NUEVAS DOLOROSAS DE JESÚS CEPEDA
04/01/2024
El patetismo andaluz encuentra en la iconografía de la Virgen Dolorosa uno de sus principales cauces de expresión. Los imagineros locales como Jesús Cepeda la cultivan frecuentemente, pues en Andalucía también es posible afirmar que, con la representación de María en estado de pena y dolor, a través de sus múltiples advocaciones, se hace una distinción respecto a la recreación del proceso de la muerte de Cristo; bien para pasos procesionales de Semana Santa, bien para el culto de parroquias, conventos o particulares, como son los dos casos que tratamos a continuación. |
Para la dolorosa que el autor ha titulado La Virgen de Martín, ya que la ha realizado para su hijo Martín Cepeda García, ha tomado como referente la producción sobre el tema de José Montes de Oca. Por tanto, el escultor barroco sevillano del siglo XVIII se convierte nuevamente en fuente de inspiración para la imaginería contemporánea. Es una obra de formato muy reducido (30 cm), modelada en terracota y policromada al óleo. Está de pie, vestida de riguroso luto como una viuda, con manto y túnica negros. Para simbolizar su sufrimiento tiene las manos entrecruzadas, un puñal a la altura del corazón y lágrimas en un rostro cuyo rictus manifiesta abiertamente su dolor |
La otra dolorosa, con el título de Esperanza Nazarena, ha sido realizada para una devoción privada de Setenil de las Bodegas (Cádiz). Pese a llevar similares atributos, por su advocación no posee la gesticulación teatral de la anterior para expresar un dolor exacerbado, sino que se opta por una mirada baja, un rostro callado y una aflicción contenida. En este caso, es de tamaño natural y ha sido tallada en madera de cedro, también con policromía al óleo y pestañas de pelo natural en los párpados superiores para dar realce a su estado anímico y asegurar la similitud con lo humano. Al igual que la anterior, es una imagen de candelero para vestir y su vestimenta ha corrido a cargo de Apolonio Díaz. |
Fotos: Jorge Cabrera
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