SALVADOR MADROÑAL

Jesús Abades


 

 

No es frecuente dedicar una calle a un artista vivo como ha hecho tu ciudad natal contigo.

La verdad es que sí, que somos contados los que tenemos este privilegio. Para mí ha sido una satisfacción enorme tener una calle en Dos Hermanas, la ciudad que me vio nacer. Me sorprendió bastante, además, porque sólo tengo 48 años, me queda si Dios quiere mucha trayectoria por delante, y no pertenezco a ningún partido político ni tengo contacto alguno con el consistorio, algo que tú sabes que a veces ayuda; es más, ni siquiera había tratado al alcalde hasta que me comunicaron la noticia. Me enorgullece especialmente porque hablamos de una localidad que es cabecera de partido dentro de la provincia de Sevilla, y con un número de habitantes mayor que otras capitales tan importantes como Toledo o Ávila, con todo el respeto del mundo para ellas.

Se puede decir, por tanto, eso tan manido, pero a veces tan certero, de que eres profeta en tu tierra.

Algo muy llamativo porque no es una tierra muy agradecida con los artistas. Lo que más me emocionó, junto con lo bonita que es la calle, llena de naranjos en el barrio de La Moneda, es que, como te digo, me han concedido este honor teniendo en cuenta solamente mi trayectoria artística.

Salvador, cuéntanos un poco sobre los inicios de esa trayectoria.

Desde que tengo uso de razón he querido ser artista. Mi única obsesión ha sido siempre modelar y llegar a ser un gran escultor e imaginero. Empecé a los 14 años y desde entonces, hasta ser un creador independiente, me formé en los mejores talleres de Sevilla capital. En mis comienzos, siendo un chiquillo, tuve la suerte de conocer a dos mitos del oficio como Francisco Buiza y Luis Ortega Bru, cuyo arte no deja de maravillarme.

¿Son entonces Buiza y Ortega Bru dos grandes influencias en tu estilo?

El historiador Pedro Ignacio Martínez Leal, autor como ya sabes de la monografía de Francisco Buiza, dice siempre que mis obras le recuerdan mucho a las del maestro. Sin embargo, yo la verdad es que nunca he querido dejarme influenciar por nadie y siempre he luchado por tener una personalidad propia. Una de mis obsesiones es precisamente no repetir el mismo modelo y hacer cada escultura única y diferente. También han comparado algunas de mis Dolorosas con las realizadas en el siglo XVIII y especialmente con las del maestro José Montes de Oca, pero eso se ha debido únicamente a condiciones pedidas por mis clientes.

¿Tienes o has tenido discípulos en tu taller?

Sí, el más conocido es quizás Jacob Quero Velasco, un joven artista de Palma del Río. Está labrándose, como sabéis, una gran carrera con obras como el misterio para la Hermandad de la Coronación de Almería, cuyos titulares, el Cristo y la Dolorosa, tallé yo hace ya algunos años.

 

 
     
     
Virgen de la Salud y del Perpetuo Socorro
 
San Juan Evangelista (Alcalá)

 

Además de para las provincias de Almería y Sevilla, has trabajado para Cádiz, Jaén, Santa Cruz de Tenerife, Madrid, Córdoba, Granada, Cuenca, Pontevedra y un largo etcétera, por no hablar de tus creaciones para el extranjero. ¿Qué obra ha dejado en ti un recuerdo especialmente destacado?

La que está por venir. A mí, además, me da bastante coraje que las más famosas sean siempre las mismas, que suelen ser las que están en las ciudades más importantes, cuando yo he hecho obras muy interesantes para localidades como Arjonilla o Vera que apenas son conocidas. Lo que ocurre también en estos casos, sobre todo si hablamos de imágenes marianas, es que no disponen de vestidores muy buenos ni de reportajes fotográficos en condiciones, algo que perjudica bastante la publicidad de una obra, sobre todo si no se conoce personalmente. Si te soy sincero, yo le tengo el mismo cariño y aprecio a todas mis creaciones, y no me importa el destino que tengan ya que siempre pongo el mismo empeño e ilusión. Soy además de los que estudian todo al detalle, no sólo la imagen sino también la hermandad que la recibe, porque, por ponerte un ejemplo, una Dolorosa al estilo de la Esperanza de Triana no puede formar parte de una Cofradía del Santo Entierro.

