Retablo-relicario diseñado para cubrir uno de los lados de la sacristía del Santuario Nacional y Basílica Menor de la Gran Promesa, antiguo templo del colegio vallisoletano de San Ambrosio, levantado por la orden de los jesuitas en torno al año 1610. El retablo ha sido creado por Arte Martínez para albergar una serie de relicarios e imágenes, todas ellas del siglo XVII y pertenecientes al patrimonio del santuario.

Estos retablos, concebidos para acoger una colección de relicarios de orfebrería o figurativos (torsos, cabezas, imágenes de pequeño formato), normalmente alusivos al santo cuyas reliquias albergan en su interior, fueron muy frecuentes en la España del seiscientos. Es muy característica su forma de disponer cada relicario en un pequeño nicho, de forma que puedan ser fácilmente visibles e identificables, al modo en el que se veneraban las reliquias de los mártires cristianos en las catacumbas paleocristianas.

En la ciudad de Valladolid existen bastantes ejemplares de retablo-relicario. Son especialmente importantes los conservados en la antigua Casa Profesa de los Jesuitas, actualmente iglesia de San Miguel, y en el Museo Nacional de Escultura, procedente del convento vallisoletano de San Diego de Alcalá, cuyas pinturas fueron realizadas por los hermanos pintores Vicente y Bartolomé Carducho.

Este retablo-relicario de Arte Martínez consta de un banco y cinco calles. La calle central, más ancha que el resto, alberga la imagen de un Cristo crucificado. Las calles lindantes con la central presentan cinco nichos cada una, mientras que las de los extremos tienen tres. Remata el conjunto un frontón partido con una cartela central que muestra el anagrama IHS (Iesus Hominum Salvator).

Para Arte Martínez, aunque no se trate de una obra de gran envergadura, ha sido un encargo muy especial, ya que es el primer retablo-relicario que han realizado en los 77 años de historia del taller. Su acabado combina pan de oro en molduras y cornisas con marmoleado de diferentes tonos en las superficies planas. Más que por su complejidad artística, este tipo de trabajos, casi insólitos hoy en día, suponen un interesante testimonio del afán que había en tiempos pasados por reunir reliquias a las que se adjudicaban poderes sobrenaturales.