Discípulo de Juan Manuel Parra Hernández, el joven Joaquín Javier Barrera Cortés está comenzando su propia andadura en el mundo de la escultura sacra; de hecho, acaba de finalizar su primera obra de creación propia para una colección particular de Paradas (Sevilla), su localidad natal. Se trata de dos estatuillas que representan a San Eutropio, labradas en barro cocido -cada una de las imágenes mide 74 cm de altura-, doradas con oro fino, estofadas al temple y mateadas, con las encarnaduras pintadas al óleo.

Patrón de Paradas por la encomienda que Juan Ponce de León y Cabrera -fundador de la villa-, realizó a San Eutropio para conseguir su victoria sobre los franceses, el obispo y mártir aparece llevando en ambos casos un báculo de orfebrería y las vestimentas propias de su autoridad eclesiástica, profusamente enriquecidas con símbolos cristianos y ornamentos florales. Una de las estatuillas lo muestra en su madurez, mirando al espectador atentamente, y la otra en su ancianidad, implorando al cielo fuerzas para el martirio.