Has realizado numerosas copias de la Virgen de Valme, una imagen que goza de una devoción impresionante en Dos Hermanas. Muchos autores hablan de una mayor facilidad a la hora de reproducir, pero no creo que en este caso, al ser una pieza tan singular, se pueda decir lo mismo.

Bueno, lo primero decirte que yo soy "valmista" hasta la médula y me incluyo entre sus devotos, de hecho, por una promesa que le hice, todas mis vírgenes llevan en su espalda la leyenda "Valeme Señora". Por otro lado, creo que la Virgen de Valme es incopiable. Es una imagen en la que todo es tan sutil e insinuado que su aspecto cambia completamente solamente por el tipo de luz que reciba. Esos detalles de textura, así como aspectos como la inconfundible sonrisa, fueron únicos entre los artistas del gótico y el románico, y actualmente no son posibles de conseguir. Yo por lo menos, nunca estoy satisfecho totalmente de una copia, pero no sólo Valme, de la que he hecho muchísimas, sino también de otras obras. Siempre hay cosas que al final se te escapan.

Una de tus obras más famosas es la Virgen de la Salud y Esperanza, una Dolorosa que al final se quedó en Jerez de la Frontera pese a que su destino principal iba a ser la Semana Santa de Sevilla.

Sí, se hizo en un principio para la cofradía sevillana de las Siete Palabras. Yo fui el primer artista con el que contactó esa hermandad en los tiempos que pensaban sustituir su Dolorosa. Cuando terminé mi Virgen, Ángel Heredia, hermano mayor de la cofradía jerezana de la Clemencia, se mostró muy interesado en ella y me dijo que, si al final no se quedaba en Sevilla, ellos se la llevaban a Jerez. Como pasaron los meses que di de plazo a la Cofradía de las Siete Palabras sin que tuviera una respuesta firme, pues la controversia que existía ya sobre la sustitución de la Virgen de la Cabeza en su seno era muy grande, mi Dolorosa se trasladó a Jerez de la Frontera. Me gustó mucho que Heredia se la quedara para la Cofradía de la Clemencia, pues el trato que tuvo desde un principio hacia la imagen fue exquisito. Quedó cautivado con ella. La Virgen la hice al estilo del siglo XVIII. Su puesta en escena en el pasado Via Lucis Mariano de Jerez, al que asistí invitado en el cortejo, fue absolutamente espectacular. Se da la circunstancia que fui el único escultor vivo con una obra en esa procesión magna.

Realmente multitudinaria ha sido la acogida de tu última Dolorosa, una obra que ha pasado directamente a recibir culto en la Catedral de Alcalá de Henares.

La Virgen de la Salud y el Perpetuo Socorro es una imagen muy distinta a la anterior. Se trata de una obra que casa mucho más con los gustos actuales en imaginería. Esto te lo digo por lo que hablamos antes: yo quiero que cada una de mis obras sea distinta y no se parezca a ninguna otra que haya salido de mis manos. Eso creo que dice mucho de la honestidad de un autor. Volviendo a la Virgen para Alcalá de Henares, te puedo decir con toda la humildad del mundo que las visitas a la Catedral han aumentado desde que está allí, tanto por la gente de la ciudad como de los pueblos de alrededor que acuden a contemplar la "calidad y belleza de la imagen", como todo el público afirmó el día de su bendición. Ha tenido una salida extraordinaria el pasado 15 de junio, y el 20 de julio, día creo que se publicará esta entrevista, será la única Dolorosa que participará en el I Encuentro Nacional de Cofradías Marianas de España y Magna Procesión en San Lorenzo de El Escorial. En este caso también se da la circunstancia que soy el único artista vivo con una Dolorosa en esa procesión.

