RESTAURACIÓN DE JULIO ALCARAZ PARA SEVILLA

18/11/2020


 

Se trataba de una obra enigmática por su rareza. Llamaba la atención su espalda abierta por los latigazos. Estaba necesitada de una restauración, que de manera extraordinaria ha sido llevada a cabo por Julio Alcaraz, y que ha dado como resultado la aparición de una obra realizada en pasta de maíz, con ejemplos en Quito y Guatemala de similares características. Forma parte de las colecciones del Museo del Santo Ángel de Sevilla y a partir de ahora adquiere un valor especial fruto del intenso comercio con América, del que se conservan notables muestras en el museo carmelitano.

Juan Dobado

 

 
 
 
 
 
 
Comparativa. Estado inicial y final

 

El objeto del presente artículo sobre la intervención llevada a cabo sobre un Cristo crucificado (situ en el museo del Convento del Santo Ángel de Sevilla) es el de exponer los criterios y tratamientos de conservación y restauración a los que ha sido sometido por el conservador y restaurador Julio Alcaraz.

Dicha obra escultórica del siglo XVIII, de autor anónimo y estilo colonial (posiblemente de Quito o Guatemala), es de pequeñas dimensiones, siendo de la tipología de bulto redondo, realizada en pasta de maíz, resina ámbar, madera y estuco tradicional y policromada al óleo. Presenta otros materiales, como ojos de cristal pintados.

La obra representa, como se ha dicho anteriormente, a Cristo expirado en la cruz. Se presenta de tonalidades anacaradas, siendo en los pies y manos donde cambia a tonalidades moradas, verdosas y malvas, símbolo de muerte. Presenta poca sangre, aunque las llagas sean muy pronunciadas y exageradas, llegando a su culmen en las dos grandes llagas de la espalda, donde se aprecian las costillas. El rosto es sereno y dulce, mostrando los dientes en su boca entreabierta. Los ojos de cristal pintado se encuentran entreabiertos.

Por otro lado, el estado de conservación de la obra era muy preocupante. El soporte se encontraba en muy mal estado de conservación. Los principales problemas de soporte eran las roturas y pérdidas volumétricas, así como la gran cantidad de adhesivos y masillas varias de origen desconocido utilizadas en intervenciones pasadas y cuyos componentes abrasivos estaban descomponiendo el material original.

 

 
     
     
Proceso de intervención
     
     
 
     
     
Estación final. Detalles

 

Los pies se encontraban completamente fracturados en pequeños fragmentos, mientras que el brazo izquierdo se presentaba completamente fracturado por el hombro, la mano izquierda había perdido todos sus dedos y la derecha había desaparecido por completo. El rostro presentaba dos pérdidas importantes, el párpado superior izquierdo y el párpado inferior derecho.

Los estratos de policromía se encontraban completamente levantados, en pequeñas cazoletas, crestas y grandes lagunas ocasionadas por el desprendimiento de los mismos. En las zonas salientes, donde es más fácil el contacto físico de los fieles, el desgaste de la policromía y la acumulación de suciedad y grasa eran muy pronunciados, caso del torso de la imagen. La gran acumulación de suciedad adherida en el resto de la imagen desvirtuaba por completo las tonalidades originales de la obra.

La intervención sobre la pieza escultórica se ha basado en la conservación/restauración científica, teniendo muy en cuenta su funcionalidad, la cual es de culto y expositiva, por lo que debía de transmitir unos ideales y unas sensaciones que en el estado en el que se encontraba no llegaba a ser del todo posible.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Proceso de intervención

 

El restaurador, Julio Alcaraz, ha escogido para ello los tratamientos menos dañinos para la integridad de la obra, utilizando los materiales de mayor calidad en el mercado, con las características de reversibilidad, inocuidad y estabilidad con los materiales originales de la obra.

La intervención de conservación y restauración ha ido documentándose fotográficamente antes, durante y tras la intervención realizada, para dejar constancia de su estado anterior, del proceso de intervención y de su estado final tras la misma, evitando en todo momento que se pueda incurrir en una falsificación.

Tras la documentación fotográfica, comenzaron los procesos de conservación y restauración. Se eliminó de forma mecánica la gran acumulación de suciedad y cera, adhesivos, masillas de material corrosivo de intervenciones pasadas y espigas metálicas que presentaba la obra. Una vez realizada la limpieza superficial se procedió a la fijación, de la capa polícroma al soporte, mediante colas proteicas. Posteriormente se realizó la consolidación del soporte mediante inyección, realización y colocación de espigas lígneas.

Una vez se llevaron a cabo los tratamientos curativos, se procedió a los de restauración, más estéticos y visuales. Para ello se comenzó reintegrando volumétricamente aquellas faltas significativas, como manos, párpados o fragmentos de los pies. Tras esto, se procedió a la realización de test de solubilidad para la limpieza química que consistió en la eliminación de una gran acumulación de barnices, material graso y suciedad. Posteriormente se procedió a la realización de estucado de lagunas, reintegración cromática mediante la técnica discernible del rigatino y protección final de la capa polícroma con un brillo matizado según el estilo de la obra escultórica.

 

 
 
 
 
Proceso de intervención

 

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