Entre los meses de octubre y noviembre de 2014 ha tenido lugar la intervención sobre esta obra, a cargo del restaurador Antonio Díaz Arnido, por encargo de la Comunidad de Carmelitas Descalzos del Santo Ángel de la Guarda, propietarios de la misma, ya que recibe culto en la capilla privada de este convento sevillano.

Se trata de una interesante pieza barroca de 74 x 33 x 33 cm (incluyendo la peana) que representa a Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Esta efigie de pequeño formato, realizada en madera de pino de Flandes tallada y policromada, presentaba un aspecto bastante distorsionado del original, a causa de un repinte generalizado que se extendía por toda la superficie. Díaz Arnido la cataloga como una obra anónima del siglo XVII de posible procedencia granadina

Una vez restaurada, la santa figuró en el frontal de las andas procesionales donde fue trasladada la portentosa Inmaculada de Duque Cornejo del templo carmelita de la calle Rioja hasta la Catedral de Sevilla, para presidir la Vigilia de la Inmaculada Concepción de la Archidiócesis de Sevilla en 2014, Año Jubilar Teresiano.

La obra presentaba un estado de conservación muy malo. Las patologías que se observaban en las mismas eran las siguientes: suciedad superficial, levantamientos y pérdidas de estratos pictóricos, y presencia de un repinte generalizado de naturaleza oleosa, que se extendía por el 100% de la superficie de la obra.

En vista de los problemas que presentaba la obra, se elaboró una Propuesta de Intervención que tenía en cuenta los criterios generales de Intervención para Restauración-Conservación de Obras de Arte (máximo respeto al original, compatibilidad de materiales, mínima intervención y reversibilidad), así como los específicos. Con el criterio claro se optó por la metodología adecuada a dicho criterio.

El proceso de intervención constó de las siguientes fases y trabajos: en primer lugar, se llevó a cabo la fijación preventiva -mediante el empleo de cola animal y celulosa, por impregnación, y resina acrílica, por inyección; en ambos casos, aplicando calor controlado (espátula térmica); eliminación de la suciedad superficial, usando para ello brochas planas de cerdas suaves; limpieza química y mecánica para eliminar el repinte; estucado de las lagunas de color, y reintegración cromática mediante empleo de técnica acuosa, estable y reversible.

La protección final se realizó aplicando resina de etilmetacrilato disuelta a baja proporción en disolvente orgánico (en la peana) y barniz de retoque de elaboración propia, ajustando los brillos (en las carnaciones). Respecto a la reintegración cromática, se hizo en zonas puntuales de la encarnadura mediante el empleo de pigmentos al barniz, seleccionando un criterio mimético.

Se optó por conservar, levemente restaurada, la figura de la paloma (alegoría del Espíritu Santo), realizada en su día por el fallecido Fray Humberto Valencia, de un modelado verdaderamente ingenioso y correcto, que otorga al conjunto de la obra un carácter popular y sirve de pequeño homenaje a este fraile carmelita.

Por último, se colocó un nuevo sistema de cogida a la peana y al paso -mediante la instalación de un cilindro con rosca interior de acero inoxidable en el interior de la base de la zona inferior de la imagen, complementado con sendas varillas roscadas desmontables, también de acero inoxidable-, así como los nuevos atributos: aureola y pluma en plata de ley, realizadas ex profeso por el orfebre sevillano Joaquín Ossorio Martínez.

Se optó por conservar, levemente restaurada, la figura de la paloma (alegoría del Espíritu Santo), realizada en su día por el fallecido Fray Humberto Valencia, de un modelado verdaderamente ingenioso y correcto, que otorga al conjunto de la obra un carácter popular y sirve de pequeño homenaje a este fraile carmelita.

Por último, se colocó un nuevo sistema de cogida a la peana y al paso -mediante la instalación de un cilindro con rosca interior de acero inoxidable en el interior de la base de la zona inferior de la imagen, complementado con sendas varillas roscadas desmontables, también de acero inoxidable-, así como los nuevos atributos: aureola y pluma en plata de ley, realizadas ex profeso por el orfebre sevillano Joaquín Ossorio Martínez.