NUEVA OBRA DE JUAN ANTONIO BLANCO RAMOS
02/10/2016
La realización escultórica trata de la representación en bulto redondo de una imagen de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado. Esta obra plasma el momento iconográfico del Nuevo Testamento en el que Jesús, ya resucitado, se encuentra con Santa María Magdalena (Mt 28, 9). Basado en un boceto a grafito de diseño único y original, presentado y aprobado en un cabildo general de hermanos -en esta misma página se muestra el boceto del busto en barro-, Jesús se encuentra erguido, con el brazo derecho levemente adelantado y extendido, mostrándonos el estigma del clavo de la crucifixión en su muñeca, su brazo izquierdo nos señala la herida ocasionada por la lanza de Longinos en el costado derecho. Su mirada, caída levemente hacia la derecha, busca la del devoto orante. Sus pies, con los signos del enclavamiento y asentados en el suelo rústico, pisan una pequeña serpiente que simboliza el Pecado Original. Los rasgos estilísticos de esta obra, presentada hoy en el templo de San José Obrero de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), son neobarrocos, sin exageraciones y buscando el naturalismo en sus expresiones, con un estudio completo y pormenorizado de la anatomía, posición, postura, cabellos y pliegues en la tela del paño. La imagen es técnicamente una talla completa y anatomizada en su totalidad, a excepción de un paño de pureza que le cubre las ingles y los glúteos. Ejecutado completamente en madera noble de cedro real, presenta una altura de 178 cm. No presenta articulaciones, ni ojos de cristal, ni pestañas postizas. Su ejecución está planteada para mostrarse vestido con ropa artificial o sin ella, ya que su terminación es detallada y con las calidades propias de las tallas completas de la imaginería procesional. La peana del Resucitado está realizada en madera de árbol de tilo. Posee una superficie de 76 x 41 cm y un grosor de 8 cm. El volumen general de la figura en el espacio es de 186 cm de altura, 80 cm desde los dedos de la mano derecha hasta el codo del brazo izquierdo y 60 cm desde la espalda hasta los dedos de la mano derecha. Tiene un peso total (peana incluida) de 52 kg. Todo el procedimiento de estucos, sulfatos y aparejos sigue los cánones naturales de dicho tratamiento. Su policromía y pátina están realizadas al óleo y pulidas con la técnica de la tripa de borrego. El tono de la piel es suave, con poco brillo y levemente tostada. Esta efigie procesional lleva por título Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su Sagrada Resurrección. Toda su ejecución, desde el diseño del boceto a grafito hasta la total terminación de la obra en su acabado, ha sido realizada sólo y exclusivamente por el escultor sevillano Juan Antonio Blanco Ramos, en el transcurso del año 2015, con las herramientas y técnicas artesanales propias de la imaginería. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.
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