Para completar su misterio del Sagrado Descendimiento de Cristo, de Hellín (Albacete), del que les hemos venido informando en La Hornacina desde el 12 de septiembre del año 2008 con motivo de la presentación del boceto en barro del conjunto escultórico, el escultor e imaginero hispalense Fernando Aguado Hernández ha finalizado la imagen de la Virgen María con la advocación del Desconsuelo.

Se trata de una visión de María Santísima rota por el dolor, esperando recibir en sus brazos el cuerpo inerte de su Hijo. Por ello mira desconsolada cómo es descendido de la Cruz por los Santos Varones en compañía de San Juan Evangelista y de Santa María Magdalena.

Arrodillada al pie del madero, la Virgen extiende su brazo derecho intentando alcanzar la mano desenclavada de Cristo. La expresión de la cara de María refleja el dolor del trágico momento sin buscar la belleza idealizada, sino mostrando el instante desgarrador para una madre.

Al igual que el resto de figuras del grupo, se halla realizada en talla completa, en madera de cedro policromada al óleo. Los colores utilizados aluden a su condición de Inmaculada Concepción, caso del jacinto y el azul. Hay un estudio detallado del movimiento y los paños, tomados del natural para conseguir ese efecto de peso en las telas sobre el cuerpo y el movimiento de la anatomía bajo ellas, a fin de lograr el naturalismo en la efigie.