Esta hechura cristífera de tamaño natural (183 cm de altura), que lleva por título Nuestro Señor Jesucristo de la Paz en su Resurrección, ha sido tallada por el escultor e imaginero cordobés para Carmona, siendo un proyecto común de todas las parroquias de dicha ciudad con el propósito de celebrar la Pascua de la Resurrección. El autor ha empleado madera de cedro real de Brasil, policromía al óleo y acabados con cera pulida.

La idea de este proyecto escultórico fue definida en el acto de presentación del boceto en Carmona, que tuvo lugar en abril del pasado año 2017: Cristo, el verbo encarnado, se muestra incorporándose del sepulcro en actitud de caminar ("Yo soy el camino, la verdad y la vida" del evangelio de San Juan), dejando caer de su mano izquierda el santo sudario que cubrió su cuerpo mortal, símbolo de lo corruptible, lo material y lo temporal de este mundo. En su mano derecha alza un lábaro, proclamando su condición de Rey del Universo ("Ya viene el Señor del Universo, en sus manos está la realeza, el poder y el imperio"). En dicho lábaro, cincelado por el orfebre Jesús Amaro, se inscriben las siguientes palabras: "Yo soy la resurrección y la vida, el que crea en mí, aunque este muerto, vivirá", también del evangelio de San Juan.

Con esta imagen, asentada sobre una peana jaspeada en tonos verdes a juego con el mármol del templo carmonense de San Fernando y San Antón, Luis Agudo ha querido destacar la mirada de Jesús, como los ojos de un padre que calman y fortalecen al hijo, dándole la paz que Dios regaló a la humanidad a través de Cristo Resucitado. La talla se completa con un cordobán realizado por la artista Inmaculada Valenzuela.