Las pocas alusiones a Dimas y sus posteriores representaciones lo ubican crucificado a la derecha de Cristo. Sin embargo, obras como la nueva efigie del llamado "Buen Ladrón" realizada por el artista pontanés Pedro García Velasco para la hermandad cordobesa de la Conversión -bendecida el pasado 17 de marzo en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario y Santa Beatriz de Silva (Barrio de Electromecánicas)- figuran a la izquierda del Redentor. En este caso, ello se justifica por el giro de la cabeza del Cristo -tallado también por García Velasco- hacia ese lado, rememorando así al antiguo titular de la corporación, obra de Juan de Ávalos.

Aunque aparece mencionado en los evangelios canónicos, fueron realmente los evangelios apócrifos los textos que contaron con detalle la participación de Dimas y Gestas en la crucifixión. Incluso en la "Declaración de José de Arimatea" se narra que fueron Jesús y Dimas quienes se aparecieron una semana después del Calvario para liberar a José de Arimatea del cautiverio que le habían impuesto los judíos.

Dimas es representado cuando, movido por la gracia, se convierte, cree en Jesús y se encomienda a su divina misericordia, creándose un cruce de miradas entre las dos figuras. En premio recibe la seguridad de que ese mismo día estará con Jesús en el paraíso. A diferencia del Cristo, cuya composición en la cruz es más fiel a los modelos clásicos sevillanos, Dimas figura clavado por las muñecas y con los pies clavados separadamente en el asta vertical de un tosco madero de sección rectangular y con formas parecidas a la cruz de tau, precisamente un símbolo de conversión para los franciscanos. El nimbro de orfebrería es un atributo de su santidad.