JUAN MANUEL MIÑARRO LÓPEZ

Jesús Abades

¿Su trabajo como escultor le aporta una visión especial a la hora de valorar una obra de arte?

Pienso que sí. Mi trabajo hace que valore especialmente el aspecto material de una obra, al ser el resultado de un proceso técnico. Mis compañeros de Historia del Arte, donde yo doy clases, siempre me dicen lo mismo: en el momento que adquieres una formación académica sobre el tema, tu visión sobre una obra de arte cambia completamente.

¿El reto para un imaginero es saltar la barrera de los convencionalismos, de los que siempre se han hecho y puesto en una imagen?

Fundamentalmente. No se puede estar viviendo siempre de las rentas que nos han legado en este oficio. Y no es que las rentas sean malas, en absoluto, pero uno tiene que vivir su tiempo, siendo respetuoso con el pasado. El artista de hoy en día tiene que olvidarse de arquetipos y entregarse a la evolución de sus conocimientos artísticos.

¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el oficio?

En el año 1973 empiezo una formación seria. La carrera la terminé en el curso 1978-79. Una carrera que yo, en principio no tenía propósito de estudiar, pues mi formación ha sido siempre en la rama de las ciencias puras y mi idea era estudiar una carrera como Biología o Medicina. Sólo dos meses antes de comenzar el curso universitario, dije en mi casa que quería estudiar Bellas Artes. Desde chico he tenido una gran facilidad en el dibujo y el modelado, ya fuera en barro o en plastilina, pero, hasta ese momento, todo era para mi como un hobby. Mi maestro fue Francisco Buiza, con quien empecé dando todavía clases en la Universidad. La primera obra que realicé, la Dolorosa de la Caridad, no la llevé a cabo hasta el año 1984, ya que quería tener la preparación que yo consideraba adecuada para realizar el primero de mis trabajos.

A la hora de policromar una obra, ¿qué es lo que le interesa resaltar?

Que la policromía no sea una capa monótona de tonos. Que la policromía de una talla se trate como una pintura y adquiera el debido protagonismo. Una pátina, una veladura no puede tener tanto protagonismo y llevar el peso pictórico de la talla. Más que la capa o las capas de pátinas, tiene que resaltarse la capa de color.

¿De qué proyecto se siente más satisfecho?

Guardo un especial recuerdo del Cristo de la Redención, mi primer Crucificado. Tras cuatro años preparando una tesis sobre la anatomía de los Crucificados, me llega el encargo de uno de ellos y, nada más y nada menos, que para una Semana Santa como la de Málaga. Se puede decir que vino del cielo y, más que Redención, por mí se hubiera llamado Providencia. Llegó en un momento muy inspirado por el entusiasmo que me produjo el encargo. Además, tengo el orgullo de ver que, con el paso de los años, no ha quedado nada desfasado. Algo similar ha ocurrido después con el Nazareno del Cerro.

En todas sus obras, el concienzudo estudio anatómico juega un papel muy destacado.

Siempre. Haciendo el dibujo de ingreso para Bellas Artes, pasaba todos los días por el Foro de Anatomía, donde había un esqueleto y las mesas estaban dispuestas de un modo similar al cuadro La Lección de Anatomía, de Rembrandt. De un momento a otro, parecía que iban a hacer una disección anatómica y yo siempre decía: "yo quiero estar ahí". Si pudiera, modelaría estudios anatómicos y desnudos tomados del natural, no necesariamente dentro del ámbito de la escultura religiosa, lo que ocurre es que no tengo tiempo. Es algo que siempre me ha entusiasmado.

¿Qué opina del uso de materiales como la resina sintética a la hora de labrar una imagen?

No me interesan, salvo en los procesos intermedios de ejecución de una talla. Además, en escultura son materiales que nunca se han elaborado ni manejado bien, salvo en el tema de las restauraciones. Nunca podrán sustituir a materiales nobles como la madera.

Es muy propenso a realizar imágenes cristíferas bastante cruentas, con profusión de llagas y heridas. ¿A qué se debe esa preferencia?

En parte a mi historia personal con la Sábana Santa, un tema al que también me he acercado en calidad de científico. Es un auténtico documento histórico de la Pasión de Cristo y las representaciones dulcificadas del tema, aún siendo muy buenas en caso como el Cristo de Velázquez o el de los Cálices, de Montañés, no son compatibles con la realidad. La película La Pasión, de Mel Gibson, permite también un especial conocimiento de cómo ocurrió realmente la Pasión de Jesús, algo muy alejado de la estampita que muchas veces nos han vendido.

¿En qué se fija cuándo ve una imagen ajena por primera vez?

Por deformación profesional, lo primero que compruebo es que funcione en medidas, armonía y composición. Luego, me fijo en la policromía y los detalles de gubia y anatomía. Después, lo que me transmite, si veo hálito. Lo que decía Rodin: que la escultura tenga una fuerza interior que esté luchando por salir.

En muchos de sus proyectos está presente la huella de la Síndone. Deme alguna pista que me convenza de la veracidad de este lienzo.

