Nueva imagen titular para la Pro-Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud en el Beso de Judas. La talla mide 183 cm de altura y, según nos comenta su autor, ha sido realizada en madera de cedro en su totalidad, con el cuerpo anatomizado completo salvo los brazos, que son articulados y sin detallar al ser pieza de vestir.

Esta obra sustituye a una anterior -labrada en 1998 también por el escultor e imaginero cordobés Manuel Luque Bonillo (ver enlace), quien la remodeló veinte años después-, que finalmente no ha podido ser donada a dicha corporación religiosa, entre cuyos fines se encuentra su constitución como Hermandad de Penitencia.

Volviendo a la nueva efigie de Nuestro Padre Jesús de la Salud en el Beso de Judas, como su propia advocación indica, representa el pasaje en que recibe el ósculo del Iscariote como símbolo de su traición y acción delatora para que los soldados lleven a cabo su apresamiento en el jardín de Getsemaní.

Son visibles en el rostro del Señor las huellas de la agónica oración que vivió momentos antes, un trance tan angustioso que le hizo sudar "gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra", según narra Lucas en su evangelio, pero que al mismo tiempo le hizo superar la tentación del miedo ante el sufrimiento y la muerte.

El reconocido autor ha compuesto una figura de gran nobleza y barroquismo en todos sus detalles, siendo especialmente interesante el acierto a la hora de captar en su expresión tanto la tragedia del fatal destino, como la humildad que muestra ante la infamia del apóstol una vez acatada su misión redentora ante el Padre.