Escultura alegórica del Niño Jesús Triunfante que representa al Divino Infante portando la cruz de la salvación. Ha sido realizada en terracota policromada, con cruz y peana de madera y sudario de metal dorado labrado también por el escultor e imaginero cordobés. La pieza mide 64 cm de altura, 70 cm con la peana.

Se presenta ante un paño de damasco, dispuesto a modo de dosel, cuyo intenso color rojo podría interpretrarse como el de la propia clámide de Cristo. El Niño bendice a los fieles con expresión gozosa por su Resurrección y Victoria en la cruz, que significa también la reparación del pecado original para la humanidad.