Simplemente verla. Yo tuve una réplica en tela de la misma. Te recomiendo que la veas y reflexiones sobre ella. Hay que mirarla a una distancia de tres metros, con una luz tenue, como si miraras un cuadro deVelázquez. Verás como, pasados unos diez o quince minutos, sientes la necesidad de acercarte a ella para ver la dimensión de los detalles. Es en ese momento cuando te llevas un desengaño, pues te das cuenta que, mirando de cerca, no se observa nada. Eso no lo ha podido hacer nadie.

¿Qué hay en la Virgen de los Dolores del Cerro que la hace tan especial?

El referente. El modelo del natural. Esa imagen es consecuencia de la propia esencia de Sebastián Santos, por eso no es perfecta, porque parte de un retrato, y por eso es, a su vez, tan especial. Esta imagen no viene de la copia de estampitas de Vírgenes sevillanas, aunque Santos también hubiera hecho eso muy bien.

Desde su perspectiva de restaurador, ¿cómo ve el nivel de las intervenciones de hoy en día?

No lo veo bueno. Menor que el de la imaginería por las tristes consecuencias que lleva una mala restauración en el patrimonio.

¿Son muchas las restauraciones ante las que se ha llevado las manos a la cabeza?

Muchísimas. Más que ante imágenes.

A la vista de su trabajo, sabe crear obras de expresión hierática y distante pero que, al mismo tiempo, llegan a conmover al espectador. ¿Cómo lo consigue?

Porque me conmueven a mí y sé que, por ello, pueden llegar a conmover a los demás. Yo hago mis obras para mí y a mi gusto. Ya sé que no todos estarán de acuerdo conmigo, pero sé también que muchos compartirán lo mismo que yo.

¿Se considera con un don especial para captar los deseos de la clientela?

Sí, suelo conectar bien. Nunca me ha costado trabajo encontrar lo que quieren, aunque reconozco que, de un tiempo a esta parte, es algo que me suele preocupar bastante. Ahora voy a realizar una Virgen de la Soledad para Lepe y estoy pensando todo el tiempo cómo lo hago y me preocupo por ofrecerles un trabajo que les guste.

¿Hay algún sitio para el que no haya trabajado y le gustaría especialmente hacerlo?

Granada, por ejemplo. Es una ciudad que me gusta mucho, tiene algo especial.

A su taller han llegado obras carbonizadas que muchos otros no se hubieran atrevido ni a tocar. ¿Cómo lo hace para recuperarlas y qué técnicas utiliza?

La cuestión es que lo que llega no es restaurable, sólo porcentajes mínimos. Con un incendio se desnaturaliza el soporte y, a veces, sólo llega a salvarse el 3% o el 4% de una escultura. Con los recursos que tenemos hoy en día, yo siempre he visto la posibilidad de evitar meter la escultura quemada en un relicario destinado a recoger cenizas. Evidentemente, se trata de una reconstrucción sobre el propio original, respetando escrupulosamente lo conservado. Con el uso de las resinas que existen actualmente para los trabajos de reconstrucción, se hace un trabajo riguroso y científico, perfectamente comprobado y basado en técnicas de escultura, sin falsificación alguna, y siempre de la forma más objetiva que se puede hacer ante una pérdida tan tremenda, aunque hay que decir que, en los casos en que la obra no está durante mucho tiempo sometida a la acción destructora del fuego, sólo se carbonizan la policromía y milímetros de la superficie del material, ya que internamente la madera está intacta. Y todo ello estamos obligados a hacerlo por el carácter devocional de la imagen religiosa. No es justo que sus devotos reciban una copia, pues ellos quieren la materialidad del santo ante el que rezan.

Además de una Virgen de la Soledad para Lepe (Huelva), ¿qué proyectos tiene a la vista?

Terminar los misterios de Jesús ante Caifás, para Alcalá de Guadaira; el Traslado al Sepulcro, para Almería; la Entrada en Jerusalén, para Aracena, y el misterio de Jesús ante Pilatos, para Los Palacios y Villafranca (Sevilla). También me han encargado un San Blas, con destino a Aracena, y existe un proyecto, aun forjándose, de realizar un Cristo de la Humildad y Paciencia, para Vigo.

El historiador Sánchez López comentó en una ocasión que su Cristo de la Redención es la imagen más destacada de la provincia malagueña. ¿Qué se siente ante reconocimientos como éste?

Imagínate. El halago es todavía más importante si viene de uno de los mejores profesionales de la Historia del Arte que existen en Andalucía. De todas formas, mi Cristo se defiende solo. Siempre que voy a Málaga me acerco a verlo y para mi es como un hijo que se ha independizado.

¿El Cristo del Calvario es una evolución del anterior o ambos caminan por senderos diferentes?

Van por sitios distintos. El Cristo del Calvario está más cerca de mi experiencia actual y de lo que actualmente soy. Hoy en día no se juega con fantasías a la hora de labrar un Crucificado, sino con documentos verídicos de la Pasión de Cristo que son muy interesantes y hay que llevarlos a tu trabajo. Con ello también se adquieren nuevos conocimientos. Como me dijo en una ocasión Don José Hernández Díaz, a medida que vas sabiendo cosas en tu profesión, te das cuenta que más tienes que aprender, cuando no sea así serás un muerto en pie.

Fotografías de Juan Manuel Miñarro y Sergio Cabaco

Álbum Relacionado en este

Volver          Principal

www.lahornacina.com