Retrato del Beato Carlo Acutis, encargado por las Obras Misionales Pontificias en Austria, siendo presentada la obra el pasado 12 de enero en la Catedral de San Esteban de Viena. El pintor malagueño, empleando la técnica del óleo sobre lienzo (73 x 97 cm), se ha basado en la fotografía más característica del influencer que va camino de convertirse en nuevo patrón de Internet, muy parecida como apareció ante los fieles en la ceremonia de su beatificación.

En este retrato, Carlo aparece sonriente y vistiendo un polo rojo con el cuello azul y blanco, con la misma pose y actitud que quedaron inmortalizadas en la referida instantánea. Berzosa distorsiona el fondo campestre y sustituye las gafas de sol que llevaba colgadas al cuello por el halo de que distingue su condición de beato, dando así un aspecto más ultraterreno a quien hoy en día es un icono tanto de santidad y devoción, como de modernidad y actualidad.

Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, ciudad en la que sus padres vivieron durante un breve tiempo por motivos laborales. Creció en su tierra natal, cerca de Milán, donde se hizo notar por unas tempranas y profundas convicciones religiosas, desarrollando un especial afecto por la Eucaristía. En su parroquia ejercía de catequista y atendía a las personas sin hogar. Realmente extraordinario fue su talento para la informática: a los 10 años escribía algoritmos y diseñaba websites, y a los 11 comenzó un detallado directorio online que recogió milagros eucarísticos en todo el mundo. Tras su muerte, este catálogo digital fue traducido a muchos idiomas, exhibido en muchos países y publicado como libro.

Murió muy prematuramente el 12 de octubre de 2006, víctima de una leucemia mielocítica aguda. Su trágico final convirtió al niño en santo a los ojos de muchos creyentes, siendo pronto llamado "el apóstol de los millennials". Según sus deseos fue enterrado en Asís, donde su familia tenía una casa de vacaciones. El proceso de beatificación comenzó siete años después de su muerte: en 2018, el papa Francisco le concedió el grado de virtud heroica por su estilo de vida ejemplar, y confirmó que estuvo involucrado en la curación milagrosa de un niño brasileño, lo que abrió el camino a su beatificación, que tuvo lugar finalmente el 10 de octubre de 2020 en Asís, en la Basílica Patriarcal de San Francisco.