NUEVA OBRA DE MANUEL CALIANI
Con información del autor (02/04/2022)
El conjunto presentado del artista onubense, afincado en Sevilla, tiene una altura de 42 cm. Su hechura es en barro cocido, siendo el caso de la imagen de la Virgen combinada con la ejecución de un candelero y brazos articulados de madera dada su tipología vestidera. Esta representación de la Sexta Angustia o Sexto Dolor de María continúa el modelo iconográfico de la Piedad, con la Virgen sedente sosteniendo en su regazo, casi como una maternidad, el cuerpo inerte de Jesucristo tras haberlo descendido de la Cruz. Es la interpretación que Caliani hace de este pasaje. La imagen de Cristo se estructura buscando el abundante patetismo cadavérico con sensación de gravedad en el cuerpo, expresión completamente relajada, mandíbula descolgada a consecuencia de la inclinación de la cabeza, ojos entreabiertos, amarillentos y estrábicos, cuencas marcadas y perfil afilado. Esta búsqueda de la realidad en su caso, es subordinada a la sobreabundancia del drama evidente en la profusión de sangre, heridas y moratones, donde las texturas tienen gran importancia, y a la teatralidad visible en cómo Cristo inerte muestra y ofrece las llagas de sus manos con las palmas hacia arriba. La policromía tendente hacia los tonos verdosos y grisáceos, potenciados con la pátina, son exagerados conscientemente en el vientre inflamado por la asfixia de la crucifixión y, sobre todo, en las llagas, espalda, manos y pies, buscando un efecto necrosado. Ambas imágenes del conjunto presentan ojos de cristal realizados a la antigua usanza por Caliani con iris azul grisáceo, y son acompañados por pestañas de pelo natural en los párpados superiores. En el caso de la Virgen María, cabe destacar el hecho de que su rostro no deja de ser el foco de atención a pesar del abundante dramatismo del Señor, ofreciendo una representación del dolor diferente. No muestra un momento de llanto pasional e intenso, sino el mayor extremo de la desolación y el extravío (casi como en el final de una ópera dramática) ante la consumación de la Pasión de Cristo, con una mirada desenfocada y totalmente perdida dentro de unos párpados pesados y cargados por el llanto, y unas mejillas rosadas por la consecuencia del mismo en forma de cinco pequeñas lágrimas de cristal. El escultor y pintor quiere felicitar al diseñador onubense Blas López por volver a mostrar su indiscutible virtuosismo en el manejo del textil, aderezando, completando y enfatizando su obra, y mencionar a Orfebrería Juan Hernández, de Hinojos (Huelva), por realizar la corona y diadema en metal plateado. También quiere agradecer a Francisco Javier Cerrada Gutiérrez por su colaboración como aprendiz de su estudio-taller y a su maestro Juan Manuel Parra Hernández por la cesión de manto de la Virgen para este reportaje fotográfico. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.
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