Realizada para la Iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad rusa de Pushkin, se trata de una talla completa que representa la Inmaculada Concepción de María, labrada en madera de pino (130 cm de altura), dorada, plateada y policromada al óleo. Presenta ojos de cristal en los rostros y pestañas superiores de pelo natural.

Responde a la clásica iconografía inmaculista derivada de la visión apocalíptica de San Juan, en la que una mujer vestida de sol aparece con la luna a los pies y coronada por doce estrellas y venciendo al pecado. Completan la composición dos juguetones querubines, situados a izquierda y derecha de la nube, uno de los cuales besa tiernamente el pie izquierdo de la Virgen.

Durante el proceso de ejecución de la escultura han intervenido Manuel Ángel Lorente, a quien se debe el dorado y plateado de la escultura, y Santiago Rodríguez López, autor de los dibujos utilizados en las orlas y estofa de las vestimentas, proceso en el que ha colaborado de forma activa.

El templo católico de Pushkin, a pocos kilómetros de San Petersburgo, fue levantado entre 1823 y 1825 en las proximidades de los palacios de Alejandro I de Rusia y Catalina la Grande para atender la demanda de los fieles polacos e italianos que trabajaban en los complejos palaciegos. En 1937 fue cerrada al culto, no siendo devuelta a la comunidad católica hasta el año 2006.

Entre los numerosos proyectos de recuperación emprendidos en el interior del templo se encuentra la reconstrucción del retablo del presbiterio, en cuyas calles laterales serán ubicadas la talla que nos ocupa y una nueva escultura de San José con el niño Jesús. La efigie del santo patriarca, de similares características a la Inmaculada, se encuentra entre los próximos proyectos a realizar por el escultor alicantino.