Niño Jesús de la Pasión (Escuela de Salzillo) (I)

A pesar de ciertos defectos formales, unas manos y pies un tanto desproporcionados, este Niño Jesús de la Pasión es una obra realmente preciosa. Una pequeña talla (sus medidas máximas, incluida la cruz, son de 52 x 34 x 24,50 cm) de escuela salzillesca (siglo XVIII), con estofados y dorados en plata corlada.

El estado inicial de esta bella escultura sacra era llamativo por el gran oscurecimiento que presentaban sus policromías, producto de la aplicación de una gruesa capa de grasas y barnices, los cuales se habían mezclado con depósitos de polvo y distorsionaban notablemente la imagen.

Niño Jesús de la Pasión (Escuela de Salzillo) (II)

Aunque la limpieza sea la parte más impactante de estos trabajos, lo más complicado en este caso, teniendo en cuenta las mínimas dimensiones de la pieza, ha sido la reposición de los tres dedos que le faltaban y la colocación de una espina en el enorme boquete que se había abierto en la palma de la mano derecha.

También se ha repuesto una lágrima de vidrio desaparecida, cuya huella quedaba sobre el lado derecho del rostro. Colocadas ya la lagrimita y la espina, el gesto de dolor del Niño cobró sentido. El resanado completo de la plata, irrecuperable por su fuerte oxidación, aporta luminosidad a una obra sumamente oscura.

Crucificado (I)

Aparentemente de aspecto tosco y poco atractivo al entrar al taller, ya a simple vista se comprobó que este Crucificado se encontraba completamente repintado. Al iniciar los trabajos de restauración se descubre que las formas iniciales ocultan su aspecto real; una pieza que, sin grandes calidades, forma parte de un remoto momento de la historia, aunque no podamos reconstruir la suya.

Crucificado (II)

El estilo y las características de este pequeño Cristo muerto en la cruz dejan pocas dudas: se trata de una pieza de carácter tardogótico, muy probablemente de principios del siglo XVI. Quizás se trate de una de las muchas piezas de origen flamenco que se estuvieron importando a tierras españolas durante más de dos siglos.

Maternidad

Magnífica acuarela del pintor Manuel Wssel de Guimbarda (La Habana, 1833 - Cartagena, 1907) que ha sido recientemente adquirida por un coleccionista murciano. Muestra la firma del autor en el ángulo inferior izquierdo y es quizás la versión preparatoria y en gran formato (47 x 70 cm) del pequeño óleo homónimo (19 x 27 cm) propiedad del Ayuntamiento de Cartagena, fechado en el año 1895.

Para nada desmerece la técnica sobre papel empleada por el artista con una plasticidad rayana al óleo; es más, con estas dimensiones la pieza adquiere un sentido de obra mayor y su visualización gana en matices de gran belleza. Llegó al taller con algunos desperfectos, producto de un ataque del mayor destructor del papel: los pececillos de plata (Lepisma Saccharina), que ha sido posible subsanar con una mínima intervención.

En la fotografía que ilustra el aspecto inicial de Maternidad se pueden apreciar las zonas que han sido afectadas por la voracidad de los lepismas o pececillos de plata. En la zona superior había pérdidas, así como un debilitamiento generalizado de la fibra del papel. El proceso de fijación se llevó a cabo con injertos de papel japonés, empleando un adhesivo específico para papel termofundible de carácter reversible.