NUEVA OBRA DE LUIS GONZÁLEZ REY PARA CÁDIZ

16/03/2007


 

 

Ayer se bendijo en la gaditana Iglesia de la Merced la nueva hechura cristífera de la Cofradía de las Siete Palabras, obra del imaginero gaditano Luis Enrique González Rey. Esta obra viene a reemplazar a un titular anterior, labrado en el año 1985 por José Ovando Merino, del mismo modo que, hace dos años, una madura Dolorosa de González Rey vino a sustituir a la anterior titular mariana de la corporación, obra igualmente de Ovando (1985) aunque muy remodelada en 1992 por Manuel Ramos Corona.

Se trata de un Crucificado vivo, representado tras haber pronunciado la Quinta Palabra -"Tengo sed" (Jn 19, 28)- en el madero, de ahí que, en la procesión, aparezca acompañado, entre otras figuras, de un soldado romano que le ofrece una esponja empapada con hiel y vinagre. La imagen se halla fijada a una cruz plana y toscamente labrada, lo que acentúa el patético realismo de la composición. Como el modelo velazqueño, está fijado por cuatro clavos, sostenidos los pies por un suppedaneum. Al igual que otras versiones sobre el tema del autor, caso del Cristo de la Exaltación de Jerez de la Frontera o el recientemente bendecido Crucificado para Tabernas (Almería), ha sido concebido con acusado dramatismo y cáracter martirial, siendo abundantes las heridas y los surcos de sangre. 

El rostro del Varón refleja la expresión de quien está sumido en un intenso dolor. Muestra los ojos claros e implorantes hacia el cielo, el perfil recto, las mejillas consumidas y los labios jadeantes. La abundante cabellera, enmarcada por frondosa corona de espinas -tallada separadamente del cráneo-, deja despejado el semblante. Respecto al estudio anatómico, el autor busca la compasión del espectador ofreciendo el de un hombre extenuado por los tormentos, de miembros bien formados pero en ningún caso atléticos, con el tórax hinchado, los brazos alineados horizontalmente con el travesaño y las manos clavadas por las muñecas. El sudario, ceñido con una soga, se pliega al centro y cae hacia el lado derecho, en movido vuelo. 

 

 
 

 

Fotografías de José María Hoyo

 

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