La última creación del joven escultor e imaginero Jesús Manuel Cepeda Conde (Sevilla, 1988) es una Virgen Dolorosa de tamaño natural para la Hermandad de la Entrada en Jerusalén (La Borriquita) del municipio madrileño de Colmenar de Oreja. Ha recibido la advocación de María Santísima del Desamparo.

Esta talla de candelero para vestir es la primera obra libre del artista, ideada sin condicionamiento previo. Se muestra al espectador cabizbaja y absorta en su dolor. En la mano derecha sostiene un pañuelo de encaje con el que simula enjugar su llanto. Como exorno luce diadema cincelada por Luis Jiménez.

Labrada en madera de cedro policromada al óleo, posee los postizos habituales de este tipo de figuras marianas: ojos vítreos, cinco lágrimas de cristal fundido que surcan su aniñado rostro y pestañas de pelo natural en los párpados superiores. La boca, entreabierta, tiene su interior totalmente anatomizado hasta la glotis.

La imagen fue presentada ayer por la noche en la capilla hispalense de Monte-Sión. Con ella Jesús Cepeda ha buscado el más puro clasicismo y la esencia sevillana de la escultura sacra, de ahí que se adviertan en ella los rasgos de maestros como Astorga y Mesa y de sus herederos del neobarroco como Santos o Fernández-Andes.