La Virgen de la Providencia ha sido encargada por la asociación privada de fieles de Almería que lleva su nombre. Recibe culto en el convento de las Madres del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada Concepción y fue bendecida el pasado día 26 de mayo, festividad de la Santísima Providencia.

Se trata de una imagen cargada de simbología mariana que ha sido tallada por el escultor e imaginero cordobés en madera de cedro, con acabados de policromías al óleo, dorados en oro fino de 23 3/4 quilates, plata fina y estofados de temple al huevo. El conjunto tiene una altura de 220 cm, desde el suelo hasta el penacho del respaldo, y 120 cm de anchura por 130 cm de fondo.

La Virgen es de tamaño natural. Aparece sentada sobre trono isabelino dorado en oro, sosteniendo en sus brazos al Divino Niño durmiendo, y posada sobre una nube de plata fina con cuatro querubines alados. Alrededor de María pululan siete ángeles con alas y paños dorados en oro y estofados, cada uno de los cuales sostiene un atributo de plata relacionado con la Virgen o con la Asociación.

Hay un ángel que sostiene una vara de azucenas, símbolo de pureza, que ofrece a la Virgen; otro lleva la Basílica de San Pedro de El Vaticano, representación de María como Madre de la Iglesia; otro de ellos se eleva sobre el Niño y reza mientras lo contempla; dos sostienen el anagrama del Ave María mientras con las otras manos portan las llaves de San Pedro y una cruz -copia de la que se conserva en el convento de las Clarisas de Montilla (Córdoba), la cual presidió el Concilio de Trento, con el crucifijo llamado de la Sagrada Familia; otro se aferra a la media luna mientras sujeta una vara de lirios, signo de dulzura y pureza; por último, otro ángel, tocado con turbante, ofrece al Niño un pájaro, símbolo del alma.

El ángel que sostiene las llaves posee rangos orientales, de hecho su modelo fue una niña de China que pertenece a la Asociación de la Providencia; para el ángel de la cruz ha posado una niña que vive en Canadá y también pertenece a dicha asociación almeriense; el del pájaro representa al mundo hebreo, y para el de la media luna posó un niño que vive en Estados Unidos y también forma parte de la mencionada Asociación. Cuando nació este proyecto, una de las ideas es que estuvieran representadas varias culturas del mundo. Así, el autor representa también a dos ángeles de culturas muy distintas que ofrecen lirios a María. Los que sostienen el anagrama también pertenecen a culturas diferentes.

Los ropajes de la Virgen llevan ricas decoraciones rococó, talladas con relieve en el estuco y doradas y estofadas En las decoraciones aparecen otros símbolos, caso de la estrella del pecho que alude a las Letanías Lauretanas (Estrella de la Mañana), junto con la rosa mística que se encuentra en el penacho; además, lleva dos manojos de violetas que significan humildad y sencillez, así como un sol que figura en el escudo del Obispado de Almería y alude al resplandor y la luz que nos ilumina y desprende María.

La labor de dorado, plateado y estofado ha sido íntegramente realizada por José Antonio Cabello en su estudio, con la colaboración de su esposa Sara María Carvajal. La Virgen lleva también una peina de plata fina de estilo isabelino con circonitas que recoge y sujeta su cabello. Toda la capa esta ribeteada por encaje de hojilla, con el forro plateado en plata fina y estofado con decoraciones a base de rombos.