El pasado mes de octubre fue oficialmente presentado y bendecido en el convento murciano de las Anas este grupo escultórico que representa a Santa Ana y la Virgen niña, de tamaño algo inferior del natural (mide 130 cm de altura), segunda obra de Juan y Sebastián Martínez Cava para el cenobio tras la talla de Santo Domingo de Guzmán, la primera de sus creaciones en madera, publicada en La Hornacina el 6 de agosto de 2016.

Al igual que la talla del fundador de la Orden Dominica, a cuya rama femenina pertenecen las religiosas del conjunto monástico de Santa Ana (Murcia), apodadas las Anas, ambas figuras han sido talladas en madera de cedro, con ojos vítreos en sus mascarillas labrados también por los jóvenes hermanos artistas murcianos. Los ropajes, con predominio de los tonos celestes y marfileños, se encuentran dorados al agua con oro fino y estofados, predominando en la decoración los motivos florales frente a los geométricos.

La composición es pictórica y costumbrista, subrayando el gusto por lo cotidiano y el papel de protectora que adopta la santa. Madre e hija caminan en un bucólico entorno campestre, como se advierte en la peana y en las flores silvestres que lleva la Virgen. El pájaro que comienza a emprender el vuelo es una prefiguración simbólica de Cristo. Aros de orfebrería con luces y estrellas muestran la divinidad de Ana y María, respectivamente.