 

 
     
     
Virgen de la Salud y Esperanza
 
Cristo de la Humildad y Paciencia

 

Otra escultura reciente que también tuvo una excelente acogida fue el San Juan Evangelista para la Cofradía de la Amargura de Jerez de la Frontera.

En este caso tenía una responsabilidad enorme y dos opciones: hacer un santo del tipo montañesino, más imponente, o hacer otro al estilo italiano-napolitano, más íntimo y dulcificado, que actuara así mejor como complemento de la antigua Dolorosa, y al final opté por lo segundo aun sacrificando lo que realmente me hubiera gustado hacer. Creo que el resultado fue bastante satisfactorio y mi San Juan se vio desde un primer momento totalmente integrado con la Virgen, que es una auténtica maravilla y que en ningún caso podía haber estado acompañada de una obra, por así decirlo, "mastodóntica" que pretendiera eclipsarla, entre otras cosas porque esa obra hubiese sido un fracaso dada la tremenda fuerza y calidad que posee la Virgen.

¿Sigues dedicándote a la restauración?

Por supuesto, ahora mismo estoy restaurando la Virgen de la Soledad, una imagen con una gran devoción en la ciudad de León. Restaurar estas obras es muy complicado, pues siempre acabas encontrando más problemas de los que pensabas en un principio que tenían; en este caso, por ejemplo, el interior presentaba un ataque de carcoma realmente fuerte, por lo que ha habido que acoplarle un nuevo candelero respetando sus partes visibles, además de la presencia de puntillas, etcétera. Se hacen muchos crímenes a este tipo de figuras, y lo peor es que hoy día se siguen haciendo. No había más que ver los recientes repintes que tenía esta talla leonesa.

Según tengo entendido, no eres muy amante de las nuevas tecnologías.

No, porque entre otras cosas, sentarte delante de un ordenador, por ejemplo, te lleva horas y considero que eso es tiempo perdido para mi trabajo. Eso sí, reconozco que hoy en día todo se mueve a través de Internet. Yo solo presento mi trabajo en dos portales, uno de ellos el vuestro, y sabéis que casi siempre lo hago a través de terceras personas. Sois además la única página que visito frecuentemente porque os veo gente seria y profesional. En Internet se dicen muchas aberraciones, pero en este tema prefiero no entrar. Esa gente no me interesa.

¿Qué tiene el barrio sevillano de la Macarena para que muchos creadores andaluces especializados en arte sacro tengáis allí vuestros talleres?

Por encima de todo, solera. Es un barrio con siglos de historia situado en el casco antiguo de Sevilla, con todas esas vibraciones positivas que todo amante del arte sabe apreciar. Mi taller, en la calle Pedro Miguel, está en el epicentro del triángulo Macarena-Montesión-Amargura, con un ambiente impregnado de la mejor imaginería sevillana y eso se nota. En la ciudad entera, desde luego, pero especialmente aquí. Mi sueño era tener un taller de mi propiedad en este lugar y lo he conseguido. Ahora, además, acabo de hacer reformas y ha quedado muy bonito. Está en un lugar donde hueles a azahar nada más salir a la calle y eso no tiene precio.

Para terminar, Salvador, cómo se presenta el verano, ¿vas a descansar o seguirás trabajando?

Seguiré trabajando ya que, gracias a Dios, tengo contratadas muchas obras nuevas y de restauración. Entre las primeras está un misterio para Alcalá y una Dolorosa, y entre las segundas la restauración de un misterio para Andújar. Por ahora no puedo contar más porque ya sabes que muchas hermandades son muy recelosas a la hora de adelantar información sobre sus proyectos. Lo que sí te puedo decir es que el año lo voy a tener cargado de trabajo y eso hoy en día es toda una enhorabuena, aunque te quedes sin vacaciones.

 

 

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