Se trata de una imagen inspirada en el Milagroso Niño Jesús venerado en la ciudad europea de Praga, que ha sido realizada por el escultor e imaginero sevillano Fernando Aguado para la Orden de los Carmelitas Descalzos establecida en la Iglesia Conventual del Santo Ángel de Sevilla.

La obra se halla labrada en madera de cedro policromada al óleo, mide 85 cm de altura y se posa sobre cojín estofado en oro sobre el color del hábito carmelita, el cual lleva el escudo de la Orden, el símbolo de Cristo, el símbolo de la Virgen y una representación de la estrella del Nacimiento del Señor.

Está coronado como Rey del Universo y porta en su mano izquierda el orbe, y en la mano derecha, en actitud de bendecir, el anillo que une los dedos índice y corazón, signo característico del Niño de Praga. Tales atributos han sido cincelados en plata sobredorada por el orfebre sevillano Manuel Jiménez Almagro.

Con esta representación Fernando Aguado rompe el hieratismo propio de esta iconografía, otorgándole un estilo más propio de la escuela del Barroco sevillano. El Niño Jesús se comunica con el devoto mirando triunfante desde su altura, dedicándole un rostro muy dulce y sonriente.

Pulsando en la imagen, accederán a una completa galería fotográfica de la pieza. A partir del próximo 28 de enero, tendrá lugar su primera procesión de manos de la Hermandad del Carmen del Santo Ángel, y lo hará sobre el paso de la titular mariana, desvinculándose así de la procesión de julio en la que antes participaba la imagen anterior, obra seriada que se trasladará a Écija (Sevilla). De esta manera, se convierte en la primera procesión de gloria de Sevilla en el año, y con un carácter especial al estar organizada para los niños.