La Virgen de las Angustias luce, después de siglos, su imagen original. Se ha recuperado la policromía y se ha actuado en su retablo, en el que ha salido a la luz una antigua escena del Calvario. Los trabajos se iniciaron en noviembre de 2006 y se han centrado en la restauración de la Virgen de las Angustias, una Piedad atribuida a la escuela abulense de Gregorio Fernández que llegó a la iglesia de San Nicolás en 1591 por una donación. 

Según ha explicado Israel Muñoz, vocal de Patrimonio de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, la imagen estaba muy deteriorada por la acción de agentes externos como el humo de las velas, la calefacción del templo, o los propios desperfectos que pueden surgir en la procesión del Silencio, el Miércoles Santo.

La iniciativa ha partido de la Parroquia de San Nicolás de Bari y de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que han costeado la restauración, con un presupuesto total de 24.390 euros. Para ello, se han visto obligados a solicitar un préstamo de 9.000 euros, por lo que piden donativos a cofrades y feligreses.

Los trabajos han sido dirigidos por Montserrat Jiménez, de la empresa Babelia. Conservación y Restauración de Bienes Culturales. En concreto, los técnicos de Babelia han rescatado parte de la policromía original y, así, pueden volver a contemplarse en el rostro unas pequeñas lágrimas, ya casi desaparecidas. También se han delimitado los diferentes elementos, devolviendo la vida a los colores originales. "Se hizo una mala restauración en 1985 mediante repintes, y todo eso se ha eliminado", señala Israel Muñoz.

Fue en el año 1716 cuando se encargó el retablo actual. Hasta entonces, la imagen había presidido el de la Transfixión, que todavía se conserva dentro de la iglesia como retablo de San Isidro. Le falta, según el vocal de Patrimonio de la cofradía, la parte central, que se reutilizó -como ahora se ha comprobado- para montar el nuevo retablo. De hecho, tras la imagen de la Virgen de las Angustias ha aparecido una caja reutilizada con una antigua escena en la que se muestran las tres cruces del Monte Calvario.

Además de consolidar la estructura y sujetar la parte superior del retablo, sus cinco lienzos se han separado de la tabla de madera y se han colocado sobre un soporte para prevenir el ataque de xilófagos y termitas. Dos de esos lienzos, en concreto los dedicados a San Francisco y a Santa Teresa, también se han recolocado, orientados ahora hacia la imagen de la Virgen. Y se han recuperado molduras dañadas y parte de la policromía original.