y tú también estás más cerca de las personas que encargan estas obras. Y para terminar nuestra última entrevista del año, ¿qué deseas antes de que acabe 2018? Pues mira, este año que acaba ha sido un año precioso para mí. He conocido Roma y Florencia, trabajo no me falta, gracias a Dios, y aunque considero que estoy bien laboralmente, espero que ya que vivo de esto y mi vida está enfocada en este trabajo, espero que el próximo año 2019 sea, cuanto menos, como este que va a finalizar. Me conformo con que no me falte el trabajo para poder llevar a mi casa el pan de mis hijos, y espero y deseo para vosotros y para todos los internautas que tengáis un buen y feliz año nuevo. |
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