NUEVA OBRA DE RAMÓN CUENCA SANTO

Santiago Rodríguez López (13/03/2018)


 

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La Hermandad de Nuestra Señora del Olvido de Murcia presentó el pasado 7 de marzo, en el Museo de la ciudad, la efigie del Santísimo Cristo de las Lágrimas, imagen de Ramón Cuenca Santo que constituye la primera de las tallas que integrarán el paso denominado "Dominus Flevit".

Representa el pasaje bíblico que describe el llanto y lamento de Jesús ante Jerusalén, episodio que transcurre en el camino hacia la entrada triunfal de Cristo en la Ciudad Santa, conocido indistintamente como "Flevit super illam" ("El Señor lloró sobre ella") o "Dominus Flevit" ("El Señor lloró"), denominación que recibe el lugar del Monte de los Olivos desde el que se divisa Jerusalén, en el que tradicionalmente se localiza la narración.

El llanto de Jesús solamente aparece descrito en tres pasajes bíblicos: en la muerte de Lázaro, en la oración en el Huerto de los olivos y en este que nos ocupa:

 

"Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: "!!Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!!" Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación." (Lucas 19, 40-44)

 

Son escasos los precedentes o referentes plásticos en los que se ha abordado este relato, exceptuando las escasas representaciones pictóricas que podemos encontrar. En escultura el número de versiones es mínimo, y en el caso concreto de la imaginería procesional, la pieza que aquí se presenta constituye el primer y único ejemplo.

La obra de Cuenca Santo recoge ese momento en el que Jesús rompe a llorar apretando sus manos, mientras la cabeza se inclina levemente hacia atrás, abatida por el llanto. Muestra un semblante de robusta construcción facial, que contrasta con la expresión de tristeza contenida, apenas rota por la mueca de dolor que describe la boca abierta, manifestando esa contraposición entre la fortaleza divina y la humanidad de Cristo.

Ha sido realizada en madera de cedro tallada y policromada al óleo, siendo una imagen de tamaño natural concebida para vestir, aunque se halla parcialmente anatomizada. Posee ojos de vidrio, policromados en su cara interna por el propio escultor, y postizos como pestañas superiores de pelo natural o lágrimas de cristal.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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