RESTAURACIÓN DE LA CAPILLA BARROCA DE LA ASUNCIÓN EN LA CATEDRAL DE CÁDIZ
15/01/2024
Estado final |
Los trabajos han sido realizados en la capilla de la Asunción de la Catedral de Cádiz, y se ha intervenido tanto en la arquitectura de la capilla, su bóveda, amplia cornisa, cuerpo de columnas, zócalo polícromo y solería, así como en su retablo e imagen titular de la Virgen de la Asunción. Este recinto sacro tiene la peculiaridad, respecto a las otras capillas catedralicias, que fue la primera que se puso al culto en 1755, cuando aún continuaban los trabajos de construcción del nuevo templo catedralicio, ya bendecido. Finalmente, en 1838, esta capilla fue la única que pudo ser acabada según el modelo barroco con el que fue concebida la Catedral Nueva. El dinamismo de la arquitectura de la capilla, con curvas y contracurvas, entrantes y salientes, se acompaña de un retablo de columnas salomónicas, de composición ascendente y fluida, realizado en mármoles de colores, donde se venera una imagen italiana, realizada en mármol blanco por Francesco Maria Schiaffino, de la Asunción de María. Este retablo, atribuido a Alessandro Aprile por el historiador Lorenzo Alonso de la Sierra, es el primero de diseño típicamente genovés que se ejecuta en Cádiz. El retablo resentaba importantes defectos de conservación. Al inicio de los trabajos de restauración, en julio de 2023, las destacadas piezas del retablo se mostraban descolocadas e incluso con piezas desprendidas, lo que podría haber significado un colapso parcial de la fábrica. Construido en piezas de mármol, el retablo se halla fijado al muro de la capilla con agarraderas metálicas muy oxidadas, las cuales, en su proceso de oxidación, aumentaron de dimensión, sometiendo al conjunto a unas tensiones que empujaron algunas de sus piezas desubicándolas, lo cual era especialmente significativo en la línea de cornisa sobre el que se alza el ático. Por ello, se tuvieron que realizar trabajos de desmontaje del ático del retablo y de su línea de cornisa para reubicar dichas piezas, y para eliminar sus anclajes metálicos y sustituirlos por otros de acero inoxidable que diera estabilidad al conjunto. Finalizadas estas labores de desmontaje y montaje, complejas por el peso y dimensiones de algunas de las piezas, lo que requirió un diseño específico en los andamios y la proyección de un puente grúa adaptado para tal fin, se llevaron a cabo las labores de limpieza y de reconstrucción del retablo como fase final de los trabajos. |
Estado final. Detalles |
En la capilla, tanto en su arquitectura como en su retablo, eran destacables las capas de suciedad, de polvo aéreo y de hollín graso, que se extendían por toda la superficie. Pero en la bóveda de la capilla y en su gran cornisa, realizadas en piedra caliza, habría que destacar pérdidas volumétricas que requirieron trabajos de reconstrucción con mortero de cal y arena con marmolina sobre un alma de varillas de acero inoxidable anclada a la piedra sana, previa consolidación de la misma. En la piedra caliza de la bóveda y cornisa, se observaban eflorescencias de sales: eflorescencias blancas muy extendidas (básicamente halita, procedente de sales de agua de mar) y otras eflorescencias sonrosadas asociadas al uso de antiguos morteros de restauración. Estas muestras están siendo estudiadas y analizadas para realizar un diagnóstico de mayor espectro en relación al problema de conservación de las piedras de las bóvedas de la catedral de Cádiz. La presencia, en juntas de sillares, de intervenciones antiguas y deficientes por su material y aplicación, requirieron también su eliminación, las que posteriormente fueron rejuntadas con un mortero de cal y arena con marmolina. Si la presencia de suciedad era significativa en la arquitectura de la capilla, en el retablo era más determinante. Sin duda, dicho retablo era objeto de especial iluminación históricamente con lámparas de aceite y velas de cera, lo que determinó mayores cúmulos de suciedad grasa así como de otras intervenciones como la presencia de barnices que ocultaban las calidades cromáticas de los diferentes materiales que lo conforman (mármoles blancos, con incrustaciones de piedras de diferentes colores), y de manera especial las columnas salomónicas, cuyos fustes monolíticos están realizados con unas piedras de grandes clastos marmóreos de diferentes colores. |
Estado inicial. Detalles |
Junto al retablo, el zócalo es otro elemento singular dentro de la capilla por su naturaleza polícroma. Presentaba las siguientes alteraciones: capas de suciedad muy ennegrecidas procedentes de barnices de aceites envejecidos, capas de betunes para saturar el intenso negro de su mármol y la presencia de sales blanquecinas lo que le confería un aspecto sucio que tras finalizar la restauración han desaparecido, recuperando sus cualidades cromáticas. Los restauradores han destacado los trabajos realizados en el zócalo y en la solería polícroma. Si bien el zócalo es un elemento constructivo muy presente en el templo, la solería de la capilla, en cambio, es un elemento singular, pues, junto con el retablo, convierte esta capilla de la Asunción en el prototipo de capilla barroca al que debía aspirar el arquitecto Gaspar Cayón en su adaptación del proyecto original de la catedral. Esta solería es un rico puzle de piedras de diferentes colores con formas geométricas romboidales que mostraba pérdidas de elementos parcheadas con morteros o piezas de barro y capas de suciedad y pérdidas de junta. Estos defectos fueron subsanados durante los trabajos de restauración. Esta restauración, que ha tenido un coste de casi 140.000 euros, ha sido financiada íntegramente por el Cabildo Catedral de Cádiz. Hablamos de unos trabajos que han contado con la dirección facultativa de los arquitectos Venancio González, Francisco Ladrón de Guevara, Gonzalo González y José Ramón Pérez, de La Consulta Arquitectos y Arquitectura de Guardia, así como con la dirección de restauración de Fabián Pérez, de Ars Nova Restauraciones, siendo encargada la ejecución de los trabajos a la empresa Canteros Almenara. |
Estado final. Detalles |
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