Se trata de una Dolorosa tallada por el joven artista onubense en madera de cedro para vestir, con ojos de cristal en su mascarilla y policromía al óleo. La Virgen se presenta con las manos entrelazadas y con la mirada baja y ligeramente desplazada al lado derecho, buscando el consuelo ante la muerte de Jesucristo.

El autor muestra una visión sentimental y recogida de María. Toma elementos de la escuela granadina a la hora de componer una elegante figura materna, sola y consumida por la pena tras el fallecimiento del hijo, que musita una plegaria con el fin de procurarse alivio para su dolor.

Esta obra, que cuenta con 160 cm de altura, ha sido realizada por Abraham Ceada con total libertad creativa y espiritual, sin encargo previo, ni requisitos, ni limitaciones. Actualmente no cuenta con destino alguno, por lo que se encuentra disponible para todas las personas que estén interesadas en su adquisición.